Por: Juan Fernando Echeverri
Life coach, personal coach, coach de equipos, coach con PNL avanzada
juan.echeverri@coosinergias.com
¿Somos conscientes de lo que pedimos cuando oramos, cuando nos dirigimos a Dios, a la energía suprema, el Espíritu divino, el Universo, la fuente de todo, al Creador?
Pedimos paciencia, pedimos paz, pedimos poder perdonar, pedimos éxito, prosperidad, amor, salud; pero en la mayoría de los casos se nos enseñó a ver a Dios, a la pura y divina esencia como a un mago, alguien que al oír nuestras peticiones agita una especie de vara mágica o chasquea sus dedos y concedido el deseo, al fin y al cabo siendo todopoderoso, ¿qué le cuesta hacerlo ya y a nuestro modo?
Pero entonces, ¿qué razón tiene nuestra existencia?, ¿a qué hemos venido a este mundo si todo cuanto necesitamos se resuelve así nada más? ¿Es ese Dios la mente universal o espíritu divino quien concede nuestros deseos? o ¿nos proporciona los medios para alcanzar la sabiduría, el aprendizaje y la virtud?
Si pides paciencia, prepárate, porque no te llegará envuelta en caja de regalo, te llegará en forma de reto, en una situación o persona que te ayudará a aprender a ser paciente. Primero te sentirás impaciente, irritable, y será el martillo y cincel para moldear tu carácter, elevará tu nivel de consciencia y luego nadarás en ríos de compasión y tolerancia, entonces habrás, no recibido, sino aprendido a ser paciente.
Pides amor, ¿esperas que sea Cupido, un brebaje, o una novena a un santo quien lleve el amor a tu puerta? prepárate entonces porque debes empezar por amarte a ti mismo, aquello que no te perdonas, lo que te hace sentir poco valioso, no merecedor del afecto de alguien más ni del tuyo, desperdiciar los potenciales que llevas en tu interior para conquistar cualquier cima, prepárate para recorrer ese difícil camino de renovarte y redefinirte, hazte la siguiente pregunta ¿has organizado y embellecido tu casa, tu jardín, para recibir la visita de alguien más y que desee quedarse?
Pides éxito, pues prepárate porque entonces verás puesta a prueba tu determinación, tu compromiso, ¿qué es el éxito sino la superación de sí mismo, romper el cascarón, el molde, las cadenas, y qué es la superación sin obstáculos?
Sin retos, sin piedras en el camino, sin espinas en las rosas, sin cimas escarpadas, bordeando por momentos abismos para ver al final, en la cumbre, la luz de un sol radiante que ilumina tu rostro y calienta tu corazón.
Si pides, prepárate porque recibirás justo lo que necesitas para construirlo, para forjarlo, pero tú eres el artesano, el arquitecto, el sembrador.
¡¡Manos a la obra!!
Gracias por este blog, me parece muy constructivo y realista. Justo lo que decis al final sobre q pensamos q Dios es un mago, pues es como nos han enseñado, sumado a las creencias que las cosas menos gratas que nos suceden son un castigo. Es todo de lo que quiero salir y encaminar a mi hijo para que establezca una relación sana con Dios.