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Con un encuentro de adoptantes, la Fundación Orca, pionera de la defensa del respeto animal en Medellín, celebró sus primeros diez años de existencia, tiempo durante el cual ha entregado en adopción más de 2.000 mascotas (perros y gatos) recogidos en las calles, que han ganado una familia y mejorado sus vidas.
La artífice de este proyecto, Marcela Díaz, sigue luchando porque entre los animales y los humanos no haya explotación y maltrato sino un intercambio de amores, algo en lo que se ha avanzado pero en lo que sigue faltando más educación y cultura.
Esta semana, por ejemplo, el reversazo de la Corte Constitucional al admitir, nuevamente, las corridas de toros, significó un duro golpe para su sueño de que un día esta fiesta, denominada brava, por fin se acabe en el país.
“Sin duda fue muy duro, porque en Medellín hemos luchado mucho por esto, habrá que seguir dando la batalla”, dice Díaz, que el sábado fue solo sonrisas en el encuentro con los adoptantes, que llegaron con sus mascotas a un camping en un parque frente a la sede de la fundación en Laureles, como una manera de demostrar que vale la pena la adopción de una mascota callejera, pues es un proceso en el que no solo gana el animal, sino también la familia.
¿Cuántas mascotas ha entregado en adopción Orca?
Marcela afirma que son más de 2.000, a pesar de las dificultades: “a veces el proceso es duro, porque somos exigentes en la entrega de los animales, aunque son requisitos simples que creemos que quienes tienen voluntad de adoptar no les ven problema”.
Advierte que las exigencias las hace porque la intención no es deshacerse de las mascotas, pues precisamente las recogen de las calles para mejorarles la vida, no para llevarlas a escenarios peores.
Básicamente, antes de dar un animal en adopción, se entrevista a la familia para verificar que todos los miembros estén de acuerdo, porque con uno solo que no quiera es suficiente para que el animal no tenga un buen ambiente y sea objeto de maltrato.
También se confirma que la familia adoptante tenga conocimiento de la responsabilidad al adoptar, que esté dispuesta y tenga la capacidad de alimentarla bien, estar pendiente de su salud y le ofrezca un techo digno para vivir.
Paola Pineda, animalista y directiva de la Donatón por los Animales, una colecta de concentrado y dinero que se hace en la ciudad para apoyar las fundaciones defensoras de las mascotas, afirma que Orca le cambió su visión de la vida.
“Orca fue la puerta que se abrió para que muchas personas supieran que en Medellín se rescataban animales y se daban en adopción; muchas personas solo conocían antitaurinos, pero no sabían que también se luchaba para que muchos animales que vivían en las calles tuvieran un hogar”, comenta Paola.
Díaz dice que la lucha seguirá. Tras ver de nuevo las mascotas entregadas hace años en adopción, solo sintió emoción y mucha felicidad.
“Es gratificante volver a ver animales que recogimos casi moribundos ahora convertidos en seres importantes para tantas familias, con las que intercambian amor”, apunta Marcela.