Aunque podría parecer contraproducente a primera vista, un estudio de la Clínica Mayo publicado en Cell Metabolism sugiere que el ejercicio intenso es bueno para las personas de 65 o más años, pues ayuda a revertir ciertos aspectos del envejecimiento celular.
En la investigación se comparó el entrenamiento por intervalos de alta intensidad, el de resistencia y el combinado. Todos mejoraron la masa muscular, reportó la Clínica, pero solo los de alta intensidad y combinado mejoraron la capacidad aeróbica así como una de las funciones del músculo esquelético.
El de alta intensidad mejoró además el contenido proteico del músculo, que incide en el mejoramiento de las funciones energéticas y en el agrandamiento del músculo, en especial en las personas mayores.
Pero hay un detalle que llamó la atención de los científicos: el entrenamiento mejoró de manera significativa la maquinaria celular encargada de producir nuevas proteínas. Esto contribuye a la síntesis de proteínas que revierte un efecto adverso del envejecimiento.
“Recomendamos a todos hacer ejercicio con regularidad, aunque la moraleja para quienes envejecen es que el entrenamiento supervisado de alta intensidad probablemente sea lo mejor, porque brinda la mayor cantidad de beneficios tanto a nivel metabólico como celular”, dijo K. Sreekumaran Nair, endocrinólogo de Mayo y autor experto del estudio.
El médico agregó que el entrenamiento de alta intensidad revirtió algunas manifestaciones del envejecimiento en la función de la proteínas en el cuerpo, y advirtió que para fortalecer los músculos es necesario hacer entrenamiento de resistencia un par de días por semana.
Los resultados generales de la investigación mostraron lo siguiente:
• La salud cardiorrespiratoria, la masa muscular y la sensibilidad a la insulina mejoraron con el entrenamiento.
• La función de las mitocondrias celulares disminuyó con la edad, pero mejoró con el entrenamiento.
• El aumento en la fuerza muscular fue solo moderado con el entrenamiento por intervalos de alta intensidad, pero estuvo presente en el entrenamiento de resistencia por sí solo o añadido al entrenamiento aeróbico.
• El ejercicio mejora la expresión génica del músculo esquelético, independientemente de la edad.
• El ejercicio mejoró considerablemente las proteínas ribosomales encargadas de sintetizar nuevas proteínas, a lo que en gran parte se atribuye la mejoría de la función mitocondrial.
• El entrenamiento ejerce poco efecto sobre la transferencia de energía en el ADN del músculo esquelético, pero promueve la expresión de proteínas en el músculo esquelético y el máximo efecto ocurre en los ancianos.