Estamos 5 millones de kms más cerca al Sol

Para quienes creen que todo es estático. ¿Saben? La tierra estuvo este lunes 3 en su perihelio, el punto más cercano al sol en su recorrido anual. Estuvo unos 5 millones de kilómetros menos lejos de la estrella. Y aunque parece mucho, no lo es tanto. Podríamos recordar que l Luna se encuentra a solo unos 380.000 kilómetros de nosotros.

Hay un dato curioso e interesante: aunque el perihelio no tiene nada que ver con las estaciones, sí afecta su duración, de acuerdo con una nota que trae EarthSky.

Cuando la Tierra está cerca del Sol, como en los primeros días de enero, se mueve más rápido. Hoy, por ejemplo, avanza a unos 30,3 kilómetros por segundo. ¡Como para marearnos!

Se mueve un kilómetro por segundo más rápido que cuando está más lejos del Sol en julio. Entonces, el invierno del Hemisferio Norte -verano del Hemisferio Sur- es la estación más corta mientras el planeta se mueve rápido del solsticio de invierno en diciembre al equinoccio en marzo.

Todo esto se debe a la órbita de la Tierra, que es elíptica y por eso se producen variaciones en la duración de las estaciones. La distancia promedio Tierra-Sol es de unos 149,6 millones de kilómetros.

Resumen científico de la semana

Se reúnen 10.000 millones de años después

Tras el Big Bang o gran explosión, la materia del universo niño fue confinada en incontables pequeñas galaxias. Poco a poco los astrónomos les dan una mirada a esos ensamblajes temprano y han encontrado cosas sorprendentes, pese a las distancias tan enormes para la observación.
A sólo 166 años luz, en la constelación del Eridano, un grupo de esas galaxias está al fin juntándose en una sola gran estructura.
Increíblemente esa nube de pequeñas galaxias sobrevivió durante más de 10.000 millones de años y sólo ahora se están reuniendo. La lenta velocidad de sólo 60 kilómetros por segundo explicaría la tardanza en conformar una gran galaxia.
El grupo observado son cuatro pequeñas galaxias del Grupo Compacto 31, conocido también como NGC 1471, que se está juntando en un espacio de unos 75.000 años luz de longitud, mucho menor que el diámetro de nuestra galaxia. “Cada una tiene una masa de un décimo la de la Vía Láctea”, explicó Sarah Gallagher (Unviersity of Western Ontario). El grupo sólo puede ser observado con un gran telescopio amateur.
Dada la cercanía, 166 millones de años luz, los astrónomos logran observar los cúmulos individuales de estrellas.

No se le pega ni el agua

En un desarrollo sorprendente, investigadores reportaron la creación de una superficie que no se humedece dado que las gotas de agua resbalan como una pelota en el piso helado.
Los científicos de la Universidad de Florida no se inspiraron en la cera ni en el vidrio. Tampoco en el teflón. En vez de eso, el logro de una casi perfecta interfaz hidrofóbica se basó en pequeñas cantidades de plástico plano con la forma y patrones de los pelos minúsculos que crecen en los cuerpos de las arañas.
Ellas, explicó Wolfgang Sigmund, profesor de ingeniería y Ciencia de los Materiales, poseen pelos pequeños y grandes que varían mucho. “Eso fue lo que imitamos”.
El reporte fue publicado en el journal Langmuir.
Las arañas usan esos pelillos repelentes de agua para permanecer secas y evitar ahogarse, con las arañas acuáticas capturando burbujas de aire que emplean bajo el agua para respirar.

Córrales a los miniderrames

¿Más peligroso que un derrame? ¡Un miniderrame!
Sí, se considera 4 de cada 10 personas que llegan al hospital con señales de un miniderrame pueden padecer un daño cognitivo que las pruebas estándares no reconocen.
Un grupo de canadienses reportó en la Conferencia Internacional del Derrame en San Antonio (Texas) reportó que tras sufrir esos derrames pequeños, muchos pacientes pierden algunas habilidades para procesar pensamientos abstractos y realizar cálculos rápidos, lo que se llama “la función ejecutora”.
Un derrame provoca una clara pérdida de función cognitiva, muy a menudo debido al bloqueo de un vaso sanguíneo en el cerebro, pero los miniderrames son producidos por obstrucciones más pequeñas. Derivan en déficit más ocultos que no son advertidos en los escáneres del cerebro y a veces ni por los mismos pacientes.
Algunos médicos no son del gusto del término miniderrame y prefieren el de ataque isquémico, mientras otros los usan indistintamente.
Los síntomas del miniderrame o de uno mayor pueden comenzar del mismo modo, con rigidez de cara y extremidades, confusión, problemas visuales, mareo, dolor de cabeza. Pero en un miniderrame, los síntomas se desvanecen en minutos u horas.

A vivir en Encelade

Nuevos acercamientos cercanos de la congelada luna Encelade de Saturno, mostrados por la sonda Cassini en noviembre pero presentados esta semana, proveen evidencias frescas de que el interior de esa luna puede ser hospitalario para la vida.
Cassini observó cerca de 30 pequeños chorros de vapor de agua y agua congelada saliendo en hemisferio sur, cerca de 20 más de los que se habían visto antes.
A la vez, el más detallado mapa en infrarrojo de una de las fisuras del polo sur, por donde brotan los chorros, indica que la temperatura superficial puede ser de -73 grados centígrados, más caliente de lo creído antes.
Aunque ese estimativo no es aún definitivo, mientras más caliente la superficie, más caliente el interior, explicó Carolyn Porco, del Space Science Institute en Boulder, Colorado, cabeza del grupo de científicos.
Eso fortalece la evidencia de que hay agua líquida, que sería la fuente de los chorros, lo que eleva las posibilidades de que hubiese vida en el interior de Encelade.
Foto de los chorros, cortesía Nasa.

