Si existiera alguna manera de burlarse de la muerte, esa sería sentarse a tomar café.
Una investigación con base en un estudio de salud pública con 500.000 personas en Estados Unidos encontró una fuerte relación entre tomar café y un menor riesgo de muerte.
El estudio fue publicado en el New England Journal of Medicine.
Neal Freedman, del Instituto Nacional del Cáncer, reportó que de la muestra excluyeron a quienes tenían cáncer antes de comenzar la investigación y a aquellos que reportaban enfermedad coronaria y derrame.
El estudio se basó en personas de más de 50 años, hasta los 71 y fue realizado entre 1996 y 1997.
A los 400.000 que quedaron tras las exclusiones se les preguntó sobre su consumo de café y sobre distintas conductas y hábitos como fumar, hacer ejercicio y nivel educativo, así como sobre su dieta.
Así, les hicieron seguimiento durante años, hasta 2008, y registraron si estaban vivos o habían fallecido.
La asociación entre el café y la reducción del riesgo de muerte aumentaba con la cantidad de café ingerido. Con relación a hombres y mujeres que no tomaban café, quienes consumían dos a tres porciones al día tenían un 10% de menor riesgo de muerte.
“Aunque no podemos inferir una relación causal entre consumo de café y menor riesgo de muerte, creemos que los resultados proveen algún reaseguramiento de que beber café no afecta la salud negativamente”.
No se sabe a qué se debe la protección, pues el café tiene más de 1.000 compuestos.
La asociación fue similar en hombres y mujeres y tendía a ser más fuerte mientras más café tomaban los participantes, aunque algo similar a los que tomaban 2 a 3 tazas al día y quienes ingerían mucho más. La categoría máxima era de 6 o más porciones al día, porciones de 8 onzas.
Aunque el estudio se publicó en 2012, volvió a ser objeto de difusión este mes a raíz de una entrevista con Freedman publicada en el Journal of Caffeine Research.