Cómo prevenir alergias en la lactancia

milk-995051_1280Recientemente se ha popularizado suspender alimentos de la dieta de la mujer lactante e incluso en las embarazadas para prevenir alergias alimentarias en los niños. Esto, en gran parte, relacionado con el diagnóstico cada vez más frecuente de alergias alimentarias en los lactantes. Surge entonces la pregunta acerca de cuál es la práctica que se debe realizar en este sentido. Qué tanto se puede evitar la aparición de alergias o como podemos prevenirlas.

Ya anteriormente hemos podido constatar que todos los alimentos que consume la madre afectan el sabor y la composición de la leche, por lo que potencialmente se puede generar una alergia. Para que aparezca una alergia, el organismo debe exponerse al elemento que ocasiona la misma. En ese orden de ideas uno podría decir que: el no consumir alimentos alergénicos previene las alergias. Siendo así y teniendo en cuenta los principales alimentos involucrados en esta condición, se debería eliminar la leche, soya, fresas, huevo, nueces, pescado y mariscos que son conocidos como los principales alimentos que producen alergias. Si se toma esta alternativa, la madre lactante se tendría que privar de todos estos alimentos, lo que haría un poco complicado organizar una dieta, pues varios de ellos aparecen en la alimentación diaria.

Considero entonces que es difícil prevenir la aparición de alergias alimentarias y que la práctica de eliminar alimentos de la dieta no es efectiva para tal propósito mientras no exista una justificación para hacerlo. Las alergias se pueden evitar de acuerdo a la historia familiar. Es decir, si uno de los padres o ambos son alérgicos, se debe retardar un poco la introducción de alimentos que puedan ocasionar alergias en particular los antes mencionados conocidos como los Big 7 o grandes 7.  Tampoco creo que se debe llegar al extremo contrario de dar todo tipo de alimentos a los niños incluso lactantes, pues el sistema digestivo requiere un proceso de maduración para soportar todos los tipos de comida. Fisiológica y genéticamente estamos diseñados para recibir lactancia en nuestros primeros meses de vida, y en particular leche materna.

Cuando se dan los casos de alergia ya establecida y documentada, es decir, que tengamos pruebas clínicas que confirmen esta situación, si debemos suspender el alimento que esta produciendo esta respuesta del organismo. En la mayoría de las ocasiones no es posible hacer pruebas de laboratorio o test de alergias, por lo que se debe hacer la prueba de ensayo respuesta. Esto es, retirar el alimento del cual sospechamos de la dieta de la madre y esperar que esto mejore la condición del bebé.

Por último tenemos que tener en cuenta que es la lactancia materna el mejor protector contra todo tipo de alergias, incluyendo las alimentarias.

La mala leche

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Recientemente, por medio de una paciente, me enteré de un problema en lactancia materna que es bueno conocerlo para poder solucionarlo. Se trata del exceso de lipasa en la leche materna. La lipasa es una enzima que tiene como función  metabolizar las grasas presentes en la leche. El exceso de esta enzima provoca alteraciones en la leche que terminan alterando su sabor. La lipasa produce un efecto de saponificación de las grasas que hace que está presente un sabor rancio que potencialmente produciría rechazo en la alimentación del bebe lactante.

Lastimosamente si la alteración del sabor es muy marcada y el rechazo también, esta leche se podría malograr. Sería muy triste además de un gran desperdicio tener que desechar tan valioso líquido. Por eso es importante realizar una prueba de la leche de manera temprana durante el proceso de construcción de un banco de leche.

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De grano en grano llena la gallina el buche

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En los procesos de formación es necesario recibir información constante y en pequeñas cantidades para poder procesarla de manera adecuada. La alimentación de Isabel ha sido un proceso de aprendizaje satisfactorio para todos. Cada una de las personas involucradas puede ostentar su parte de victoria en la educación nutricional. Su madre, las abuelas, los tíos, los maestros y yo personalmente me siento muy orgulloso de los logros alcanzados. Amén del conocimiento que he adquirido y la posibilidad que esto ha representado para ayudar a las demás personas.

