Nos sorprendemos todos cuando vemos algo raro en el firmamento. ¿Se acuerdan de los recientes meteoros sobre dos regiones colombianas? De todo se dijo. Y con una gran ignorancia.
Hace unos pocos miles de años –no se ha precisado aún- un objeto rasgó el cielo africano y cayó cerca de lo que hoy es el borde entre Egipto y Sudán, en pleno desierto del Sahara.
Es muy probable que, dado su tamaño, hubiese sido observado por primitivos humanos. ¿Qué habrán pensado?
El cráter que dejó sólo fue hallado. En 2008, el minerólogo Vincenzo De Micheli, del Museo de Historia Natural de Milán, que buscaba rasgos naturales en el planeta utilizando Google Earth, lo detectó.
Se puso en contacto con el astrofísico Mario Di Martino, del Instituto Nacional de Astrofísica, que junto a Luigi Folco del Museo de la Antártica en Siena, organizaron la expedición.
El meteoro pudo alcanzar la superficie a una velocidad de 12.000 kilómetros por hora, medía 1,3 metros y pesaba una tonelada: era de hierro.
Calculan los científicos que pudo ser observado hasta a 1.000 kilómetros de distancia, como una bola de fuego que caía. El cráter tiene un tamaño de 16 metros de profundidad y 45 de ancho. Permaneció prácticamente igual hasta ahora.
Los primeros análisis sitúan la frontera del suceso hace 10.000 años, pero podrían ser varios miles menos.
El cráter se fue denominado Kamil, por un promontorio cercano.
Los científicos determinaron que un meteoro metálico de ese tamaño no se desintegra en la atmósfera, sino que explota al chocar con la superficie y produce un cráter. Una información que servirá para establecer el riesgo de pequeños asteroides.
El informe sobre este estudio fue presentado por Alphagalileo, que difunde notas científicas europeas.
¿Qué habrán pensado quienes lo vieron caer?
Foto cortesía L. Folco