Cada que llega un nuevo año nos llenamos de planes, somos excesivamente optimistas y nos hacemos una infinidad de promesas para esta nueva etapa. Queremos aprender un nuevo idioma, o viajar a un lugar lejano, suspenderemos alguna adicción y después de los excesos de la navidad y la época de vacaciones, llega con el arrepentimiento, la sentencia que ahora si vamos a reducir peso e iniciar la actividad física que tanto hemos aplazado.
Nuestros hijos tal vez no pueden ser aún tan conscientes del planteamiento de estos propósitos y ellos solo esperan la siguiente fecha especial. Para Isabel es particularmente importante su cumpleaños y el regreso al colegio. Ella no está planeando que este año escolar lo va a ganar, pues es un hecho para ella. De igual forma no está haciendo promesas acerca del control de peso o la realización de actividad física. Ella sabe que una buena alimentación y el ejercicio son fundamentales para su crecimiento.
No estoy en desacuerdo con la planeación, ni mucho menos. No debemos improvisar las cosas y el establecer metas nos obliga a hacer revisiones y determinar su cumplimiento. Pero en el área de la nutrición es importante establecer un propósito antes de llegar a los extremos. Es decir, no hacer promesas una vez hayamos llegado al problema, sino establecer una alimentación saludable y la realización de actividad física como un estilo de vida.
La vida no debe estar llena de privaciones, pero si debe tener límites.
Llevar un plan alimentario para la reducción de peso y un plan de actividad física es supremamente difícil pues estamos llenos de objeciones para cumplirlos, aplazamos los eventos para el siguiente día “mañana empiezo la dieta” o culpamos al clima por no permitirnos hacer actividad “parece que va a llover”. Por eso es mejor no llegar a los extremos. Una vez estemos ahí por culpa de nuestros excesos, si es necesario establecer una meta. Para iniciar siempre debemos preguntarnos porque queremos perder/ganar peso y/o realizar actividad. Los objetivos son fundamentales para ayudarnos a tener disciplina en la nueva etapa que nos planteamos. Sugiero no ser demasiado ambiciosos y más bien establecer metas pequeñas alcanzables, que nos van a brindar satisfacciones y a reforzar que si podemos.
Apliquemos estos principios con nuestros hijos para facilitarles los procesos de control de peso.
Mis mejores deseos para el 2018 que llega y que podamos alcanzar las metas que nos establezcamos.