Hay que reconocerle al grupo PSA (Peugeot-Citroën) su perseverancia en Colombia para introducir los motores Diesel en los automóviles particulares. Desde hace unos 5 años proponen esta mecánica en modelos como el 207 y 307 en la casa del león y en los C2, C3 y C4 por el lado del doble Chevron. El público poco a poco los ha ido recibiendo y se ha dado cuenta de las bondades de usar estos motores, sobre todo por economía de combustible y torque disponible a bajas revoluciones. La calidad de combustible colombiano no ayudó mucho a la penetración de estas opciones que en Europa son mayoría, pero ahora, con la nueva política de combustible limpio que está implementando Ecopetrol en el ACPM nacional, bien vale la pena considerar esta alternativa. Por eso, nos dimos a la tarea de probar el Peugeot 207 Compact con el motor HDi de 2 litros para Blogaraje.
El 207 Compact es un escalón intermedio entre el antíguo 206 que data de 1998 y su natural reemplazo, el 207, que se presentó en 2008 en nuestro país. Tiene un poco de los dos modelos, tanto en el exterior como en su cabina y se produce en la planta de Peugeot Argentina donde se exporta a Mercosur y Colombia. A nuestro país llega con los motores de 1.6 litros gasolina en caja mecánica y automática y el 2.0 HDi que nos ocupa, con caja mecánica de 5 marchas.
Por fuera
Es un Hatchback para 4 pasajeros del segmento B (3,9 metros de largo). El frente es su punto más distintivo pues es el que tiene un verdadero parecido con el 207. Las farolas alargadas, la persiana baja con el paragolpes negro y el gran escudo del León en el capó son su carta de presentación como nuevo modelo, pues es el mismo trazo que tienen el 308 y el 407.
Sin ver el frontal y sólo mirando al Compact de manera lateral, es dificl deducir que no es un 206 “normalito” y si lo vemos desde atrás, sólo las luces cambian en su presentación con unas inserciones de apariencia metálica en su interior, hay dos nuevas antinieblas y los anagramas que lo identifican nos dan a entender que estamos ante una alternativa “diferente”
Por dentro
En el interior hay más “amalgama “206-7. Con respecto al modelo anteror, cambia la presentación de algunos elementos del tablero, el cuadro de instrumentos es el del 207, así como las rejillas de ventilación. Pero el radio (!Sin MP3!) con mandos desde el timón, los mandos del aire, el volante y las carteras de las puertas, se heredan del 206 así como el tapizado de los asientos y el doble airbag. Hay una escotilla de apertura eléctrica, los 4 vidrios, con mandos en el túnel central, los seguros y el baúl, se abren también automáticamente. Sobre la consola central hay una pequeña pantalla exclusivamente para la identificación del equipo de audio, no hay computadora de consumos, sólo cuentakilómetros digital con odómetro parcial.
En marcha
Los asientos de este Peugeot, como los de la mayoría de autos franceses, son bastante cómodos, albergan bien el cuerpo y no tienen reparos en su capacidad de ajuste. La tela es resistente y su color oscuro oculta bien la mugre. La sensación general de la cabina es de amplitud y sobriedad. Amplitud digo, para los pasajeros delanteros, pues atrás se complica el tema si tenemos los asientos frontales corridos hacia atrás. El espacio para las piernas es testimonial y si encima son pasajeros de buena talla, la habitabilidad se ve un poco comprometida.
Ya puestos en el asiento, insertamos la llave con mando a distancia para apertura de puertas en un suiche convencional. El Peugeot enciende y de inmediato es imposible ocultar que estamos ante un Diesel. La rumorosidad, si bien no es molesta, sí se hace sentir al ralentí. Este motor es el HDi de 90 caballos, 2 litros y 205 nm de torque a 1750 revoluciones visto ya en Europa en el 206 desde comienzos de siglo. Hoy en día este modelo equipa en el viejo continente un 1.4 litros de 68 caballos y el 207 como tal, lleva el HDi 1.6 de 90 unidades.
Al enganchar la primera, la respuesta se hace un poco lenta al inicio, pero una vez el propulsor alcanza casi las 2 mil rpm, el pequeño león se despierta con el golpe del turbocompresor y alcanza un ritmo muy parejo con un empuje constante hasta casi las 4 mil 500 vueltas. Los 90 caballos de este Diesel se nos hacen como unos 115 de un motor a gasolina. En ciudad, el 207 Compact es muy ágil y tiene un comportamiento dinámico bien agradable, responde correctamente en todos los terrenos de una ciudad como Medellín, ideal para probar todas las condiciones de respuesta. Las recuperaciones, simpre y cuando no se caiga el cuentavueltas, son las esperadas y en subidas como la Loma de El Tesoro o Los Balsos, el carro marcha en su mejor régimen entre segunda y tercera, sin afugias ni síntomas de agotamiento.
En carretera abierta es donde mejor parece sentirse este motor pues en cambios altos y a buena velocidad, el sonido del ciclo Diesel ya no es perceptible y la economía se acrecienta, alcanzando a ver consumos entre los 60 y 65 kms/ galón a 90 km/h en quinta marcha.
La barra de cambios tiene un tacto mas bien “suelto”, pues crujen bastante sus componentes al enganchar los engranajes y la propia palanca tiene un juego que deja la sensación de ser poco precisa, pero es sólo eso, una sensación pues nunca tuvimos problemas para conseguir la relación adecuada.
Los frenos no merecen mayor comentario. Funcionan muy bien con el ABS y no acusan síntomas de fatiga. Adelante hay discos y atrás encontramos tambores. La suspensión tiene un reglaje preciso y es muy equilibrada como suele acontecer en los Peugeot, el ajuste es correcto y sobre todos los caminos el 207 Compact se siente aplomado, estable y con una altura sobre el piso suficiente para el tipo de carro que es.
Conclusiones
Para girar un cheque por 44.9 millones de pesos por este Peugeot hay que tener claras sus bondades: un bonito y actual diseño, buena amplitud en las plazas delanteras, una economía de combustible superior a la de todos los carros de su precio, un fondo muy bueno para viajes prolongados, agilidad en ciclo urbano y aceptable calidad de construcción. Pero también debemos ser conscientes que por ese dinero faltan detalles como el radio con MP3 y el computador a bordo.
De todas maneras, cada Peugeot tiene su encanto, una clase inobjetable, un look fashion que a todos gusta y si se quiere, una exclusividad que también tiene su público pues es una sensación muy agradable saberse con un carro del que no se ven 10 en cada semáforo. Eso, también se paga.