Reapertura del turismo: una noticia buena y una mala

Viajeros post covid

1 de julio de 2020

Hace días unos amigos hablaban sobre el futuro del turismo. Unos muy optimistas, otros muy negativos en sus pronósticos. En un momento me preguntaron cómo veo el panorama para el sector. Mi respuesta pareció recordarles un viejo chiste: les tengo una noticia buena y una mala, contesté.

Hace unos días María Neira, Directora de Salud Pública de la Organización Mundial de la Salud, advirtió que en 2020 no habrá vacuna para el Covid-19 y que, en el mejor de los casos, se tendrá para el primer trimestre del próximo año. Eso nos deja en un escenario complejo pero realista. La incertidumbre de los primeros días de esta pandemia hizo que muchos se paralizaran, literalmente. Pero ya los gobiernos y los empresarios comenzaron a tomar acciones concretas para reactivar la actividad económica aun sabiendo que eso lleva implícito un alto riesgo.

La noticia buena para el turismo es que, al parecer, ya estamos aceptando que habrá que convivir con el virus por mucho tiempo y la negación inicial a los viajes viene disminuyendo. La gente está manifestando en redes sociales un deseo inmenso por volver a la playa o recorrer pequeños pueblos cerca de la naturaleza. Según encuestas realizadas a finales de mayo y principios de junio, el porcentaje de personas decididas a viajar en 2020 ha crecido y se ubica en el 29% en Colombia y en el 28% en Perú. Y el número de indecisos es alto, 34% en Colombia y 23% en Perú; lo que nos lleva a pensar que la cifra de viajeros reales llegará más o menos al 50%, que no está nada mal para las condiciones actuales. Una más reciente, realizada por Viajes Éxito, dice que el 40% de los consultados aseguró tener más ganas de viajar ahora que antes de la llegada del virus y el 37% respondió que tienes los mismos deseos de hacerlo. Es decir, el bloqueo generalizado de los primeros días se ha revertido y, como advertía la presidente de Anato, Paula Cortés, apenas el Gobierno lo autorice, la gente va a querer salir de viaje inmediatamente.

Está claro que la mayoría de los viajes se harán a destinos cercanos. Los grandes circuitos por Europa o por países exóticos de Asia y África, quedarán aplazados. Ni siquiera los parques de Orlando o las playas de Cancún, tan de moda hasta hace poco, lograrán seducir a los colombianos por ahora. Pero habrá viajeros dispuestos a salir, aunque tengan que tomar mil precauciones. Quienes lanzaron gritos apocalípticos diciendo que el turismo había muerto, se equivocaron.

La mala noticia es que, aunque superemos el miedo, el impacto del Covid-19 en la economía provocará una caída sin precedentes. En Colombia la tasa de desempleo pasó del 9 al 21 por ciento y el Centro de Investigación Económica y Social Fedesarrollo calcula que mientras en 2019 la economía del país creció un 3.3%, este año se contraerá mínimo en el 2.7%. En esas condiciones, la recuperación del turismo no será fácil.

La oferta, posiblemente, se va a reestablecer en todos los mercados entre finales de agosto y principios de septiembre, pero la demanda tardará mucho tiempo en volver a los niveles que se tenían antes de la pandemia. En palabras simples, la gente va a tener ganas de viajar, pero no habrá con qué. Algunas personas que no se han afectado mucho podrán pagar un viaje costoso. Pero el grueso de la población vivirá serias dificultades económicas durante un período muy prolongado. Es evidente que muchos colombianos han perdido su empleo, otras han tenido que aceptar reducirlo significativamente o salir a licencias no remuneradas. Esas personas no tendrán en su presupuesto familiar un rubro para viajar o deberán cambiar de planes y hacer una salida mucho más económica de lo que tenían planeado antes de esta crisis. Así que la facturación del sector turístico caerá de una forma dramática.

Los meses que vienen serán difíciles, sin embargo, hay dos razones para ser optimistas: por una parte, sabemos que el sector turístico tiene una capacidad inmensa para sobreponerse ante las dificultades y, por otra, es más que evidente que los seres humanos cada día queremos viajar más, y lo vamos a hacer. Eso sí, cada uno lo hará cuando pueda y a donde pueda.