Comidas callejeras, ¿qué tan convenientes son?

 Foto cortesía El Colombiano

Foto cortesía El Colombiano

Como siempre son las tendencias de la moda las que marcan el gusto de las personas. Si bien existe la tendencia fit, orientada a la comida natural, orgánica con alguna consciencia que puede ser desmedida en algunos casos, donde optan por ingredientes importados y no autóctonos de la cocina local, también está la tendencia de los entusiastas por las comidas. La disponibilidad de gran cantidad de información, de diversos canales para la difusión y la promoción de estilos de vida, ha disparado el interés por la culinaria y la gastronomía.

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Deja a los niños

Para mí como padre de y médico especialista en nutrición es muy difícil pasar desapercibido por mis pacientes y amigos cuando estoy en la calle con Isabel, pues las miradas criticas no se hacen esperar en lo que tiene que ver con la alimentación de mi hija. Siempre he pregonado la adquisición de buenos hábitos alimentarios, y que estos se construyen en casa y en la escuela, y donde nosotros siempre tengamos control, debemos intervenir.

Recientemente una paciente al verme con mi hija comiendo papas de paquete tuvo la tranquilidad de poder sacar uno igual para sus hijos en  frente mío. Debemos partir de la premisa que en cualquier medio es difícil controlar todas las variables e información a la que están expuestos nuestros hijos. La publicidad, la escuela y particularmente los pares dentro de la escuela ejercen un gran poder sobre ellos. De nosotros depende encausar adecuadamente esta información.

Alguna vez me tildaron de cándido por evitar hasta ahora el consumo de bebidas gaseosas para mi hija, y que además estaba ayudando a gestar la anorexia en ella. Los excesos son malos, los extremos son peores. Soy consciente del medio en el que vivo, pero también tengo los criterios bien fundamentados de cómo quiero educar a mi hija. En este sentido tengo que hacer gala de mi conocimiento y orientar en este sentido la creación de los hábitos alimentarios de Isabel. Ella es una niña, yo también lo fui, y no estuve privado del consumo de dulces, refrescos, helados, chocolates, golosinas y demás que hacen parte de la dieta de la infancia. Lo importante es encontrar los espacios donde se pueden consumir como son por ejemplo los horarios, los días de la semana, sin ser como lo he dicho en anteriores artículos, objeto de premio o castigo para ellos.

Es así como ahora que se desarrollado mucho más la comunicación de parte de Isabel, ella misma  pide agua, mandarina, manzana, arbolitos (brócoli), queso, yogur, huevo además de los dulces, la chocolatina y el helado entre otros.

Ser firmes con nuestras orientaciones para con nuestros hijos nos ayuda a alcanzar las metas que nos propongamos. Hay que dejarlos ser niños, pero creo profundamente en la capacidad intelectual de los pequeños, al punto de no subestimarlos y por lo tanto de exigirles con amor y respeto y sobre todo con argumentos.

Así que no me avergüenzo si me ven con mi hija compartiendo una comida rápida o una golosina, porque estos hacen parte de la alimentación y no se clasifican los alimentos como buenos y malos, solo que hay un grupo que son más saludables que otros y del equilibrio resulta la diversidad y la prevención de los malos hábitos alimentarios.

No somos basurita

Una vez que los niños y niñas han crecido y han ampliado su repertorio en cuanto a los gustos alimentarios es frecuente encontrar que ya se consumen alimentos en la calle o por fuera de casa. No siempre estamos preparados, especialmente cuando salimos de casa, a la hora que corresponden a las comidas. No tenemos el acceso para la preparación de los alimentos de nuestros hijos, y debemos acudir a lo que se asemeje al gusto de ellos. También sucede que cuando estamos de paseo o visitando un centro comercial sentimos deseo de comer por ejemplo un helado o algún otro tipo de comida como dulces o pasteles. En estos momentos es de suma importancia evaluar diferentes situaciones para darles un manejo adecuado.

Inicialmente ver la hora y tratar de respetar el horario de comida de nuestros hijos. Si estamos cerca de la comida principal, preferir consumir una comida similar a la del niño o cercano a lo que el come regularmente. No pedir un plato exclusivo para él, y mejor adaptarnos nosotros a su gusto y tener una alternativa para compartir. Idealmente no comer dulces, postres, helados o altas cantidades de líquidos en este momento pues pueden alterar el apetito para la comida principal que prima sobre este tipo de comidas. Como alternativas existen “comidas rápidas” que pueden suplir una comida principal como las empanadas, hamburguesas, perros calientes, pasteles, tacos, pizza. Tal vez no son los ideales de una comida, pero en caso de necesidad son como lo he mencionado alternativas para suplir una necesidad. Personalmente  no considero esta “comida chatarra”, pues ningún alimento debe caer en esta clasificación, ya que ellos nos brindan de otra manera los nutrientes necesarios.
Si no estamos alrededor de la hora de su comida principal y la elección está alrededor de un gusto como un helado, siempre pedirlo para compartir. Abstenernos de pedir un alimento solo para nosotros y otro aparte para el niño, pues probablemente de acuerdo a la edad el niño no se lo comerá completamente y seremos nosotros quienes actuaremos como basurita. Esto quiere decir que por no desperdiciar comida nosotros como padres terminamos consumiendo las sobras de lo que no se alcanzaron a comer nuestros hijos o que por simple capricho no quisieron consumir.
Mi llamado es a respetar los gustos, a conocer las cantidades que consumen nuestros hijos, para evitar este tipo de situaciones, que lo único que logran es que los que se sometan a ser el recipiente de basura de sus hijos ganen peso y no logren mantener una vida saludable como quisiera.

En esta tabla esta definida la capacidad gástrica de acuerdo a la edad, comentado en El tamaño si importa

Capacidad gástrica = (Peso (g) -3)/ 10  
Edad Capacidad (mL)
Neonato 10 20
1 Semana 30-90
2-3 Semanas 75-100
1 Mes 90-150
3 Meses 150-200
1 Año 210-360
2 Años 500
10 Años 750-900
16 Años 1500
Adultos 2000-3000
Adaptado de Moulews&Ramsay, 1998