Quizás no tienen verbos ni sustantivos ni adverbios, pero tienen su gramática. No nos referimos a las personas: las aves, al menos algunos pájaros, desafían la creencia de que solo los humanos han desarrollado reglas gramaticales.
Los pájaros fringílidos (fringillidae) de Bengala (India) tienen sus propias versiones de tales reglas –sintaxis- de acuerdo con Kentaro Abe, de Kyoto University en Japón, citado por New Scientist.
“Los pájaros cantores tienen una capacidad espontánea de procesar estructuras sintácticas en sus canciones”.
Para demostrarlo, el grupo de Abe hizo sonar remixes no gramaticales del canto de esos pájaros paseriformes y midieron las respuestas.
Si bien se sabe que otros animales como los perros, los loros y los simios interpretan y construyen frases, y reconocen las palabras humanas para determinados objetos, Abe afirma que sólo aquellas aves han demostrado poseer una forma de gramática en su expresión vocal, aunque se ha proclamado que las ballenas también.
En su medio natural, estos pájaros de Bengala llaman con vigor cuando escuchan canciones no familiares, por lo general de pájaros extraños, y Abe y Dai Wanatabe exploraron tales reacciones para medir si podrían advertir cantos sin gramática.
“Lo que encontramos fue inesperado. Los pájaros reaccionaron sólo ante una de esas versiones mezcladas, como si advirtieran que violaba ciertas reglas de la gramática, mientras que los otros tres remixes no”, dijo Abe. Casi 90 por ciento de los pájaros testeados respondieron de ese modo. “Esto indica la existencia de una regla específica en el orden secuencia de las sílabas en sus canciones, compartidas dentro de la comunidad social.
En los experimentos siguientes, Abe demostró que las reglas no eran innatas sino aprendidas. Aves criadas en aislamiento fallaron al reaccionar ante aquel remix hasta que pasaron dos semanas con otros pájaros. El investigador también les enseñó reglas gramaticales no naturales habituándolos a esas versiones y después midió la reacción ante las versiones mezcladas que violaban las reglas ‘artificiales’.
Por último, Abe destruyó químicamente en algunos pájaros un área del cerebro llamada el nidopalio anterior y pudo demostrar que es vital para registrar la gramática mala. En los humanos es la región de Broca la que se activa cuando escuchamos frases sin gramática.
Para Constance Scharff, de la Free University of Berlin, entrevistada por New Scientist, el estudio de Abe es importante porque a menudo se proclama que sólo los humanos es la única especie que usa la gramática.
El estudio fue publicado en Nature Neuroscience.