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Hallazgos y datos curiosos

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  • 26. jun
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Se calientan los pingüinos. Los pingüinos emperador de la Antártica son conocidos por juntarse en grupos para sobrevivir las temperaturas bajo cero del invierno y enfrentar los vientos. Un nuevo estudio sugiere que dentro de esos racimos de pingüinos, continuamente se modifica la formación para darles a todos los individuos la oportunidad de calentarse en el interior. Aunque esas agrupaciones puedan lucir bien cerradas como para permitir el movimiento de todos, el físico Daniel Zitterbart, de la Universidad Erlangen-Nuremberg en Alemania y sus colegas hallaron que los pingüinos coordinan sus movimientos en olas periódicas, observadas en videos de alta resolución que rastreó los movimientos de individuos durante horas. Esas olas se dan cada 30 a 60 segundos y viajan a 12 centímetros por segundo. Aunque cada una deriva en una cantidad relativamente baja de movimiento de la gran masa, con el tiempo los pingüinos de la zona exterior son movidos hacia el interior y viceversa. Curioso.

Que canten los ratones. Se ha sabido hace mucho que las aves cantan para atraer parejas, un comportamiento que pareciera que fue aprendido por otros animales. Digamos, para sorpresa, por los ratones. Sí, así es. Un estudio publicado la semana pasada en Animal Behaviour, los que lo hagan con mayor brillo se quedarán con la chica ratona. Mientras más rápido el macho del neotrópico repita las notas en timbre alto y mientras más frecuencias cubra cada nota, más responden las hembras. Pero la mayoría de los ratones no son capaces de hacer ambas cosas a la vez, la sucesión de sonidos más rápida se compone generalmente de un menor rango de frecuencias. Parece ser la primera vez que se documenta en mamíferos el grado de dificultad en el canto para poder aparearse. Esa rápida sucesión de sonidos parece alertar a la hembra sobre la condición física del cantante. Curioso.

Mejor morir que perder la vida. Cuenta The Scientist que una creencia común entre los ecólogos es que de cierto modo, los depredadores ayudan a sus presas al remover a los más débiles y enfermos de la población, reduciendo la diseminación de enfermedades. Esa idea, conocida como la hipótesis de los rebaños saludables, encontró un gran desafío según estudio publicado en Functional Ecology. Algunas pulgas de agua (Daphnia dentifera) son hábiles para dependerse de sus depredadores al hacerse más grandes, haciendo más difícil que se las coman. Pero hay un pero. Las pulgas grandes consumen más cantidad de un hongo, parásito mortal, conocido como Metschnikowia. Una vez adentro de la pulga, parece liberar más esporas, que infectan más pulgas. Sin escapatoria: de Guatemala a guatepeor. Bien curioso.

Alturas que enceguecen. Hace un año, el escalador británico de 28 años Peter Kinmloch alcanzó la cima del monte Everest. En el descenso, algo extraño sucedió: comenzó a tropezar y resbalar. Perdió la visión. Se le suministraron oxígeno y medicamentos, pero no mejoró. El clima empeoró a tal punto que los sherpas tuvieron que abandonarlo. Murió. Muerte cruel. Los montañistas informan a veces de problemas de visión en alturas donde el oxígeno escasea -hipoxia- un problema que puede ocurrir con una suite de otros síntomas. La relación entre la llamada enfermedad aguda de montaña, la falta de oxígeno y la visión no es bien entendida por la ciencia. Si los cambios en la visión están relacionados con la EAM, dijo el oftalmólogo Gabriel Willmann, podría desarrollarse un test diagnóstico que podría salvar vidas. Pero no ha sido sencillo. Él mismo, con otro científico, subió al Evertes para efectuar mediciones de la visión. Y aunque encontraron problemas para distinguir a cierta altura entre el verde y el azul, la muestra no es representativa. Algo pasa y no ha sido hallado. Dato curioso.

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Ramiro Velásquez Gómez

Para acercarse a la ciencia no se requieren conocimientos especializados. Solo curiosidad y sentido común. Y esa es la razón de ser de este espacio.

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