El paro fulminante se llevó las pocas carnes que le quedaban a doña Araminta. La anciana era un arrume de huesos. Lo que nunca menguó, fue la especial ternura con que trataba a ‘Reina’, su perra por ocho años. ‘Reina’ no pudo con la pena y se petrificó, se convirtió en masa de yeso con cristales de cuarzo, roca ignea y nada de agua. Dicen, no me consta, que de vez en cuando la ven parpadeando y salir lágrimas de cuarzo de sus ojos.
Foto: Ráquira.
Linda historia..pero te confieso no pude dejar de reir al ver la imagen es entre tierna y comica.