Cuando algún paciente me consulta para una asesoría para ser vegetariano, siempre le pregunto acerca de la motivación para realizar esa práctica. Es muy importante la motivación y los argumentos para ser vegetariano, pues de eso depende el éxito y la plena realización.
Si ya es un reto para cualquier persona convertirse al vegetarianismo, como será para una madre gestante. Recientemente acompañé en el proceso previo al embarazo, durante y después del embarazo a una madre que tiempo atrás había decidido ser vegetariana.
En primer lugar considero que el vegetarianismo es un estilo de vida y como tal se debe respetar a cada individuo en su elección. Mi misión como médico es brindar acompañamiento y asesoría a las personas que me lo pidan. No entro a juzgar y más bien ayudo a que alcancen su meta con el mayor éxito posible. Igualmente aclaro que al iniciar un embarazo no es precisamente el momento para cambiar el estilo de vida y optar por una dieta vegetariana.
En el caso de mi paciente, ella ya venía desde hace unos cuatro años cambiando su hábito alimentario y se decidió por una alimentación ovolactovegetariana, es decir, incluía alimentos como la leche y sus derivados además de huevo. Esto la diferencia de los veganos, que no consumen ningún tipo de proteína animal.