El agasajo para el día del padre era la preparación de un plato típico como son los fríjoles verdes. Para su preparación era necesario sacarlos de su vaina y en esta labor nos ayudaron Isabel y su amiga Martina. Las dos se sentaron durante un buen rato a desgranar las vainas. Esta fue una buena oportunidad para ponerlas en contacto con un ingrediente crudo que luego será presentado en su cocción final y así pueden aprender a tener una mejor relación con los alimentos. La familiarización con los productos de parte de los niños facilita el aprecio por los mismos y su aceptación pues ellos participaron en su producción. Continuar leyendo

Aquí no se come a la carta

cooking-1050254_1920Esa fue la sentencia de Isabel esta semana que me dejo bien impresionado. Repetir las rutinas, ser consistente en el discurso y ser congruente con los actos, va generando en el inconsciente aquellas respuestas que esperamos de nuestros hijos y en este caso en particular en la dieta, entendiéndose por dieta la alimentación que conforma la nutrición de una persona.  No creo que alguna vez haya dicho las palabras de “aquí no se come a la carta”. Pero Isabel ya las tiene bien definidas.

Esto no quiere decir que no podamos dar gusto a nuestros hijos en cuanto a sus preferencias gastronómicas, pero también debemos cuidar el presupuesto familiar. No siempre se puede comer fuera de casa en primer lugar. Tampoco podemos preparar una comida diferente para cada miembro de la familia, pues esto consume tiempo y en ocasiones no disponemos de mucho. En tercer lugar tenemos que aprender a valorar los alimentos por lo que son y especialmente en hacer consciente todo el valor que nos brindan. Los alimentos nos ayudan a crecer, son importantes para estar saludables al conferirnos defensas, al igual que nos ayudan a estar bien desde el punto de vista anímico.

Es mas, considero y así se lo manifiesto en consulta a los padres que tienen hijos selectivos para el consumo de alimentos, que siempre debe haber algo que le guste a uno en el plato que se va a comer. Continuar leyendo

¿A qué sabe la leche materna?

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Muchas personas se preguntan cuál es el sabor de la leche materna y les da cierta vergüenza tratar de averiguarlo. A manera de broma, en mis charlas sobre lactancia materna, le he preguntado al Auditorio sobre quiénes han probado la leche materna y no obtengo muchas manos arriba. Es entonces cuando les digo que es una lástima que no los hayan lactado. Es importante conocer el sabor de la leche materna para comprender como se va desarrollando el proceso de lactancia de los recién nacidos particularmente en la aceptación o el rechazo.

La pregunta acerca del sabor se origina en la posibilidad que tiene la dieta materna en influenciar el sabor de la leche y por lo tanto la probabilidad de generar un rechazo de parte del lactante. En efecto la calidad de la leche materna cambia de una persona a otra y depende de variables como el periodo de lactancia, hora del día, tiempo de alimentación y por supuesto de la dieta materna. Frente a esta última es que existe mayor controversia, pero se ha aclarado con un estudio realizado en Dinamarca. En este estudio le dieron a las madres a tomar unas muestras con sabores diferentes y luego estos fueron medidos en la leche materna.

Los resultados obtenidos sí demostraron en efecto la presencia de dichas sustancias. La presencia de las mismas tuvo variaciones en cada paciente por lo que entonces no se puede ser categórico en suprimir cierto tipo de alimento durante este periodo de la vida. Depende de los síntomas que los alimentos produzcan como intolerancia o rechazo.

También se pudo definir en este estudio que después de ocho horas ya no estaba presente la sustancia, así que este es el límite de tiempo para considerar que si hay una sustancia que no queramos, después de este tiempo ya no va a estar presente.

La leche materna tiene alrededor de 200 componentes diferentes y estos son los que van a definir su sabor, desde el punto de vista bioquímico la leche tiene, además de proteína, un azúcar que es la lactosa, y esta le va a dar un gusto ligeramente dulce, por lo que es uno de los primeros sabores que vamos a encontrar en nuestra vida, y de ahí la relación que tenemos con los sabores dulces. En este mismo orden de ideas como  el sabor depende de la dieta de la madre, siempre recomiendo evitar comidas extremadamente condimentadas, el predominio de algunos ingredientes que sean fuertes y/o aquellos que particularmente no sean bien tolerados por la madre.

¿Y el jugo vale como fruta?

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Es increíble cómo se van instaurando los malos hábitos alimentarios desde la infancia. En la consulta de nutrición es frecuente encontrar personas que no consumen ni frutas ni verduras desde la primera infancia, y cada vez es más difícil para ellos iniciarse en el consumo de este grupo  de alimentos. Cuando se instruye a los pacientes acerca de la nutrición saludable, en donde deben alcanzar una ingesta diaria de 5 raciones de fruta y verdura siempre surge la pregunta: ¿Y el jugo vale como ración de fruta? La respuesta nos la da la Academia Americana de Pediatría (AAP), que se pronunció esta semana al respecto.

