Si es adicto a Internet, cuidado que podría amenazarlo un mal: la depresión.
Eso se desprende del más grande estudio de su tipo para Occidente que realizaron psicólogos de la Universidad de Leeds.
Los investigadores encontraron evidencias sólidas de que algunos internautas han desarrollado un hábito compulsivo por la web, por lo que remplazan la interacción social real por chats online y sitios de redes sociales. Los resultados sugieren que este tipo de adicción puede tener un impacto serio en la salud mental.
Catriona Morrison, cabeza del estudio, considera que “la Internet jeuga ahora un papel importante en la vida moderna, pero sus beneficios vienen acompañados de un lado oscuro”.
“Mientras muchos la usamos para pagar facturas, comprar y enviar correos, hay un pequeño grupo de la población al que les es difícil controlar cuánto tiempo pasa online, al punto de que interfiere con sus actividades diarias”.
Estos adictos, se reveló, pasan proporcionalmente más tiempo mirando sitios sexuales, de juegos online y comunidades online y tienen una mayor tasa de depresión severa a moderada que los navegantes no adictos.
Lo que no saben los investigadores es si la depresión viene primero y después el uso de Internet o si es la red la que la provoca.
“Lo que es claro es que para ciertas personas, el uso excesivo de Internet puede ser una señal de alarma sobre tendencias depresivas”.