Después de la tragedia del pasado domingo 25 de junio solo hay una cosa que nos queda por hacer: ir a pasear Guatapé. Es la mejor manera de aportar a la recuperación del municipio.
Por supuesto, al principio la atención se tenía que concentrar en las víctimas y sus familias. Y luego, en la revisión de protocolos de seguridad y en la investigación para establecer qué pasó. Pero pasados unos días, la pregunta tiene que ser “¿Y ahora qué hacemos?”.
Guatapé es un municipio de unos 6 mil habitantes, de los cuales 5 mil viven en el centro urbano. Y cada fin de semana llegan entre 10 y 20 mil turistas. En un puente festivo la cifra sube a más de 30 mil. Y de eso vive el 80% de la población, del dinero que gastan los turistas y que dinamiza la economía local.
Yo fui Director de Turismo de la Alcaldía de Guatapé hace unos años. Y me impresionaba ver el efecto que tenía el turismo en el día a día de la gente. Cuando llovía mucho el fin de semana, el ambiente era triste toda la semana siguiente. Se percibía en el ambiente sin tener que preguntar porque la lluvia siempre provocaba una disminución de visitantes. En cambio, cuando el fin de semana había buen clima o una celebración especial como el Día de la Madre, la energía de la gente parecía desbordada al lunes. Todos saludaban con simpatía, sonreían alegremente. Y claro, ese lunes todos pagaban deudas, había filas en el supermercado, en la cooperativa de ahorro… se notaba la pequeña abundancia.
Mis amigos que tienen hoteles y restaurantes en Guatapé están preocupados. El próximo fin de semana es puente y estamos en plenas vacaciones de colegios, época que es recibida en Guatapé con la esperanza de que lleguen viajeros de todos lados y activen la economía. Pero ante lo sucedido, temen que muchos prefieran no ir. Y eso podría ser muy negativo para los guatapenses.
Del turismo viven los dueños de los hoteles, de los restaurantes, de las lanchas, de las moto-chivas que hacen las veces de taxis, de los toldos del malecón… etc. Y no solo los dueños, también los empleados, muchos de los cuales trabajan por días y dependen de que haya buena ocupación para que los llamen. Y también viven los de las tiendas, almacenes, bares, panaderías, ferreterías y todo tipo de negocios que no le venden a los turistas sino a los guatapenses, pero que saben que sus ventas dependen de que la gente tenga plata y eso solo ocurre cuando han llegado muchos visitantes. En las épocas de baja cantidad de turistas la economía se resiente. Toda.
Así que lo mejor, para que ayudemos a la gente de Guatapé, es organizar viaje para este puente, o para los próximos días. Si le tiene miedo al agua o el dolor todavía le impacta, no se meta al agua, pero disfrute de los demás atractivos, La Piedra, los zócalos, el Monasterio de los Benedictinos, etc.
Lo sucedido ha golpeado anímicamente a los guatapenses. Ahora les preocupa que también los golpee económicamente. Esta vez, para ayudar no hay que recoger mercados ni ropa. La manera de hacerlo, es simple: ir a Guatapé.
Allá nos vemos.
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