El Doctor Melvin Heyman con un grupo de colegas publicaron las recomendaciones de la AAP acerca del consumo de jugos. En resumen estas son:

1. Evitar por completo dar jugo a niños menores de un año de edad. Estos se deben alimentar con leche materna o de fórmula exclusivamente los primeros 6 meses de vida.

2. Si se va a dar jugo a un niño mayor de 6 meses de edad este se debe ofrecer en vaso, no en biberón.

3. Alentar el consumo de fruta macerada o en puré cuando se inicie la alimentación.

4. Después del primer año de vida el jugo es parte de una comida y debe ser 100% de fruta fresca.

5. Las cantidades recomendadas de acuerdo a la edad son:

  • 1 a 3 años máximo 4 onzas (120 ml)
  • 4 a 6 años de 4 a 6 onzas (120 ml a 180 ml)
  • Niños y adolescentes máximo 8 onzas (240 ml)

6. Nunca ofrecer jugo a la hora de dormir.

Estas recomendaciones están basadas en los riesgos que trae el consumo de jugo que son:

  • Trastornos digestivos (diarrea, distensión abdominal, gases)
  • Malnutrición (exceso o deficiencia de calorías)
  • Caries dental

Al alentar el consumo de frutas se está aumentando la cantidad de fibra en la dieta, lo cual es muy importante para la salud digestiva y para el control de peso por brindar saciedad. Además se están construyendo buenos hábitos. Por ultimo la AAP le recuerda a los padres que los niños al tomar leche y agua como fuentes de liquido alcanzan suficientemente para cubrir sus requerimientos diarios.

Desde hace mucho tiempo he coincidido con estas recomendaciones e Isabel no ha sido ajena a estas, de todas formas ella siempre ha tenido gran avidez por el agua como acompañante de sus alimentos y como bebida para disminuir la sed.

 

Papá, me cabe una tortilla más. Cuanto se debe dejar comer demás.

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tortilla-988986_1920Una noche de esta semana la cena fue de acuerdo al gusto de Isabel. A pesar de que no ha sido una fanática del huevo, si le gusta la tortilla de huevo. Es uno de sus desayunos favoritos, también se sirve en otros tiempos de comida de acuerdo a la disponibilidad y sobre todo al deseo de Isabel. Nosotros como padres debemos moldear el hábito con rutinas y disciplina, pero en este proceso también debemos sacar provecho de las preferencias y gustos de los niños para poder brindar un aporte nutricional adecuado acorde a las necesidades individuales relacionadas con la edad y la etapa de crecimiento.
¿Cuál es el límite para permitir que se repita un plato o que se agregue más comida? Continuar leyendo

Alerta Naranja- Como afecta la contaminación los alimentos

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Es increíble cómo cambian los tiempos y como los procesos educativos van generando cada vez mayor conciencia sobre lo ambiental y el cuidado que debe existir del medio ambiente. Isabel me pregunta y se pregunta con frecuencia cuando vamos a tener una alerta verde, que indique que los niveles de contaminación no existen en la ciudad. Esta pregunta me sembró la inquietud acerca de cómo afecta la contaminación ambiental de la ciudad los alimentos que consumimos.

En este orden de ideas debemos tener en cuenta diferentes aspectos y elementos implicados en la producción de alimentos. Los contaminantes más frecuentes son metales pesados como arsénico, cadmio, mercurio, plomo y aluminio. Estos, provenientes de la industria y la minería que hace vertimientos de estos elementos en aguas y suelos, o son residuos de diferentes productos como pilas o plásticos. Existen también contaminantes como bacterias y hongos que son responsables de infecciones.

En el caso particular de la contaminación ambiental y la presencia de material particulado en el aire, no se ha establecido aún cómo puede afectar la producción de alimentos. La presencia de plomo (presente en los combustibles) en el aire puede afectar la producción agrícola. Si bien es cierto que dentro del índice de calidad del aire (ICA) se mide además la presencia de bacterias y hongos que potencialmente podrían afectar la salud, esta situación se puede conjurar con el lavado adecuado de los alimentos previo a su consumo. Situación que no es efectiva cuando existen otro tipo de contaminantes como los metales mencionados anteriormente.

La relación contaminación-cáncer no tiene discusión, pero particularmente para aquellos de tipo respiratorio. Esto es, que los diferentes elementos presentes como hongos y bacterias, que si bien pueden producir cáncer se debe estudiar a fondo antes de emitir un concepto al respecto. Por lo pronto puedo decir que no representa un gran riesgo para cáncer, como si lo puede ser un mal hábito alimentario o una vida sedentaria que produzca sobrepeso u obesidad, los cuales si están relacionados directamente con esta enfermedad.

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