Toma de contacto: Hyundai IONIQ Hybrid

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Una de las gratas sorpresas del pasado ExpoCar fue la presentación en sociedad del Hyundai IONIQ en su versión híbrida, un modelo rompedor desde todo punto de vista y que según voceros de la marca, podría llegar al país con precio interesante, lejos del alto costo de los eléctricos medianos. El IONIQ busca hacerse un lugar en nuestro mercado con una propuesta que combina dos bondades, un motor de combustión con interesantes prestaciones y una unidad eléctrica que lo alimenta en arrancadas, detenciones y rodajes a bajas revoluciones. Tuvimos un breve contacto con este automóvil gracias a la gentil invitación del concesionario Fersautos de Medellín y estas son nuestras impresiones.

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El Hyundai IONIQ es un cinco puertas muy parecido en tamaño al Elantra y solo llega al país con la propuesta híbrida, pues también existen en versiones eléctrica e híbrido enchufable. En su interior encontramos una buena calidad en los materiales, con acabados blandos y bien aislados, y un equipamiento profuso. La posición de conducción y los asientos, de regulación eléctrica, son muy buenos y le dan un aire de gama superior a la cabina del carro. El arranque es por botón y el acceso sin llave.  Al encenderlo el ambiente del tablero y su luminosidad ofrecen la sensación vanguardista de los carros eléctricos. El maletero acomoda 443 litros y la versión probada lleva techo eléctrico de cristal.

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El motor térmico tiene una potencia nominal de 103 caballos pero en conjunto con el propulsor eléctrico la cifra aumenta hasta los 141 caballos. Su conducción es muy agradable en todas las circunstancias, incluso en las pronunciadas lomas de Medellín, donde lo probamos con cinco personas a bordo, pues arranca con el motor eléctrico entregando el torque de manera inmediata. Este propulsor también se activa en esperas largas, cuando se oprime poco el pedal, en descensos sin acelerar o en congestiones, evitando el consumo inoficioso de carburante. Cuando el carro se acelera, el motor térmico entra en acción, proporcionando un nivel de empuje destacable cuando se necesita (repechos, sobrepasos), gracias en parte a la magnífica caja automática de seis velocidades. Como curiosidad, el freno de estacionamiento es de pedal, como los carros de origen norteamericano.

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Según la marca, las buenas prestaciones se consiguen también por un peso contenido gracias al uso de aceros de alta resistencia (un 53%) y aluminio en la carrocería y estructura general del carro. Es destacable también el buen comportamiento de las suspensiones, de tipo multibrazo atrás, que sortean con mucha suavidad las irregularidades del camino, proporcionando una marcha cómoda para cuatro pasajeros, aunque una quinta persona se puede acomodar en el asiento posterior gracias al piso casi plano y a la buena distancia entre las sillas, pero en viajes no muy largos. Los rines son de 17 pulgadas con llantas de 225 mm de ancho y la cabina en general se siente muy ajustada, sin ruidos parásitos.

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La pantalla central, si bien no es muy grande (siete pulgadas), es fácil de operar y ofrece información muy completa y detallada mediante un sistema táctil. El cuadro de instrumentos también muestra todos los detalles de la conducción en sus modos y sistemas. Como ya es usual en este nivel, el volante tiene mandos remotos para la telefonía y el sistema de infoentretenimiento, mientras en la consola central hay botones muy fáciles de leer para la climatización, que es digital bizona.

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La visibilidad hacia adelante es buena, hacia los lados no tanto y francamente mala hacia atrás, pues por el diseño de la trasera el espejo retrovisor pierde mucha área de observación por un alerón de dudosa estética que la atraviesa y siempre habrá que estar pendiente de la cámara de reversa y los espejos laterales para saber quién nos precede. La dirección eléctrica es suave, precisa y lleva la carrocería con facilidad. Para manejar el IONIQ de manera manual, hay que poner la palanca en modo Sport y rebajar y subir los cambios a placer.

