Con motivo del repentino adiós de Héctor Mora se me vinieron muchas cosas para decir de él. Y me decidí por la más sencilla pero que sé que es la que él hubiera elegido: recordar algunas de las anécdotas de sus viajes.
Un paisa en el Sahara
Mi primer programa lo hice en Marruecos. Allí encontré a un paisa que vendía y alquilaba camellos en el Desierto del Sahara. Se llamaba Abraham Orozco y allá se hacía llamar Ibrahim. Su abuelo había sido arriero en Sonsón. El viajaba en un barco de la Flota Mercante Grancolombiana. Se bajó en Marruecos, se emborrachó, y al otro día cuando se despertó el barco ya se había ido. Así que le tocó quedarse a vivir allá y recordó el oficio de su abuelo con las mulas. Lo encontré por casualidad en la ciudad de Goulimine, entre Marruecos y Mauritania. Todavía muchos lo recuerdan.
Entrevista muda
Una vez fui a entrevistar a la Madre Teresa de Calcuta. No tenía cita así que tuve que insistir una semana par que me recibiera. Logramos hacer la entrevista y luego nos dimos cuenta de que no había grabado audio. Tuvimos que acudir a alguien que le leyera los labios en inglés para sobreponer la traducción con una voz en español. Nadie se dio cuenta y con esa entrevista me gané uno de los 5 Premios Simón Bolívar que obtuve en mi carrera.
El barrio chino
Una vez llegamos con una excursión de turistas a Beijing. Dos señoras se me acercaron y me pidieron que les dijera cómo ir de compras “al barrio chino”. Qué más les iba yo a decir: Señoras, ¡estamos en China!
El Papa chiquito
En un viaje a Polonia, en la ciudad de Vadovice, entrevisté a la Helena Czepanska, quien había sido la niñera de Juan Pablo II. Le pregunté cómo recordaba al Papa cuando era niño y me respondió que “era un gordito que vivía con un dedo metido en la nariz”.
Los guerrilleros de España
Solo me censuraron una vez. Hice una entrevista a los guerrilleros de ETA en el País Vasco y promocionamos el programa diciendo que “En España hay más guerrilleros que en Colombia”. El programa empezó y a los pocos minutos lo cortaron y pusieron un concierto de tiple en Tunja. Llamé a Inravisión a preguntar qué pasaba y me dijeron que era una orden de la Ministra de Comunicaciones ante una solicitud del Embajador de España.
La esposa de Pancho Villa
Una vez entrevisté a la esposa de Pancho Villa en el estado de Chihuahua. Se llamaba Luz Corral de Villa y me aseguró que vivía de las regalías que le pagaba Hollywood por las películas. Al terminar la entrevista me sacó aparte y con mucho misterio me ofreció venderme una pistola original de Pancho Villa. Con discreción le pregunté al delegado de la Secretaría de Cultura si podía tener problemas para sacar el arma del país. Y me respondió: “Yo se la puedo ayudar a sacar legalmente, pero le advierto que doña Luz con ese cuento vende 4 ó 5 pistolas cada semana”.
Twitter: @JGBenitez
Facebook: Es hora de viajar
Mail: blogeshoradeviajar@gmail.com