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El corto trayecto entre la estación Poblado y San Antonio,en el Metro de Medellín, se convirtió en una pesadilla para Giselly Andrea Mejía por cuenta de un hombre que la tocó en sus partes íntimas.
Fue el pasado viernes en hora pico y la víctima se encontraba en la ciudad de vacaciones. Su reacción inicial fue apartarse mientras colgaba la llamada que había recibido y moverse para que el agresor quitara la mano:
“Yo tenía una falda y un hombre que estaba detrás de mí tenía su mano puesta en mi vagina. Apenas me moví él se dio cuenta y movió la mano. Colgué, guardé el celular y le di un codazo en la cara, creo que él no se lo esperaba. Ahí comencé a gritar y a exigirle que me respetara”.
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Lo que más indignó a la mujer que denuncia este caso de acoso en el sistema de transporte masivo del Valle de Aburrá fue la nula solidaridad que encontró por parte de los ocupantes que a esa hora atiborraban el vagón:
“Lo que más triste me puso fue que absolutamente nadie de todos los que estaban en el vagón del metro se solidarizó con una palabra. No hubo reproche alguno para el agresor y las mujeres hasta me evadían cuando las miraba a los ojos”.
Dos días después Giselly se decidió a contar su historia en las redes sociales con una fotografía del presunto agresor, en pocas horas la historia alcanzó miles de compartidos y cientos de comentarios de solidaridad y apoyo:
“Le tomé una foto al manoseador y su respuesta fue escupirme mientras lo hacía. De un vagón entero donde había aproximadamente más de cien personas nadie me apoyó. Antes de bajarme reteniendo las lágrimas de la ira, les dije a las mujeres que no tuvieran miedo, que por quedarse calladas era que seguía pasando; a los hombres les grité que ojalá se rieran cuando tocaran a sus hermanas, sus novias o sus mamás”, cuenta esta diseñadora gráfica antioqueña que está radicada hace varios años en la capital colombiana.
Llena de miedo y sorprendida por la falta de apoyo, la víctima abandonó la línea A en San Antonio y no buscó en ese momento a los empleados del Metro. Sin embargo, el martes se reunirá con funcionarios de la empresa para ampliar más detalles de lo ocurrido.
Giselly Andrea Mejía acudirá también el martes a la Policía y a la Fiscalía para poner en conocimiento el caso y buscar asesoría sobre el proceso legal a seguir. La idea, según cuenta, es que esta problemática sea visible y que no se mantenga ese imaginario que como en Medellín las mujeres no hablan del tema es que no ocurre.
Además de ofrecerle excusas a la mujer que denunció este caso, el Metro de Medellín rechazó de manera pública este tipo de incidentes en el sistema de transporte masivo:
“Pedimos disculpas a la ciudadanía y en especial a esta mujer que fue víctima de una situación tan bochornosa. Sabemos que pueden presentarse estas situaciones aunque reconocemos que la gran mayoría de nuestros usuarios tienen un comportamiento adecuado”, indicó Adriana María Sánchez, profesional de la gerencia social y de servicio al cliente.
La funcionaria explicó además que no tienen la competencia de impartir sanciones pero invitó a que este tipo de casos se reporten ante las autoridades de manera inmediata para poder registrarlo y pensar en estrategias para combatir estos temas.