Todas las noches hago la misma promesa. Voy a escribir todos los días, así sea una letra, mísera. Y todas las noches, como esas promesas de los alcohólicos y los pasados de peso, digo que mañana, que prometo que mañana empiezo, que hoy ando muy cansada, que la cabeza está muy cansada. Y entonces es la posposición, de la posposición, de la posposición y de la posposición. También de la repetición insostenible de ideas. Yo digo todas las noches que voy a escribir a diario, como los grandes escritores. Y luego salgo con la disculpa estúpida (sí, sos una estúpida y todo), de que los grandes escritores tienen todo el tiempo para escribir todos los días. Como si ellos, de toda la vida, tuvieran en la tarjeta profesional: escritores. También, de seguro, fueron soldados rasos de alguna profesión desconocida y querida, por supuesto. No todo tiene que ser tan malo. Todos los días me hago la promesa de que voy a escribir a diario. Y yo escribo a diario, todos los días, infaltablemente, casi, con pseudónimo. Salvo que hablo de escribir de esas cosas extrañas y raras que suelo escribir, sólo por ese sueño absurdo (creo que en algún momento los sueños siempre parecen absurdos, necesariamente) de que debo ser escritora. Prometo, que voy a escribir diario, así me vaya quedando como la oveja.
Camila.
Me identifico contigo, me hago la misma `promesa todos los días, escribir algunas lineas, ya somos dos… a ver quien lo cumple primero…
Abrazos y éxitos
Camila, gracias por tu mensaje, pues lo recibí con mucho cariño.
Siento en este artículo que, sin ninguna duda, ya eres una gran escritora, y yo, estaré aguardando la edición de su primer y importante libro. Adelante con mucha fé y coraje…
Paulo, desde Rio de Janeiro en Brasil…
posposición? tal vez querías decir procrastinación. fíjate bien, escritora