Al finalizar el ciclo del año, cada uno de esos doce campanazos trae consigo tantos sueños, que se quedan cortas las uvas, las maletas, las lentejas y demás agüeros divertidos. La música siempre está ahí, presente, de fondo, y empezar este nuevo ciclo, merece la banda sonora habitual que acompaña nuestros días.
Y por eso, a través de esta primera columna del año, les tengo una propuesta que ya les contaré. Antes, les quiero explicar por qué llego a todo esto.
Primero, porque aparecen los propósito de nuevo año y entre ellos hay muchos sonoros, porque la música no da tregua, no tiene tiempo, no da espera y hay que escuchar, y escuchar música, toda la que podamos.
Sabían ustedes que ¿la música es como un gimnasio para el cerebro?, sí, aunque de esto ya nos han hablado tanto, que parece discurso forzado. Que aumenta la comunicación neuronal, la elasticidad y la plasticidad del cerebro, que aporta a la sensibilidad, que tiene beneficios anímicos, entre muchas, muchas cosas. Lo que sí es importante es que es un alimento para el alma.
Escribiendo este texto, recordé una película y un documental que ejemplifican muy bien porqué debemos escuchar más música este año y en los años que nos quedan.
Alive Inside (Vivo por dentro): Una historia de la música y la memoria
Este es un documental precioso, muy emotivo que sigue los esfuerzos de Dan Cohen, fundador de la asociación Música y Memoria, para convencer a los hogares de ancianos estadounidenses de los beneficios de la música en los pacientes que sufren demencia y Alzheimer. Para sorpresa de todos, los pacientes encerrados en su mutismo y perdidos en el laberinto de la demencia senil parecen recuperar algunos recuerdos y sentimientos al escuchar la música que les gusta. El experimento, realizado ante cámaras, es impresionante pues muchos pacientes comenzaron a hablar, sonreír, cantar, e incluso a bailar como lo hacían antes al escuchar el jazz de su juventud.
The Music Never Stopped (La música nunca paró)
La música y los recuerdos son la razón principal de esta película, que cuenta la historia de una familia dividida que se vuelve a unir por medio de la música. Los médicos descubren un tumor benigno muy grande en el cerebro del hijo. Extirparlo probablemente causaría un daño cerebral considerable. Eso es justamente lo que sucedió, le quitó su memoria de corto plazo y limitó severamente su memoria de largo plazo para recordar cosas como su nombre y cumpleaños, pero las canciones de su adolescencia y de su agrupación favorita, Los Grateful Dead, le permiten recordar sus amores de juventud, los conciertos a los que asistió con sus amigos y le da un nuevo aire a esa mirada que antes tenía perdida. Los médicos descubren que la música lo despierta de su estado casi catatónico, y le ayuda a recuperar su memoria cada que la aguja recorre el disco.
Acá el poder terapéutico de la música en solo dos muestras audiovisuales, sin hablar de la compañía que nos hace en todo momento.
¿Qué tal escuchar una canción nueva todos los días?
Esa es mi propuesta.
¿Qué tan influyente es la música en el ser humano?
A medida que el ser humano va creciendo, con él también crece el interés por explorar cosas nuevas y consigo de escuchar y dejarse llevar por tendencias musicales. Pero, esto se denotaría como ¿constancia en escuchar música nueva o en buscar y seguir escuchando las mismas melodías que nos acompañaron en nuestras etapas de crecimiento? Esto es muy relativo, ya que como se mencionaba anteriormente, la música nos trasporta y sin querer nos genera engramas cerebrales los cuales nos permiten recordar momentos específicos que hayan generado gran impacto y que de una y otra forma si una melodía estuvo presente o bien sea una palabra o una frase, con cualquier canción que escuchemos nos va a llevar nuevamente a ese recuerdo en específico.
Por más que queramos explorar otras tendencias musicales, géneros, artistas de moda, llegará un punto en el que cuando la persona encuentra inesperadamente aquella canción con la que creció, con la que conoció a una persona especial, con la que pasó un desamor, despidió a un ser querido, una dedicación, entre otras razones, querrá volver a escucharla o simplemente evitarla, pero siempre la recordará, esto dependiendo si le generó una emoción positiva o negativa.
También se puede presentar que en un instante, cuando una persona escucha la letra de una canción, se le graba tanto a tal punto que puede durar todo un día escuchándola o cantándola. Segmentos de personas que no pueden hacer actividades, trabajar, estudiar, hacer gajes del oficio u otras cosas, sin escuchar música ya sea por su letra o ritmo.
En todo esto va el simple hecho de escuchar música, independientemente de las razones que tengamos para oírla, es no dejar de hacerlo, y esto será tan influyente en su momento, que lo convertirán en un medio masivo de comunicación y será empleado por personas, empresas o gobiernos para influir en alguna decisión.