En cualquier faceta de la vida, Cuando se cometen errores que nos dan duro, al principio sentimos que no se va a poder continuar, que el dolor nos vence, que el pasado se mete en nuestro presente y afecta nuestro futuro, la vida sigue y es cuando debemos descubrir si somos capaces de seguirle el paso y ver nuestras experiencias desagradables como una oportunidad de aprender en vez de usarlo para condenarse e incluso seguir cometiendo los mismos errores diciendo “Es que yo soy así”.
Hay que descubrir si se da la talla, con certeza lo logramos si no lo proponemos, la única manera de saberlo es venciendo los miedos, y claro está, dejándonos sorprender de nuevo por la vida, corriendo riesgos de nuevo, a vida en si misma ya es un riesgo, ¿por qué no correr uno más si puede valer la pena? Quienes aun con el alma destrozada y sin posibilidades se han recuperado de fracasos gigantes a nivel financiero, sentimental, profesional, etc.. Piensan que en caso de no haber opciones hay que buscarlas o crearlas si es preciso.
Enterrarse en el pasado es una de las opciones menos deseables, incluso podría ser la peor, pues no revive muertos, no evita perder mucho dinero, no devuelve el tiempo, lo único que hace es dañar nuestro presente si no tomamos el aprendizaje y seguimos cometiendo los mismos errores. Con esto no digo que buscar opciones o crearlas sea sencillo, muchas veces tenemos la mente nublada y hay que buscar ayuda de otros, no somos perfectos, no somos omnipotentes aun con nuestras capacidades extraordinarias a nivel cerebral.
Algunos científicos dicen que para el cerebro no hay tiempo, al pasado no viajas, es tu mente la que recuerda y experimenta las emociones, al futuro tampoco viajas, solo experimentas ansiosamente emociones que tal vez jamás lleguen a suceder pero que pueden llegar a sentirse reales, lo único que nos queda es vivir el momento presente, no hay otro, René Descartes dijo en una de sus cartas finales “Mi vida estuvo llena de desgracias, muchas de las cuales jamás sucedieron”, una afirmación bastante profunda.
Lo mejor que tenemos es la capacidad de apostarle al tiempo presente, tomando el control del único lugar donde podemos tener gran dominio “Nuestra propia mente”, sobre los demás podemos tener influencia, nunca dominio, cuando se llega a ese punto se es ciento por ciento responsable de lo que se hace, dice, piensa y actúa, un estado bastante ideal y perfectamente posible que le otorga el trono a lo que depende de nosotros mismos.
¿Quién escoge? Solo uno mismo, lo bueno o malo que suceda es porque lo permitimos, nos demos o no cuenta. Hoy Ricardo Perret de la empresa Mindcode, compartió algo….“Según un estudio de Duke University el 40% de todas las acciones en un día normal son hábitos o rutinas que llevamos a cabo exactamente igual, sin racionalizar tanto, seguimos la misma rutina al bañarnos, al peinarnos, al vestirnos, al manejar al trabajo, etc, entre esos hábitos hay muchos como echarte un postrecito lleno de azúcar, mentarle la madre a alguien, reaccionar con envidia o enojo ante otros, sentarte con una amiga a criticar a alguien…. identifica los malos hábitos en tu vida y cámbialos…”
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Mercadólogo – Profesional en coaching y neurociencia aplicada
Certificación internacional Asociación Española de Coaching (ASESCO)
Correo: dsancheg@gmail.com
Sin palabras … me sorprendio mucho haber encontrado un articulo con semejante informacion para las personas , para que despierten. yo soy una de esas personas que esta todo el dia consiente. y me esta pasando algo con eso. me cuesta entender a las personas. y mas cuando me dicen yo soy asi. saludos desde argentina