Combustibles a punta de desechos agrícolas

Un estudio presentado el viernes por la revista Science muestra cómo un producto derivado de desechos agrícolas podría ser transformado en combustible útil en automóviles o aviones, a la vez que produciría dióxido de carbono en una forma apropiada para su entierro subterráneo u otras formas de captura y almacenamiento.
Los llamados biocombustibles celulósicos, que provienen de la madera, pasto y las partes no comestibles de las plantas son fuentes alternativas de combustible porque no requieren la conversión de tierras cultivables o entornos naturales a fin de cosechar el elote u otros cultivos cuyo objetivo es la producción de biocombustibles.
Gamma-valerolactona es un compuesto derivado de carbohidratos celulósicos, los cuales pueden ser producidos, potencialmente a bajo costo, a escala comercial, según Jesse Bond y colegas. Estos investigadores ahora muestran que el dióxido de carbono puede ser extirpado catalíticamente de manera eficiente del gamma-valerolactona a alta presión, dejando atrás una mezcla de butenos. En un reactor de segunda etapa, los butenos pueden ser enlazados para formar hidrocarburos más pesados similares a los que se encuentran en combustibles automotores y aviones. Este proceso, como cualquier otro proceso de producción de biocombustibles, produce dióxido de carbono, pero en el método citado el dióxido de carbono es una corriente relativamente pura y presurizada. El gas en esta forma puede ser enterrado en un repositorio de manera más eficiente que, por ejemplo, el dióxido de carbono producido a través de la quema de carbón, que tiene mucho nitrógeno mezclado y ocupa más espacio.

Un mar en la lejana luna

Hay agua y océanos en la Tierra. Se cree que puede haber bajo la superficie de la luna Europa de Júpiter. Marte la pudo tener, o aún conserva algo. Y hasta en la Luna habría.
Por primera vez hay indicios de un océano subterráneo en la pequeña luna Encelade de Saturno, sistema que explora hace años la sonda Cassini.
Ese satélite presenta unos chorros que salen expelidos al espacio, una especie de géiseres.
La misión Cassini acaba de encontrar granos de sal en el anillo más externo de Saturno. Ese hecho indica que la luna Encelade, que es la que llena esa estructura con el material que sale de su interior por aquellos chorros, podría contener un océano salado, tal como en la Tierra, bajo la superficie.
Cassini descubrió en 2005 esas emanaciones. Los chorros expelen pequeños granos de hielo y vapor, algunos de los cuales escapan de la gravedad de la luna y forman el anillo exterior del gran planeta. El analizador de polvo cósmico a bordo de la sonda analizó los granos y encontró sal en ellos.
“Creemos que los minerales salados en el interior de Encelade surgieron de rocas lavadas en el fondo de una capa de líquido”, dijo Frank Postberg, científico a cargo de aquel analizador en el Max Planck Institute for Nuclear Physics en Heidelberg (Alemania) y así se reporta el jueves 25 en el journal Nature.
El grupo de científicos cree que debe haber agua presente en esa luna porque es la única manera de disolver las significativas cantidades de minerales que responden por los niveles detectados de sal.
En la foto cortesía de la Nasa, imagen de los chorros que salen de Encelade.

Quiero más agua

Encelade. Tres lugares del Sistema Solar son sospechosos de poseer agua líquida cerca de la superficie. En uno de ellos, la luna Encelade de Saturno, sale a chorros por un geiser que ha sido captado por la sonda Cassini que trabaja por esos lados.
Un análisis realizado por científicos del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la Nasa, la Universidad de Colorado y la Universidad de Florida Central en Orlando encontró que la fuente de los chorros pueden ser venas en la luna que canalizan el agua desde una tibia fuente, probablemente líquida, hacia la superficie a velocidades supersónicas.
El agua líquida existe en la Tierra, se sopecha que en la luna Europa de Júpiter, y en Encelade.
Si se confirma, las implicaciones serían grandes, comenzando porque podría deducirse que la presencia de agua en el Universo será más común de lo creído y observado.
La existencia de agua líquida debajo de capas heladas no es algo extraño. Se da en la Tierra debajo del lago Vostok, en la Antártica.
Foto de Encelade, cortesía Nasa.

La visita a Encelade

Hoy la sonda Cassini, que explora el planeta Saturno y su sistema de  anillos y lunas, pasará por Encelade, pero no será un tránsito como otros que ha efectuado en estos años. No. La sonda volará directamente sobre las fumarolas y chorros de partículas congeladas que salen de una fractura en el polo sur, una especie de volcanismo en la forma de géiseres, que han llevado a plantearse la pregunta de si el interior de esa pequeña luna, menor que nuestro satélite natural, no está repleto de agua y, por lo tanto, podría ser un lugar en el vecindario donde habría vida.

El sobrevuelo de Cassini permitirá allegar más datos, pero no resolverá el misterio. Solo cuando una nave se pose en la gélida luna se sabrá qué hay en su interior.