Desde hace 10 años había querido ir a conocer a San Basilio de Palenque, población que el 25 de noviembre de 2005 fue declarada como Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. Lo primero que me preguntaba era si a un humilde mestizo como yo lo dejaban entrar. Hace unos días fui. Y entré sin problema, como lo hacen muchos turistas, casi todos extranjeros.
Así que les quiero compartir una guía simple sobre San Basilio de Palenque. Por qué es importante, cómo se llega, cuál es su historia, y cómo se recorre.

Esto dice la página web de la Unesco
“Palenque de San Basilio era una de aquellas comunidades fortificadas llamadas ‘palenques’, que fueron fundadas por los esclavos fugitivos como refugio en el siglo XVII. De los muchos palenques que existían en épocas anteriores, sólo el de San Basilio ha sobrevivido hasta hoy, convirtiéndose en un espacio cultural único. El espacio cultural de Palenque de San Basilio abarca prácticas sociales, médicas y religiosas, así como tradiciones musicales y orales, muchas de las cuales tienen raíces africanas”.
Nota: En este texto utilizo varias veces la expresión “negros” para referirme a las personas que llegaron de África y sus descendientes. No lo hago de manera peyorativa en ningún momento, al contrario lo hago porque así se llaman ellos a sí mismos con mucho orgullo en San Basilio de Palenque.
Cuál es la importancia de San Basilio de Palenque
Este sitio es importante porque parece un pueblo africano trasladado a territorio colombiano. Cuando los esclavos quedaron libres, salieron de Cartagena y otras poblaciones a buscar terrenos baldíos para vivir en libertad.

Sus construcciones por supuesto fueron muy precarias, básicamente hacían un cerramiento de un espacio con palos y por eso se les conoció como “cercado empalizado” o “palenque”. Con el nombre de palenque se conocieron entonces esos guetos donde vivían solo negros. Hubo muchos, pero los procesos sociales y políticos poco a poco los acabaron, sus gentes se integraron a las ciudades republicanas y el mestizaje desdibujó su cultura. La importancia de San Basilio de Palenque radica en que es el único palenque que logró sobrevivir y sigue conservando la cultura africana.
Cómo se llega
Llegar es mucho más fácil de lo que uno piensa. Saliendo de Cartagena por la vía a Sincelejo son 56 kilómetros que se recorren en una hora, más o menos, en carro particular. Una hora y media en servicio público. También hay excursiones que salen desde Cartagena.
Cualquiera conoce la entrada. De la vía principal hacia el corregimiento hay 6 kilómetros con una parte en carretera destapada. Si se llega en bus por la vía principal que va a Sincelejo, el recorrido se puede terminar en una mototaxi.

Foto: el centro de visitantes está ahí, pero cerrado. Aún no presta servicio aunque se terminó de construir en junio de 2013
San Basilio de Palenque es un pueblo, a primera vista muy similar a otros de la costa. No está cercado ni son mal recibidos los visitantes, por el contrario, muchos han entendido que el turismo es una buena alternativa económica y además revaloriza su cultura. El Gobierno colombiano construyó un centro de visitantes y todos esperan que empiece a funcionar. Allí habrá guías, presentaciones culturales, artesanías y venta de dulces típicos.
Cuál es su historia

