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Con el propósito de proponer una hoja de ruta para los mandatarios locales y el gobernador que asuma la dirección del departamento en el periodo 2020-2023, la Fundación para el desarrollo de Antioquia, Proantioquia, presentó ayer su informe titulado Retos y oportunidades para el desarrollo sostenible de Antioquia.
Tomando como guía los objetivos que en ese sentido plantea la Organización de Naciones Unidas (ONU), Proantioquia definió cuatro enfoques para analizar el estado actual del departamento y su proyección en el mediano plazo: personas, planeta, prosperidad, y paz y justicia.
A partir de ellos, la entidad determinó que los ejes transversales que unen los componentes son el acceso a la información, educación y el desarrollo económico sostenible. Además, tal como lo demuestran las cifras del Dane y el Ministerio de Educación, el primer ámbito a intervenir en Antioquia es el formativo.
De acuerdo con Sergio Tobón, director de Desarrollo Territorial Sostenible de Proantioquia, el factor primordial a atacar en la población del departamento es la pobreza, que luego de cuatro años a la baja (2013-2016) subió en 2018.
“El gran reto es acelerar la reducción de los niveles de pobreza en el departamento que, entre 2017 y 2018, tuvo un retroceso, según la misma tendencia que se registró en el país. Esto representa un mayor porcentaje de hogares que tienen alguna dimensión de la pobreza multidimensional afectada”, dijo.
En ese sentido, el acceso y la permanencia en el sistema educativo son factores que inciden directamente en la medición de la pobreza (les corresponden cinco de los 15 ítems que miden la de carácter multidimensional), y respecto a los cuales los próximos mandatarios del departamento se encontrarán con una de las más difíciles tareas.
Según lo evidencia la tasa de cobertura neta por nivel educativo, a medida que los niños y jóvenes del departamento avanzan en su proceso académico aumentan las posibilidades de que abandonen las aulas de clase.
En ese sentido, la líder de Capacidades de Comfama, Claudia Restrepo, expresó que es necesario implementar cambios en las metodologías formativas: “Seguimos educándonos como en el siglo XIX, cuando ya hay un cambio de paradigma en el que ya no prima lo mecánico”, dijo.
Además, expuso que debe haber una mayor presencia de instituciones de formación complementaria en las regiones. Con esto se lograría motivar a los jóvenes a proyectar su formación más allá de la secundaria, y a que no migren de las aulas porque vean en el trabajo un mejor aprovechamiento de su tiempo.
En consecuencia, el informe de Proantioquia propone implementar estrategias focalizadas en la educación postsecundaria, lo que incluye promover la calidad educativa de manera integral, ampliando la cobertura.
De entrada, la tarea en este aspecto está clara: propiciar sistemas de información que permitan conocer el estado actual de las reservas forestales, cuencas de agua y fauna del departamento.
De acuerdo con el informe los sistemas de información actuales no permiten monitorear de manera permanente las condiciones del departamento en los objetivos de desarrollo sostenible Planeta, lo que da cuenta de retos en la gobernanza ambiental del departamento.
Por su parte, Carlos Iván Lopera, coordinador de la Oficina Territorial del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud) para Antioquia, expuso que es necesario asegurar la presencia estatal en toda la geografía del departamento para proteger los recursos naturales de prácticas de explotación insostenibles.
“En municipios como Anorí hay una ausencia profunda del Estado que dificulta mucho una explotación responsable de los recursos naturales. Hay madera explotada por debajo de su tamaño mínimo y minería que deforesta implacablemente”, dijo Lopera.
La oportunidad que en ese ámbito destaca el informe es la creación de mecanismos de seguimiento a la implementación de los planes de ordenamiento territorial en la región.
Directamente relacionado con el primer componente (personas), el de prosperidad es uno de los ítems en el que Proantioquia enfocó las tareas a desarrollar en dos frentes: infraestructura y el aprovechamiento de esta a través de empresas compuestas por personal mejor capacitado.
Así, ve como una oportunidad “establecer compromisos claros de agencias públicas y grupos empresariales para planear, ejecutar y hacer seguimiento al avance rápido y efectivo en la agenda de desarrollo de conectividad vial en el departamento”, además de aprovechar las ventajas competitivas territoriales de Antioquia a partir de empleados más tecnificados y con la facultad de integrarse.
“Hay que crear misiones que integren a los empresarios, campesinos, agricultores, que aprovechen el futuro de la infraestructura y sean capaces de innovar generando productos que puedan ser demandados no solo a nivel local, sino internacional”, precisó el economista Jesús Botero.
En el último componente se presenta un panorama en el que, ante el aumento en las cifras de homicidios en el último año y las capacidades limitadas de las autoridades policiales y el sistema judicial, se deben atender de manera prioritaria los delitos que deriven en muertes violentas.
Además, con el objetivo de fortalecer la institucionalidad en los municipios del departamento con índices de bajo desempeño fiscal (76 % de ellos a 2017, según el Departamento Nacional de Planeación), Proantioquia ve necesario hacer pedagogía para mejorar las capacidades de conocimiento, procesos y tecnología en las alcaldías municipales .