¿Lo han notado? En casi todas las fotos los koalas, ese simpático marsupial australiano, aparece trepado en un árbol. Y tiene una razón muy poderosa: ese es su sistema de aire acondicionado.
Un estudio de científicos australianos y estadounidenses reveló que estos animales se abrazan a los árboles con la finalidad de evitar recalentarse.
Como no tienen su cómoda casa, tienen que hallar otras maneras de enfriarse. Soplar ayuda algo mediante un mecanismo llamado enfriamiento por evaporación pero también pierden agua de esa manera.
Para averiguar cuánto dependían de los árboles, Natalie Briscoe, de la Universidad de Melbourne y otros investigadores siguieron el comportamiento de 37 koalas en verano e invierno, observando su interacción con los árboles. También estudiaron el tipo de árboles, la altura y ubicación, y midieron el microclima de los sitios mediante estaciones climáticas portátiles sobre una vara expansible.
En el tiempo caliente, los koalas parecían abrazar los troncos o ramas gruesas y bajas, que pueden estar 5 grados más frescas que el aire dijeron los científicos en el artículo publicado en Biology letters. También pasaban más tiempo ahí: utilizan las áreas más bajas de los árboles 65 por ciento más a menudo en días sofocantes que durante el tiempo más benigno, de acuerdo con el estudio que es parte de una investigación más amplia sobre cómo los koalas son influenciados por el clima.
“Nuestro modelo muestra que abrazar un tronco fresco durante un típico día caliente en el sudeste australiano puede reducir a la mitad la cantidad de calor que los koalas necesitan perder mediante el enfriamiento por evaporación”, dijo Briscoe.
Eso puede ayudarles a sortear prolongados y fuertes eventos de calor.
Ese refrescamiento puede significarles la diferencia entre la vida y la muerte. En las olas de calor, ese abrazo arbóreo aumenta las tasas de supervivencia.
Pero los árboles con los troncos más frescos, Acacia mernsii no siempre están disponible en el hábitat de estos marsupiales y su búsqueda los pone en riesgo de ser atropellados por un auto o de ser atacados por un perro.
Otros animales como los leopardos, varias aves e incluso insectos, emplean esa estrategia de los árboles como medio de supervivencia en un clima cada vez más extremo.