Dime cómo caminas y te diré si enloquecerás. Sí, de ese tamaño es el asunto.
Un simple test sobre la velocidad al caminar y la fuerza de agarre de la mano pueden ayudar a los médicos a determinar si una persona de edad media desarrollará demencia o tendrá un derrame cerebral.
Esto, según una investigación presentada en el 64 encuentro anual de la American Academy of Neurology.
“Son tests básicos de consultorio que pueden dar una visión del riesgo (de tener esos problemas) y pueden ser fácilmente realizados por un neurólogo o un médico general”, dijo Erica Camargo, médica del Boston Medical Center.
Más de 2.400 hombres y mujeres con un promedio de edad de 62 años fueron examinados para aquellos dos conceptos y también para la función cognitiva. También les tomaron imágenes de escáner. Luego se les hizo seguimiento por un periodo de hasta 11 años: 34 desarrollaron demencia y 70 sufrieron derrame.
El estudio halló que las personas que caminaban más despacio en su edad media tenían una vez y media más probabilidades de desarrollar demencia comparadas con quienes caminaban más rápido. Y una mayor fuerza de agarre fue relacionada con un 42% de menor riesgo de derrame o accidente isquémico en personas de más de 62 años, en comparación con los de agarre más débil. En el estudio, sin embargo, ese no fue el caso para aquellos con menos de 65 años.
“Mientras la fragilidad y el bajo desempeño físico en los adultos mayores ha sido asociado con un mayor riesgo de demencia, no estábamos seguros hasta ahora cómo impactaba la gente de edad media”, indicó Camargo.
Los investigadores también hallaron que la velocidad baja al caminar estaba asociada con volumen cerebral más bajo y un desempeño más bajo en pruebas de memoria, lenguaje y toma de decisiones. Una mayor fuerza de agarre con la mano se asoció con mayor volumen cerebral así como con mejores resultados en tests cognitivos en los que se les preguntaba a las personas identificar similitudes entre objetos.
Camargo indicó que se requieren más estudios para entender porqué sucede esto y si enfermedades preclínicas podrían estar provocando el caminar con lentitud y la falta de fuerza en la mano.