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“Se ha ido como quería: en un avión”, familia de piloto muerto
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La familia del piloto Miguel Alejandro Quiroga Murakami recordó a su familiar. FOTOS: Suministradas por la familia -
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29 de noviembre de 2016
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El último mensaje del piloto boliviano Miguel Alejandro Quiroga Murakami al chat de Whatsapp de su familia llegó a las 4:00 p.m. del pasado lunes. Para ese momento, iba saliendo rumbo a Medellín transportando al equipo del Chapecoense para la primera final de la Copa Sudamericana.
No era la primera vez que la aerolínea Lamia, de la que era copropietario, transportaba a equipos de fútbol. En este año habían logrado posicionarse en el negocio de vuelos charter, según relata su familia, y bajo su mando se habían transportado las selecciones Argentina (con Messi y compañía), Bolivia, el mismo Atlético Nacional y el Chapecoense en otra ocasión.
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“Sabíamos que tenía que llegar a las 10:00 p.m., pero no se comunicó. Ahí nos preocupamos. Luego, a la 1:00 a.m. supimos que estaba desaparecido”, relata Talita Lavilla, cuñada del piloto.
Lavilla asegura que las últimas horas han sido devastadoras para la familia, pues la comunicación con su sitio de residencia es muy difícil. La familia de Quiroga Murakami reside en Epitaciolandia, un pequeño poblado de Brasil en la frontera con Bolivia. Por ello, dependen de los buenos oficios de la embajada boliviana quienes les habrían asegurado que en 72 horas repatriarían los restos mortales de su ser querido.
A pesar de la tristeza, Lavilla dice que “él se ha ido como quería: en un avión. Le brillaban los ojos cuando veía uno”.
Al parecer, la pasión por los cielos viene de sangre, pues según relatan, el padre de Miguel Alejandro también era piloto y falleció en un accidente aéreo.
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Roger Pinto, quien es su suegro, confirmó que Quiroga Murakami, graduado del Liceo Militar en Pando, Bolivia, era cofundador de Lamia con otro militar de aviación retirado en Bolivia.
Según su relato, recién en el último año habrían logrado consolidar un negocio próspero después de muchas penurias económicas. Lo hizo enfocándose en los equipos de fútbol, incluso personalizando los tres aviones que utilizaban con los escudos de los conjuntos que transportaba.
Recién hace dos años que empezaron a tramitar la conformación de la empresa y un año después, obtuvieron la licencia para empezar a operar.
En eso coincide Lavilla, que sostiene que su cuñado “hacía de todo en esa empresa. Servía de piloto, pero si necesitaba llevar algo, lo hacía”.
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En declaraciones a la prensa boliviana, el directivo de Lamia, Gustavo Vargas Gamboa, detalló que “hemos tenido el orgullo de llevar a la selección Argentina para que juegue en Brasil, a la Venezuela hacia Colombia, a equipos importantes para la competencia de la copa Sudamericana y a los clubes bolivianos de Oriente Petrolero, y Blooming, entre otros”.
Lamia nació en 2009 en Venezuela, pero mudó sus operaciones a Santa Cruz, Bolivia, en 2015. Según detalla la prensa boliviana, “lo que hacen es alquilar aviones de origen inglés fabricados en 1999”. Antes del accidente, operaban con tres aeronaves.
Aunque aún no se conocen los detalles de qué pasó con el vuelo al mando de Quiroga Murakami, su familia hizo un llamado a las autoridades antioqueñas para que les guarden cualquier objeto personal de su familiar. “Sabemos que hizo todo lo que pudo por salvar a todos. Estamos seguros que fue un héroe hasta el final”, concluyó Lavilla.
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