Porque en estas latitudes el sol cae perpendicular, y tal acción de la naturaleza eleva los colores a su máxima expresión y, consecuente con ello, el hombre aprovecha las leyes de la luz -aunque no sepa de números-, para elevar la alegría por medio de la pintura del alma; comunica esa fiesta al sol con el uso de pinturas, contrastes, combinaciones y manchas geométricas, sin miedo, sin temor al exceso, sin pedir perdón a la opulencia, sin guardarse un lugarcito para el silencio estético.
Por eso, la geometría alza la mano y se hace presente, grita con su luz y exhibe su color; para alegrar a otros y gritar “viva la luz, viva el sol”, lo tenemos en abundancia y por eso somos alegres, no nos guardamos nada para la noche, el derroche es perenne. Sol, también trae con la luz, el humor, que no se escapa de nuestros bolsillos y sale a hacer lo suyo, a dejar la impronta que nos identifica; creatividad que se refleja en todo: un dicho, el uso de la imaginería popular adaptada, la resignificación de nuestros objetos y nuestra definición del ser.
Los dejo, con este comienzo especial de Chivas y Flores, en el marco de la Feria de las Flores 2015… Vienen más.