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Antioquia Siembra solo ha dejado una cosecha de dudas

El proyecto bandera de la Gobernación para impactar 100.000 hectáreas no despega. Campesinos están a la espera.

  • Los productores campesinos quedaron en el aire con las promesas hechas por la Gobernación en relación a la Empresa de Desarrollo Agroindustrial, que hoy es un fondo de crédito. FOTO Jaime Pérez
    Los productores campesinos quedaron en el aire con las promesas hechas por la Gobernación en relación a la Empresa de Desarrollo Agroindustrial, que hoy es un fondo de crédito. FOTO Jaime Pérez
12 de enero de 2019
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Prometiendo una “revolución del campo”, la llamada empresa agroindustrial Antioquia Siembra nació mediante la Ordenanza 27 de 2016 como uno de los proyectos más importantes de la Gobernación para este cuatrienio, buscando la promoción del desarrollo integral en las zonas rurales del departamento.

La iniciativa pretende fortalecer los cuatro pilares que se consideran fundamentales para el progreso de los productores agrícolas en Antioquia: asociatividad, transferencia de tecnología, pequeña transformación y comercialización asegurada.

Inicialmente la Gobernación puso $150.000 millones para el proyecto y esperaban llegar hasta $500.000 millones mediante vigencias futuras a través de una autorización de la Asamblea.

Actualmente, la bolsa de crédito para que accedan los campesinos mediante el fondo es de $487.500 millones.

Sin embargo, no son recursos reales que estén dispuestos para ello, sino un cupo de endeudamiento en el Banco Agrario para el acceso de los campesinos.

Así lo aseguró Luis Peláez, diputado de la Asamblea, quien además dijo que desde ese ente departamental se aprobó durante cada año un fondo de $10.000 millones para Antioquia Siembra, por lo cual, hasta ahora, son $30.000 millones que están en un fondo de garantías para respaldar la deuda con el Banco Agrario.

“Lo que se hace con eso es amparar un programa en el banco para abrir un cupo de deuda que permita a los campesinos ir a prestar, pero ese dinero no existe realmente”, sentenció el funcionario.

Además, señaló el programa como un fracaso debido a que no cumplió con las expectativas planteadas por el Gobernador desde un principio.

“A los campesinos se les iba a dar una contribución para proyectos productivos; hoy no existe eso”, dijo Peláez.

Y es que en el plan de desarrollo Piensa en Grande, se planteó una Empresa de Desarrollo Agropecuario, no una bolsa de créditos, que es lo que actualmente existe, según el diputado.

Molestia de productores

Para Pablo Betancourt, dueño de la empresa ‘La Leyenda Agrícola’, la decepción fue grande después de que durante un año estuvo gestionando un crédito y al final la respuesta fue negativa.

“Inicialmente nos dijeron que el fondo era para proyectos productivos grandes, fueran agroindustriales o agrícolas sin importar el monto, siempre y cuando se demostrara que funcionaran”, explicó el productor.

Su negocio cuenta con 8 empleados fijos y se desarrolla en una finca ubicada en la vereda La Quiebra del municipio de Santo Domingo. Con la inversión pretendía contratar el triple de trabajadores y construir más invernaderos para sus cosechas de tomate perla.

Solicitó $300 millones para invertir en su proyecto con miras a exportar, no obstante, recibió al final la noticia de que “el Banco Agrario solo nos otorgaba un crédito con un tope de hasta $35 millones”.

Una opinión parecida tiene Alejandro Vargas, gestor de proyectos en la región de Urabá, quien argumenta que “cuando uno se va al sector privado se puede sentar con bancos que ofrecen condiciones iguales o mejores”.

Y es que, según Vargas, los créditos a pequeños productores oscilan entre los $8 y los $10 millones. “Habría que preguntarle a la Gobernación de Antioquia si cree que créditos productivos de esa cuantía realmente van a tener un impacto en el desarrollo agropecuario y social que requieren las zonas rurales”, finalizó.

¿Qué dice el banco?

Jorge Mario Gómez Osorio, director de Asistencia Técnica del Fondo para el Financiamiento del Sector Agropecuario (Finagro), admitió que el año pasado la ley de garantías demoró el programa, pero ya está operando.

“Si nosotros no logramos que el pequeño productor crezca, que es la base de la cadena, no podemos fortalecer la estructura”, explicó Gómez.

Al ser consultado sobre los topes en los créditos, el director explicó cómo se establecen los montos. “El tope se fija desde el punto de vista de la capacidad crediticia del deudor. Hay una garantía complementaria, que es el respaldo del 20 % del crédito para el pequeño productor”.

Una fuente experta, que prefirió no revelar su identidad, advirtió sobre la dificultad de que “esa entidad coloque $487.500 millones en créditos cuando el histórico de colocaciones de Finagro con el Banco Agrario no pasa de $270.000 millones al año”.

Aunque la meta era impactar 100.000 hectáreas de tierra, en derecho de petición a este diario la Gobernación respondió que espera cumplir esa cifra este año, pero no precisa cuántas hectáreas han sido intervenidas hasta ahora.

A pesar de haber contactado telefónicamente con el Secretario de Agricultura de Antioquia, y de que él mismo pidiera que las preguntas le fueran enviadas por correo electrónico, no se obtuvo respuesta de su parte.

487.500
millones es el cupo crediticio al que intentan acceder los pequeños productores rurales

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