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Medellín construye su contrato social con base en la tecnología
Las universidades de Antioquia y Nacional, junto a la Alcaldía, trabajan en una propuesta para recoger problemáticas y plantear soluciones.
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Foto: Archivo
¿Para qué desarrollo económico en una ciudad en la que, en un futuro, no se podría vivir por el calentamiento global?
Más que una pregunta, dicen los líderes del programa Medellín Inteligente, es la reflexión que sirve de sustento para avanzar en la estrategia que promueve un nuevo pacto o contrato social.
Se trata pues de planear a 2030 esta urbe, creciente , dinámica, con aciertos y desaciertos, pero en la que hay un compromiso por transformar, del que hacen parte academia, púbicos y privados.
El proyecto, que ya surte una fase de exploración y es concebido como el nuevo contrato social de la ciudad, es adelantado por las universidades de Antioquia y Nacional, sede Medellín, con el apoyo de la Alcaldía y la validación del Gobierno Nacional, que espera replicar el modelo en otros territorios colombianos.
Diego Romero Vélez, asesor de Ciudades y Territorios Sostenibles del Ministerio de Tecnología, explicó que Medellín Inteligente es un proyecto que va a poner a la ciudad en la corriente de la transformación, de manera que sea escalable para que señalice al resto del país en un lineamiento de política pública que implique cambios.
“El desarrollo de los territorios se plantea en distintos niveles, sobre todo de manera antropocéntrica (el ser humano como medida y centro de todas las cosas), pensando en mejorar el nivel de vida ciudadano, pero antes hay otro que es cómo preservar la especie, pues si esta no existe para qué tecnología, desarrollo, calidad de vida”, explicó.
Según Romero Vélez, preservar la especie consiste en mirar una amenaza grande en el mundo y es que al 2030 es probable que la temperatura aumente 3 grados centígrados, y si esto sucede se derretirán los árticos y aumentará el nivel del mar.
Diagnóstico a 2019
Medellín Inteligente es una investigación de la que hace parte un conglomerado de universidades y científicos del mundo que, según Romero Vélez, se han dedicado a recorrer países para mapear políticas públicas internacional y nacionales.
Agregó que, el resultado inicial en la fase de exploración fue un sistema operativo organizacional que es la estructura que le abrirá las puertas a la transferencia tecnológica para que el territorio se desarrolle.
“Pensar en sostenibilidad implica revisar cuáles son las tecnologías que permitirán el nuevo desarrollo económico local, cómo va a ser la especialización inteligente y cómo todas esas actividades disminuyan la emisión de CO2 para que no cree esa capa que permite que el aire caliente se quede represado (efecto invernadero) y eso calienta la temperatura.
El proyecto, afirma Romero, tendrá consolidados datos en 2019, por ejemplo, con respecto a necesidades de agua, energía y gas, y la incidencia de estos servicios en el medio ambiente.
De esta manera (con los insumos de información) desarrollaremos investigaciones, soluciones. El resultado es la creación de un plan director, que le va poner una meta a Medellín llevándola a producción de conocimiento y trayendo los objetivos de Desarrollo Sostenible y un observatorio para identificar dónde estamos cometiendo errores”, aseveró Romero.
Trabajo en el territorio
La ciudad es compleja, en cuanto a su topografía y contexto social, consideran los investigadores de Medellín Inteligente, que prevé la transformación con planificación desde un enfoque sostenible.
Eduardo Firstman, director del consorcio internacional Masbio/Cartif, que apoya el proyecto, explica que se recogerán datos para entender lo que pasa, por ejemplo, en la comuna 13, que es diferente a lo que sucede en la 14.
Añade que hay que obtener esa información y luego cruzar datos para tener una plataforma de gestión, que es donde la universidad y el sector privado revisan cuáles fueron los problemas que se percibieron.
“Si hay una empresa que tiene la capacidad de resolver la situación, orienta a la universidad en la investigación y a partir de allí desarrolla el producto con el que va a resolver el problema ciudadano”, dice.
Firstman confía que el año entrante la ciudad comience a mirar estrategias tecnológicas para mitigar de manera articulada y planificada los problemas que tenemos en el territorio.
“Necesitamos entender nuestro territorio para saber cómo, con nuestras herramientas, encontramos las soluciones. El tema es cómo estas tecnologías, las insertas al territorio, se articula el Plan de Ordenamiento Territorial con la agenda 2030, la nueva agenda urbana del desarrollo y la política de desarrollo de Medellín”, concluye .
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