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En definitiva, consiguiendo un buen precio por parte del importador (al escribir esta nota no lo sabíamos), el IONIQ es una estupenda opción en el mercado de sedanes medios, pues por la tecnología que propone, los sistemas ahorradores de combustible que tiene y la calidad general del carro, resulta muy racional para su uso diario y familiar. Conocimos que Neocorp ya ha hecho un pedido de 500 unidades para ser comercializadas en 2018 y que ya está incluso haciendo pruebas con el Sonata híbrido para intentar venderlo también en Colombia.

 

 

 

 

 

Subir y arrancar Trato de hacer memoria y acordarme del primer momento en que un carro me llamó la atención más de lo normal y siempre me remito a unas viejas fotos de mi primer cumpleaños. Allí aparezco al lado de un flamante Ford Galaxie 500 adscrito al cuerpo de bomberos de alguna ciudad norteamericana. Posteriormente, mis padres continuaron regalándome autos en mis cumpleaños. Conservo también una fotografía con un pastel hermosamente decorado y un VW Beetle rojo que yo miraba con asombro. Vinieron luego los maravillosos Matchbox 1/64 y algunos coches de carreras que funcionaban con gasolina ¡de avión! Y que mis primos mayores gozaron a placer mientras el ruido ensordecedor que producían, me causaba genuino terror. Un tío fue quien acolitó (al fin y al cabo es sacerdote) mi primera “manejada” en su viejo Jeep Willys MB, con el que dábamos la vuelta a la manzana. El controlaba la pedalería y los cambios, mientras yo trataba de girar el pesado volante. Mis otros tíos me mantenían al tanto del mercado automotor, pues en los viajes y paseos me preguntaban por las marcas y modelos de todos los carros que veíamos, hasta que me los aprendí todos. De los “de verdad” recuerdo el Zastava 1500 amarillo de mi tío Aquiles, auto al que cariñosamente apodaban “el maracuyá” y que compraron el mismo año en el que nací. Cuando lo vendieron, casi no me cuentan pues temían mi tristeza al saberlo y pues, la verdad, no los defraudé. Llegó la época de las revistas, los catálogos, los libros y cuanta publicación sobre autos existiera. Pasaba tardes y noches devorándolas ansiosamente, aprendiéndome de memoria fichas técnicas, modelos, características y los datos más precisos de cada ejemplar. Eso sí de mecánica, nada. Me embiste un dulceabrigo y cualquier tornillo en un motor significa para mi, poco menos que magia negra Mi profesión de periodista me ha permitido experiencias inolvidables con los carros, dirigir algunos programas sobre el tema, cubrir las ferias, participar en encuentros, desfiles y ser testigo desde esta óptica del crecimiento y las contracciones del mercado, probar algunos modelos y conocer personajes que me han honrado con su invaluable amistad y sabiduría infinita. Con el advenimiento de internet y la televisión internacional, el aprendizaje se expandió a niveles insospechados. Ahora era posible explorar más allá y en tiempo real, lo que estaba sucediendo en el mercado automotor mundial. Participar en chats, foros y páginas se convirtió en la principal fuente de conocimiento y en un segundo aire para esta afición. Gracias entonces a la red mundial y a la magnífica herramienta que proporcionan los blogs, y, por supuesto, a la gentil complicidad del equipo de Medios Electrónicos de EL COLOMBIANO y su editor general, Fernando Quijano, que avaló esta propuesta, es que hoy puedo compartir con ustedes este rincón minúsculo del ciberespacio, en donde la idea es compartir experiencias y conocimientos, retroalimentarnos con las noticias que produce este dinámico sector, enterarnos de las novedades más recientes y, sobre todo, divertirnos con una pasión que va más allá de conducir y maravillarnos con el invento más sensacional de la historia. Se trata entonces de abrir el blogaraje y dejar salir la imaginación con el placer que produce ver estas hermosas piezas en acción, que nos roban suspiros y nos producen un constante hormigueo que solo los aficionados a los carros entendemos, compartimos y acolitamos (como mi tio el cura). Bienvenidos, súban, abròchense y disfruten el viaje.

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