F-150 Raptor SVT: Ford saca las garras

La variante más extrema de la icónica pick up  F-150 ya se estrena de manera oficial en el país, después de ver algunas unidades rodando bajo la figura de la importación directa. Esta camioneta de cabina extendida se mueve gracias  a un V8 de más de 6 litros con 411 caballos, todo un representante del gusto americano.

Sobre la tradicional F150, que luce mansa al lado de esta presentación, la Raptor cuenta con  dos puertas delanteras y dos minipuertas traseras que se abren en sentido opuesto. La  parrilla es voluminosa, con el nombre Ford esculpido y adornada con luces marcadoras integrales, nuevas farolas y defensa frontal, extractores en el capó y en los flancos del motor, logos ‘RAPTOR’, ‘SVT’ y ‘Fox Racing Shox’ visibles, una anchura superior a la de la F-150 (+18cm) imagínensela parqueando, estribos en aluminio fundido color negro, sistema de acceso codificado en la puerta del conductor y hasta gráficas en los costados traseros a manera de ‘barro digital’, que emulan salpicaduras del camino y a su vez identifican esta edición especial.

La Raptor SVT, de 2.7 toneladas y 451 kg de capacidad de carga,  está impulsada por un V8 de 6.2 litros dispuesto longitudinalmente, que produce 411HP a 5.500rpm con 434 libras/pie de torque 4.500rpm. El tanque es de 36 galones de gasolina extra, a 10 mil el galón, saque cuentas de los que se gasta en alimento para esta mascota.

Esta potencia se dosifica a las cuatro ruedas, según las necesidades de tracción, de acuerdo con la selección que se haga desde un interruptor en la consola central entre los modos de manejo ‘Normal’, ‘Deportivo’ y ‘Off-road’. Una caja automática de 6 velocidades con opción seudomanual SelectShift, que permite escoger la marcha mediante un botón ubicado en la palanca, completa el tren motriz junto con el sistema de control electrónico de estabilidad y tracción AdvanceTrac.

Un esquema de suspensión independiente en el eje delantero  con brazos moldeados en aluminio, sumado a uno de eje rígido en el tren trasero con ballestas y amortiguadores de gas presurizado, ofrece  34cm de recorrido útil en la suspensión trasera y 28.4cm en la delantera. Las llantas son 315/70 R17.

El equipo de serie de la  Ford Raptor SVT incluye el sistema SYNC por comandos de voz, para operar los celulares y los reproductores digitales de música, el sistema MyKey que restringe algunos parámetros de la pickup cuando se le presta a los hijos adolescentes, como la velocidad máxima o el volumen del sonido. Control automático de estabilidad de remolques instalado de fábrica (Sway Control), control de descenso en pendientes, volante multifunción forrado en cuero, equipo Sony para 6CDs con MP3 y toma auxiliar de audio, pantalla de mensajes LCD de 4.2”, tablero auxiliar de interruptores en la consola para accesorios personalizados y asientos delanteros en cuero ajustables eléctricamente en 10 vías, con calefacción y memoria de posición.

El abundante equipamiento lo complementan el techo corredizo, los pedales de altura ajustable con memoria, los retrovisores electrocromáticos con desempañador y mecanismo de pliegue eléctrico, luces de encendido automático, sistema EasyFuel de cierre hermético sin tapa en el tanque de combustible, sistema de encendido a control remoto,  sistema electrónico de climatización dual y en el apartado de seguridad, 6 airbags, alarma perimetral, indicador de presión de neumáticos y sistema de activación de luces y bocina en caso de colisión (S.O.S. PostCrash).

Fabricada en la planta de vehículos utilitarios de Ford, en el complejo histórico Rouge Center en Dearborn, Michigan, la nueva RAPTOR SVT está disponible en nuestro país en colores blanco Oxford, naranja metálico, azul flama, negro gala y plata puro, con garantía de 2 años ó 50.000 km, por un precio de $116.900.000.

Aquí, la Ford F-150 Raptor SVT en acción.

Subir y arrancar Trato de hacer memoria y acordarme del primer momento en que un carro me llamó la atención más de lo normal y siempre me remito a unas viejas fotos de mi primer cumpleaños. Allí aparezco al lado de un flamante Ford Galaxie 500 adscrito al cuerpo de bomberos de alguna ciudad norteamericana. Posteriormente, mis padres continuaron regalándome autos en mis cumpleaños. Conservo también una fotografía con un pastel hermosamente decorado y un VW Beetle rojo que yo miraba con asombro. Vinieron luego los maravillosos Matchbox 1/64 y algunos coches de carreras que funcionaban con gasolina ¡de avión! Y que mis primos mayores gozaron a placer mientras el ruido ensordecedor que producían, me causaba genuino terror. Un tío fue quien acolitó (al fin y al cabo es sacerdote) mi primera “manejada” en su viejo Jeep Willys MB, con el que dábamos la vuelta a la manzana. El controlaba la pedalería y los cambios, mientras yo trataba de girar el pesado volante. Mis otros tíos me mantenían al tanto del mercado automotor, pues en los viajes y paseos me preguntaban por las marcas y modelos de todos los carros que veíamos, hasta que me los aprendí todos. De los “de verdad” recuerdo el Zastava 1500 amarillo de mi tío Aquiles, auto al que cariñosamente apodaban “el maracuyá” y que compraron el mismo año en el que nací. Cuando lo vendieron, casi no me cuentan pues temían mi tristeza al saberlo y pues, la verdad, no los defraudé. Llegó la época de las revistas, los catálogos, los libros y cuanta publicación sobre autos existiera. Pasaba tardes y noches devorándolas ansiosamente, aprendiéndome de memoria fichas técnicas, modelos, características y los datos más precisos de cada ejemplar. Eso sí de mecánica, nada. Me embiste un dulceabrigo y cualquier tornillo en un motor significa para mi, poco menos que magia negra Mi profesión de periodista me ha permitido experiencias inolvidables con los carros, dirigir algunos programas sobre el tema, cubrir las ferias, participar en encuentros, desfiles y ser testigo desde esta óptica del crecimiento y las contracciones del mercado, probar algunos modelos y conocer personajes que me han honrado con su invaluable amistad y sabiduría infinita. Con el advenimiento de internet y la televisión internacional, el aprendizaje se expandió a niveles insospechados. Ahora era posible explorar más allá y en tiempo real, lo que estaba sucediendo en el mercado automotor mundial. Participar en chats, foros y páginas se convirtió en la principal fuente de conocimiento y en un segundo aire para esta afición. Gracias entonces a la red mundial y a la magnífica herramienta que proporcionan los blogs, y, por supuesto, a la gentil complicidad del equipo de Medios Electrónicos de EL COLOMBIANO y su editor general, Fernando Quijano, que avaló esta propuesta, es que hoy puedo compartir con ustedes este rincón minúsculo del ciberespacio, en donde la idea es compartir experiencias y conocimientos, retroalimentarnos con las noticias que produce este dinámico sector, enterarnos de las novedades más recientes y, sobre todo, divertirnos con una pasión que va más allá de conducir y maravillarnos con el invento más sensacional de la historia. Se trata entonces de abrir el blogaraje y dejar salir la imaginación con el placer que produce ver estas hermosas piezas en acción, que nos roban suspiros y nos producen un constante hormigueo que solo los aficionados a los carros entendemos, compartimos y acolitamos (como mi tio el cura). Bienvenidos, súban, abròchense y disfruten el viaje.

1 comment

  1. deivi bula   •  

    estoy interesado en saber el rendimiento de kilómetros por galón de gasolina de la ford 150 raptor modelo 2012

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