El guía local me cuenta por qué entró la raza negra al proceso de la conquista y la colonia en América. Ningún profesor de historia me había expuesto mejor la razón por la cual llegaron los africanos al nuevo mundo: “Los españoles esclavizaron a los indígenas pero los indígenas eran muy flojos, se enfermaban y se morían muy fácil. Así que necesitaban hombres y mujeres fuertes y resistentes, por eso fueron a África a buscar gente”. Descubro mucho dolor en sus palabras, pero también una especie de orgullo, en el fondo él está convencido de que la suya, es la raza superior. Y creo que estoy de acuerdo.
Le pregunto por la lengua propia de San Basilio. Y me explica que los mercaderes de esclavos en los años 1500 y 1600 traían negros del África, pero los mezclaban en los barcos de tal manera que llegaran esclavos de diferentes regiones que hablaban lenguas distintas. El objetivo era que no pudieran comunicarse para que les fuera más difícil armar motines o planes de escape. Por eso los negros no trajeron una lengua a América, llegaron con decenas de idiomas y dialectos que no lograron sobrevivir. Pero la necesidad de entenderse los llevó a construir poco a poco una lengua que mezcla español (que era el idioma que le imponían los colonizadores); portugués, inglés y francés (pues muchos venían de colonias de esos países); y pingui o lenguas bantú, (o sea las propias de origen africano). Esa extraña mezcla fue usada por los negros durante los años de esclavitud por necesidad y luego se convirtió en el “idioma propio” que se tenía en los palenques. Por eso hoy se conoce simplemente como lengua palenquera. Y dicen los guías locales que esta es una de las dos únicas lenguas vivas de origen colombiano, junto con el creole de los sanandresanos.

El símbolo de la libertad en este lugar es Benkos Biohó, el primer negro que escapó de sus “amos” o “dueños”. Benkos se fugó una vez y fue recapturado cerca de Cartagena. Luego huyó más lejos y se estableció en el sitio donde hoy todavía está San Basilio, en el año 1603. Y cada cierto tiempo regresaba a Cartagena, a escondidas, a rescatar a otros negros o enseñarles cómo fugarse. Con todos ellos creó una comunidad y en 1613 hizo un “proceso de paz” con los españoles que les reconocieron su libertad a cambio de no rescatar a otros ni volver a promover fugas masivas.
Entre las condiciones que pusieron los españoles hubo dos que marcaron la historia. La primera, que debían aceptar un santo patrono y se designó a San Basilio. Esa historia no coincide con la que cuentan nuestros libros, pero me suena creíble. Lo curioso es que los españoles llamaron el poblado Palenque de San Basilio, pues para ellos el pueblo estaba a cargo del santo. Pero los negros siempre dijeron que todo lo que hubiera dentro del palenque era de ellos, por lo tanto el santo lo era. La historia le dio la victoria a los negros y por eso el pueblo se llama San Basilio de Palenque y no al revés.

La otra condición fue más llamativa. Los españoles exigieron que se aceptara la presencia de un cura, que tenía a cargo bautizar a todos los nacidos allí y ese bautizo tenía efectos legales, es decir, el cura hacía las veces de registrador. Como los negros no usaban apellido, durante muchos años a cada niño se le ponía el nombre elegido por sus padres y el apellido del cura que hubiera en ese momento. El primer religioso en llegar fue uno de ascendencia italiana, de apellido Cassiani. Así que durante años todos los niños nacidos fueron de apellido Cassiani. Y eso explica que ahora hay más Cassiani negros en Colombia que blancos en Italia. El segundo sacerdote era de apellido Salgado y el tercero de apellido Cáceres. Esos son los orígenes de todas las familias palenqueras.
Me llama la atención algo que dijo el guía. Me explicó que ahora los palenqueros pueden casarse con personas de cualquier raza, pero que al principio se castigaba con la muerte a quien se mezclara con “personas de color”. Por un segundo no entendí, pedí que me repitiera y solo unos momentos después me dí cuenta que para ellos las “personas de color” son aquellas de color blanco o indio. Yo me quedo pensando en eso mientras el guía termina la historia contando que Benkos Biohó tuvo tres hijos, Okeke, Sando y Orika, esta última era su hija mayor. Y el propio Benkos la mató por haber tenido relaciones con un español.
Cómo se recorre

