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¿La tecnología en las comunicaciones ha cambiado la vida de las personas? Es una realidad, en los últimos años el uso de internet, telefonía móvil y plataformas virtuales ha permitido más cercanía y estar mejor comunicados, haciendo más eficientes y económicas las cosas que antes parecían imposibles, pero ¿qué pasa cuando se llega al extremo de interactuar gran parte del tiempo por redes sociales, chats y otros sistemas de comunicación? Es ahí cuando la tecnología va en contra de las relaciones interpersonales, lo que lleva a la gente a perder gradualmente habilidades para expresar, manejar, comprender e interpretar las emociones propias y ajenas dada la disminución de conversaciones e interacciones reales, algo que se puede entender remitiéndonos a los conocidos datos expresados por el psicólogo Albert Mehrabian, Quien afirma que de un 100% de la comunicación humana el 55% se expresa a través de los gestos faciales y corporales, el 38% se expresa a través del tono de voz, la cadencia, el volumen y la velocidad con que se habla (Lenguaje no verbal) y que sólo un 7% corresponde a las palabras que efectivamente se dicen (Lenguaje verbal). Teniendo en cuenta lo anterior y observando los sistemas de comunicación digital, es evidente que aún existen muchas limitaciones y quedan por fuera muchos elementos del lenguaje no verbal que son fundamentales para comprender lo que sienten y expresan las personas al comunicarse, lo paradójico de todo esto es que sin darse cuenta, la gente ha disminuido los encuentros presenciales y no solo en entornos corporativos y empresariales, más grave aún, en entornos personales y familiares.
Un caso corporativo que ilustra la falta de comunicación personal.
En el año 2015 conocí al gerente de una compañía de tecnología informática y en un café nos sentamos a conversar sobre los avances que había hecho su organización en cuanto a la productividad, modernización e innovación de sus productos y procesos. Su modelo llamó mi atención, nadie tenía oficina, todos tenían portátil, Smartphone y demás aparatos tecnológicos, todos estaban interconectados y si necesitaban reunirse alquilaban por horas o días una oficina dotada, tenían libertad de horarios siempre y cuando las metas mensuales se cumplieran, de hecho cumplían todos los pronósticos e incluso doblaban en crecimiento a su competencia del mismo tamaño en el sector, lo cual generaba bonificaciones mes a mes.
Al escuchar al gerente hablar con orgullo sincero de la forma en que sus colaboradores trabajaban, comenzaron mis preguntas ¿por qué me había abordado? Su rostro mostraba que algo estaba ocurriendo.
Todo lo que me has contado es excelente le dije, ¿Cuál es la parte a mejorar?
El gerente respondió:
La gente produce resultados, recibe excelente remuneración, aparentemente todo está bien, pero algo no funciona dado que los empleados no duran más de un año y se retiran por no sentirse cómodos en la organización.
Conversé con los empleados de la organización, quienes expresaron que se manejaba un ambiente laboral muy tensionante por la falta de comunicación, la poca interacción presencial y las relaciones personales casi inexistentes entre ellos, lo cual llevaba a un ritmo bastante agitado donde la gente se sentía muy agotada, y comprometía en parte su vida privada por trabajar incluso hasta sesenta y cinco horas a la semana.
Los empleados también expresaron que así pudieran interactuar por plataformas virtuales, whatsapp y demás redes sociales, hacía falta el componente de comunicación, pues la percepción generalizada era que nadie pensaba en el otro, nadie escuchaba y todo estaba en función de los objetivos de la empresa y no de cómo se sentían las personas.
Después de conocer la situación, hicimos una salida de campo donde nos propusimos llegar al clima laboral que todos querían realizando ese ajuste que la gente estaba pidiendo de manera directa e indirecta, se trataba de algo sencillo, retomar la comunicación de la vida cotidiana y que la gente poco a poco ha ido perdiendo, con el paso de los días se lograron crear e incentivar vínculos de empatía, espacios permanentes de comunicación abierta, de escucha activa y más interacción personal, más lazos de confianza en donde los empleados pudieran expresar sus emociones, sus sentimientos, sus estados de ánimo, sus obstáculos y sus dificultades, todo esto sin dejar de lado la comunicación por plataformas virtuales y redes sociales.
La creación de lazos emocionales y afectivos de sana interacción personal entre los empleados llevó a la empresa unos meses después a crecer un treinta por ciento más de lo que estaban creciendo, una cifra bastante interesante, solamente potenciando un modelo productivo virtual sin desconocer que detrás de esos chats y publicaciones en especial hay personas llenas de emociones y sentimientos.
Un llamado a la reflexión.
La sugerencia que estamos haciendo es simple, use la tecnología de una manera eficiente y moderada, los grandes cambios son una realidad, pero hasta ahora nada ha reemplazado el placer y los beneficios de una comunicación personal.
Recomendaciones.
- Recuerde que de un 100% de la comunicación humana el 55% se expresa a través de los gestos faciales y corporales, el 38% se expresa a través del tono de voz, la cadencia, el volumen y la velocidad con que se habla (Lenguaje no verbal) y que sólo un 7% corresponde a las palabras que efectivamente se dicen (Lenguaje verbal), la mejor forma de comprender los mensajes emocionales que entregan las demás personas sigue siendo la interacción personal.
- Desarrolle cada vez mejor habilidades emocionales y de comunicación para que sus interacciones con los demás sean cada vez mejores.
- Calidad en la comunicación emocional = Calidad en las relaciones y los vínculos afectivos y sociales, logre que las redes sociales sean para mejorar, no para empeorar.
- Haga lo posible por tener conversaciones cortas por redes sociales para que no se quede rápidamente sin tema de conversación con las personas que interactúa de manera personal.
- Utilice las nuevas tecnologías como una manera sana de relacionarse y comunicarse, no como una adicción sin sustancia química que se salga de sus manos.
- Busque reunirse frecuentemente con familiares, compañeros de trabajo y amigos, si bien los chats grupales son un beneficio sobre todo cuando hay distancias, haga lo posible por un encuentro personal o como mínimo una llamada telefónica.
- Potencie con las personas espacios de interacción personal saludables.
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Mercadólogo – Profesional en coaching y neurociencia aplicada
Certificación internacional Asociación Española de Coaching (ASESCO)
Correo: dsancheg@gmail.com