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En menos de 20 años el sector de Rodeo Alto, ubicado detrás del club El Rodeo y del cementerio Campos de Paz, vivió una explosión demográfica, sin que se construyera una sola vía para los nuevos vecinos.
Entre 2005 y 2016, la población de Guayabal, a la que pertenece esta zona, creció 10 %, 8.634 habitantes más, siendo la tercera comuna de la ciudad que más se expandió, según el Informe de Calidad de Vida de Medellín 2017.
El alcalde Federico Gutiérrez aseguró que el aumento de las viviendas sin una infraestructura vial complementaria, generó un “caos total” en la zona que apenas se empezó a resolver con la apertura de una nueva vía conocida como “Careperro” e identificada con el número 9 Sur.
“Es un proyecto de 1,8 kilómetros en cuatro fases, de las que ya tenemos dos listas (calle 9A Sur entre carreras 53 y 54 D) y una tercera en ejecución (hasta la carrera 79) En septiembre esperamos tener listo otro tramo y entregar la totalidad de la obra en diciembre”, reportó el mandatario.
El proyecto, sumadas sus cuatro fases, tiene un costo de $33.600 millones que salieron del presupuesto municipal; es decir, los habitantes del sector no pagaron valorización.
El concejal Jhon Jaime Moncada, quien desde hace 10 años lidera una comisión accidental que le hace seguimiento a las problemáticas del barrio, explicó que la obra era necesaria porque hoy hay 23 unidades residenciales con unas 11.000 personas.
“Fueron más de nueve años buscando recursos para resolver el problema. Hoy, sin terminar la totalidad de la obra, se ven beneficios, pero la tarea no acaba aquí. El barrio también necesita un plan de movilidad y mejores escenarios deportivos”, aseguró.
El plan de adquisición de bienes inmuebles de la Secretaría de Suministros reportó que, para hacer realidad la nueva vía, fue necesario comprar 3.500 m2 del cementerio Campos de Paz y 7.900 m2 del club El Rodeo.
Además se negoció la adquisición de 14 casas ubicadas en el sector Ocho de Diciembre para dar paso a la tercera fase del proyecto.
Andrés Uribe, subsecretario de Construcción de la Secretaría de Infraestructura, manifestó que toda la obra se planteó pensando en una movilidad integral.
“Tenemos 3.200 m2 de andenes de más de tres metros y 1.200 metros adicionales de ciclorrutas que permitirán la circulación de los habitantes en los diferentes modos de transporte”, explicó ante la comisión accidental hace una semana.
Mariano Soto, habitante del sector, dijo que aunque los trabajos no están finalizados, ya le han cambiado la cara al sector. “Era una obra muy necesaria para todos porque había muchos buses y las vías eran angostas”, relató.
Miguel Hernández, otro vecino del barrio, explicó que el taco se redujo de 8 a 4 minutos en hora pico —entre la urbanización Arco Iris y la carrera 80—con la entrada en servicio de la etapa dos.
Su única queja, dijo, es que aún hay conductores que dejan sus carros mal parqueados sobre la vía o incluso sobre los nuevos andenes.
Al respecto Mario Ramírez, subsecretario de Control de la Secretaría de Movilidad de Medellín, anunció que se incrementarán las campañas de educación vial. “El año pasado impusimos en la zona 263 comparendos e inmovilizamos 102 vehículos”, dijo .