Foto: Lo primero que uno encuentra son las palenqueras que venden dulces típicos, con las mismas recetas de hace más de 300 años. Enyucados, cocadas y la alegría con coco, son algunos de los dulces más comunes.
Al llegar a San Basilio de Palenque se me acercó un joven de piel muy oscura, cuerpo atlético y una impecable forma de hablar. Me ofreció guiarme por el pueblo por 25 mil pesos. Ese valor es por persona pero siempre hace descuento cuando se trata de un grupo familiar o de amigos.
El guía se llama Juan Manuel. Su familia es 100% palenquera y vive orgulloso de su origen negro. Estudia matemática pura y sus hermanos tienen títulos universitarios. Se expresa muy bien en español y también habla la lengua palenquera, como todos.
- “Asana ria”, le digo al llegar para sorprenderlo.
- “Asina ria”, me corrige. Esa expresión quiere decir “buenos días”.
Acepto mi error pero valora que yo me haya tomado el trabajo de consultar algunas palabras en su lengua antes de venir.
- Bienvenido a San Basilio de Palenque, aquí no hay mucho qué ver pero mucho qué contar. Así empieza su presentación.
El recorrido comienza en el parque principal, donde está la escultura en honor a Benkos Biohó. Al lado una pequeña capilla. Algunos viejos se reúnen a conversar alrededor del parque. La vida es lenta.

Fotos: En la primera imagen una peinadora ofrece en un catálogo varios estilos llamativos . En la segunda, una niña muestra su peinado estilo muy africano, y paradójicamente, una camiseta del Barcelona. Cosas de la globalización.
Vamos a una de las peluquerías. Las palenqueras son famosas por sus trenzas y sus exóticos peinados. Cuentan que en los años de la esclavitud, las mujeres dibujaban las rutas de escape con trenzas en la cabeza. Y ocultaban semillas bajo el cabello para sacarlas de Cartagena y sembrar en sus palenques.

Foto: El fútbol es uno de los fenómenos más globalizados. No podía faltar.
Me hablan de los personajes famosos de Palenque. Recuerdan mucho a Evaristo Márquez, a quien califican como el primer colombiano que fue actor del cine internacional. Efectivamente Márquez actuó en la película La Quemada (Queimada) con Marlon Brando, en 1968. Dicen que un actor negro que venía de Estados Unidos decidió no viajar a última hora y el director contrató para ese papel a Evaristo Márquez, que nunca había actuado en nada. El guía es familiar del improvisado actor. Me muestra la casa donde vivía Evaristo. Lo recuerdan como a una verdadera estrella de Hollywood.

Luego vamos a la casa de otro personaje del pueblo. Se trata del maestro Rafael Cassiani Cassiani, director del Sexteto Tabalá. Tiene 81 años y una lucidez envidiable. El maestro vende sus cd a los turistas y toca en el solar de su casa un particular instrumento llamado “marímbula de cuerda”, que no tiene cuerdas pero sí suena por vibración con una caja de resonancia.
Después hablamos de boxeo. Tres campeones del mundo ha dado este pequeño pueblo. Los hermanos Ricardo y Prudencio Cardona; y por supuesto, el más famoso personaje palenquero: Antonio Cervantes, más conocido como Kid Pambelé.

Foto: En esta casa creció Pambelé. Luego la donó para una obra social. Pambelé ahora vive en Turbaco y no ha vuelo por San Basilio, aunque siempre se ha declarado orgulloso de ser palenquero.
En 1972 San Basilio de Palenque no tenía luz eléctrica. Pambelé le regaló a un tío suyo una planta de energía y un televisor. El 28 de octubre de 1972 todos los habitantes del pueblo se agolparon alrededor del novedoso aparato. De esa manera los palenqueros pudieron ver la pelea en la que Pambelé logró el título como campeón mundial de boxeo. Y cuando llegó como héroe al país, el Presidente de la República le preguntó de qué forma podía hacerle un reconocimiento por la gloria que le había dado a Colombia. Y Pambelé respondió: “a mí no me de nada, pero dele a mi pueblo la luz eléctrica”. Y el Gobierno cumplió.
La caminada es muy agradable. Las historias se van hilando una con otra y la visita se transforma en un viaje al pasado. En una clase viva sobre nuestras raíces como país. Los relatos sobre la esclavitud, la lucha racial y el mestizaje, aquí toman forma de seres humanos. Me produce una sensación extraña. Creo que muchas cosas ya las sabía, pero no las sentía. La experiencia resulta transformadora.
Twitter: @JGBenitez
Facebook: Es hora de viajar
Mail: blogeshoradeviajar@gmail.com