Los cinco Porsche más rápidos de la historia

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Porsche y velocidad son dos palabras que han ido siempre de la mano, como quiera que es una marca emblemática en el mundo de los automóviles deportivos. Si bien es cierto que ha habido unos modelos con más carácter que otros, desde el 924 hasta el 918, pasando por el emblemático 911, los productos de la casa de Stuttgart siempre han sido un referente cuando de prestaciones se trata, bien sea como coupés, convertibles, fastbacks o SUV, terrenos en los cuales ha participado con notable éxito, creciendo el prestigio de este nombre, fundado por el Doctor en ingeniería Ferdinand Porsche hace ya 70 años. Hoy les traemos entonces una selección que nos presenta los cinco ejemplares más rápidos entre los rápidos hasta conocer el primero, el Santo Grial de Zuffenhausen. Veamos.

#5: 911 Turbo S

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El primero en aparecer en la lista es el 911 Turbo S, el auto más rápido que hemos conducido en Blogaraje, gracias a una experiencia vivida recientemente en Perú. Este carro combina el equilibrio entre la versatilidad para el uso diario y la impresionante aceleración. Su motor de 3.8 litros sobrealimentado y con cilindros horizontalmente opuestos ubicado detrás del eje posterior, produce 580 caballos de potencia. Superar los 300 kilómetros por hora no es un problema para este atleta de alto rendimiento, que alcanza una velocidad máxima de 330 kilómetros por hora y un 0 a 100 en ínfimos 2.9 segundos.

#4: Carrera GT

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El 911 Turbo S es superado nada menos que por el Carrera GT. Su motor V10 de 612 caballos de potencia le permite acelerar de 0 a 100 km/h en solo 3.9 segundos y alcanzar los 334 kilómetros por hora, convirtiéndolo en un miembro de referencia en el exclusivo club de los superdeportivos. También fue la primera unidad de producción en serie cuyo chasis monocasco y bastidor auxiliar están hechos completamente de plástico reforzado con fibra de carbono (CFRP).

#3: Porsche 959 S

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Para llegar al tercer escalón de los más veloces debemos retroceder un paso más en la historia: el Porsche 959 S. A mediados de la década de los 80, el Porsche 959 fue uno de los primeros modelos apodados ‘superdeportivo’. La razón: un motor de 2.8 litros de seis cilindros opuestos horizontalmente hizo que el 959 se convirtiera en el deportivo más rápido del mundo en su época. El 959 S subió el listón un peldaño más. Las 29 unidades producidas de manera exclusiva elevaron la potencia de 450 a 515 caballos, con lo cual este auto alcanza los 339 kilómetros por hora.

#2: Porsche 911 GT2 RS

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El próximo competidor trae a los espectadores a la actualidad: el Porsche 911 GT2 RS. Este deportivo que logró superar dos veces el récord de velocidad al Circuito Norte del legendario autódromo de Nürburgring, es un ejemplar que demuestra su alto rendimiento y comportamiento dinámico en las curvas, pero que a la vez afirma sus puntos fuertes en las rectas largas. Los 700 caballos de potencia que se esconden en su motor horizontal de 3,2 litros catapultan al conductor de 0 a 100 km/h en solo 2,8 segundos y lo llevan hasta los 340 kilómetros por hora.

#1: 918 Spyder

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Sin embargo, en el primer lugar del escalafón se encuentra otro auto que hace cinco años rompió el récord del Circuito Norte de Nürburgring. El 918 Spyder muestra lo que puede lograr su potencia híbrida combinada de 887 caballos. Con una aceleración de 0 a 100 km/h en solo 2,6 segundos y una velocidad máxima de 345 kilómetros por hora, no es de extrañar que al 918 Spyder ocupe el lugar más alto del Top 5 de velocidad en Porsche.

Subir y arrancar Trato de hacer memoria y acordarme del primer momento en que un carro me llamó la atención más de lo normal y siempre me remito a unas viejas fotos de mi primer cumpleaños. Allí aparezco al lado de un flamante Ford Galaxie 500 adscrito al cuerpo de bomberos de alguna ciudad norteamericana. Posteriormente, mis padres continuaron regalándome autos en mis cumpleaños. Conservo también una fotografía con un pastel hermosamente decorado y un VW Beetle rojo que yo miraba con asombro. Vinieron luego los maravillosos Matchbox 1/64 y algunos coches de carreras que funcionaban con gasolina ¡de avión! Y que mis primos mayores gozaron a placer mientras el ruido ensordecedor que producían, me causaba genuino terror. Un tío fue quien acolitó (al fin y al cabo es sacerdote) mi primera “manejada” en su viejo Jeep Willys MB, con el que dábamos la vuelta a la manzana. El controlaba la pedalería y los cambios, mientras yo trataba de girar el pesado volante. Mis otros tíos me mantenían al tanto del mercado automotor, pues en los viajes y paseos me preguntaban por las marcas y modelos de todos los carros que veíamos, hasta que me los aprendí todos. De los “de verdad” recuerdo el Zastava 1500 amarillo de mi tío Aquiles, auto al que cariñosamente apodaban “el maracuyá” y que compraron el mismo año en el que nací. Cuando lo vendieron, casi no me cuentan pues temían mi tristeza al saberlo y pues, la verdad, no los defraudé. Llegó la época de las revistas, los catálogos, los libros y cuanta publicación sobre autos existiera. Pasaba tardes y noches devorándolas ansiosamente, aprendiéndome de memoria fichas técnicas, modelos, características y los datos más precisos de cada ejemplar. Eso sí de mecánica, nada. Me embiste un dulceabrigo y cualquier tornillo en un motor significa para mi, poco menos que magia negra Mi profesión de periodista me ha permitido experiencias inolvidables con los carros, dirigir algunos programas sobre el tema, cubrir las ferias, participar en encuentros, desfiles y ser testigo desde esta óptica del crecimiento y las contracciones del mercado, probar algunos modelos y conocer personajes que me han honrado con su invaluable amistad y sabiduría infinita. Con el advenimiento de internet y la televisión internacional, el aprendizaje se expandió a niveles insospechados. Ahora era posible explorar más allá y en tiempo real, lo que estaba sucediendo en el mercado automotor mundial. Participar en chats, foros y páginas se convirtió en la principal fuente de conocimiento y en un segundo aire para esta afición. Gracias entonces a la red mundial y a la magnífica herramienta que proporcionan los blogs, y, por supuesto, a la gentil complicidad del equipo de Medios Electrónicos de EL COLOMBIANO y su editor general, Fernando Quijano, que avaló esta propuesta, es que hoy puedo compartir con ustedes este rincón minúsculo del ciberespacio, en donde la idea es compartir experiencias y conocimientos, retroalimentarnos con las noticias que produce este dinámico sector, enterarnos de las novedades más recientes y, sobre todo, divertirnos con una pasión que va más allá de conducir y maravillarnos con el invento más sensacional de la historia. Se trata entonces de abrir el blogaraje y dejar salir la imaginación con el placer que produce ver estas hermosas piezas en acción, que nos roban suspiros y nos producen un constante hormigueo que solo los aficionados a los carros entendemos, compartimos y acolitamos (como mi tio el cura). Bienvenidos, súban, abròchense y disfruten el viaje.

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