Identifique algunos términos, expresiones, palabras y actitudes que debe excluir, con prontitud, de su lenguaje verbal y corporal para lograr el éxito profesional.
Lenguaje es una palabra que proviene del latín lingua, que según Wikipedia se usa para nombrar un sistema de comunicación estructurado para el que existe un contexto de uso y ciertos principios combinatorios formales. El lenguaje, por lo tanto, combina el correcto uso de palabras y expresiones corporales para transmitir mensajes (el comportamiento se suma a las palabras para crear un mecanismo que nos permita expresarnos y comunicarnos). (1)
Las organizaciones, y las personas en general, debemos ser cuidadosas en el uso de algunas expresiones; porque el abuso de ellas podría comenzar a alterar nuestro comportamiento, a limitar nuestro alcance y a definir nuestro accionar (entendiendo que cambiar hábitos no es un tema simple ni inmediato, pero mientras más consciencia tengamos mejores serán los resultados).
Las evidencias científicas son claras: Las palabras y los actos, definitivamente, moldean la mente.
Hace un tiempo encontramos una encuesta informal, hecha por la revista Forbes, en la que preguntaban a expertos en comunicación sobre las expresiones más nocivas que deberíamos erradicar de nuestro lenguaje y en esta publicación quisimos compartirlas, agregándole algunas que en nuestro contexto son igualmente peligrosas, para que emprendamos un esfuerzo colectivo por eliminarlas de nuestro lenguaje (palabras y actitudes que hacen parte de una jerga que aporta poco, pero que para el locutor aparentemente significar mucho).
1. No se puede
De arranque, cerrar todos los caminos, no es una buena idea. «No se puede» es una expresión enemiga —y, en algunos contextos, amiga— de grandes empresarios (amiga de quienes demostraron que si se podía y lograron enormes resultados corporativos y enemiga de los que se quedaron en la negación). «No se puede» también es el escudo de la incompetencia, porque son frecuentes los casos en los que dicha frase lo que intenta realmente decir es «yo no puedo» o peor aún «yo no se como hacerlo». La recomendación de sustitución para esta expresión es «aprendamos o busquemos la forma de hacerlo».
2. Supongo
Son comunes las expresiones o frases usadas como salida provisional de problemas, pero que evidencian falta de confianza o fuerza para retar una circunstancia. «Supongo» y «Probablemente» son, quizás, las dos mas recurrentes. Estas son en realidad palabras que no dicen absolutamente nada (por ejemplo, cuando alguien dice: «mañana probablemente lloverá» lo que está diciendo es que puede que sí o puede que no; es decir, no dijo nada que no se supiera). Lo importante con estas expresiones es ser consciente cuando se usan para, de inmediato, combatirlas con una exploración profunda de respuestas concretas.
3. Nunca
Eliminar de tajo la posibilidad de generar una idea, es un error garrafal. «Nunca» es una expresión que bloquea el cerebro, restringe la creatividad y limita la innovación. Emitir al interlocutor la expresión «Nunca» termina siendo desalentador y deprimente. Ahora, cuando la usamos en un enunciado pasado denota seguridad (el problema real es cuando la sumamos a una situación futura).
4. Pero
No siempre esta expresión tiene una connotación negativa, debido a que en algunos casos es usada para ofrecer alternativas. El «Pero» molesto, el que debería confrontar, es aquel que niega todo lo que la precede; el que limita la acción o creación. En asuntos comerciales esta expresión es verdaderamente incomoda; por ejemplo: cuando una compañía dice: «estamos en promoción, pero…».
5. No
Enunciada de forma monosilábica es la palabra más odiosa del lenguaje, pues su asociación negativa es tremendamente poderosa y restrictiva. Aunque en algunos casos es necesaria su utilización, lo recomendable es acompañarla de razones, explicaciones y —porque no— de puertas abiertas a alternativas o circunstancias que la puedan transformar en un «Si».
6. Etcétera
Robert Finder, uno de los expertos más reconocidos a nivel mundial en técnicas efectivas de comunicación, llamó a la expresión «Etcétera» como la «No-Palabra». Esto se debe a que, según él, «Etcétera» traslada al interlocutor la responsabilidad de completar el trabajo. «Etcétera» significa: No tengo otro ejemplo o palabra para profundizar mi punto o argumento (es decir, da por hecho algo que no se ha dicho).
7. Siempre
Los absolutismos o generalidades, no son una buena alternativa para cualquier tipo de conversación. Los absolutismos encierran al interlocutor en una posición que podría denotar una mente cerrada. También se trata de una palabra que podría conllevar a inexactitudes, para el correcto entendimiento de un mensaje.
8. Cuando…
La expresión «cuando», visto como condicional, no es recomendable. Si queremos transmitir decisión en las acciones, las frases del tipo «cuando obtengamos ese resultado haremos aquello» o «iniciaremos el proyecto cuando tengamos recursos» restan más de lo que suman. La mayoría de «Cuandos» terminan convirtiéndose en excusas que justifican nuestro poco compromiso para que algo suceda de verdad.
9. No tenemos tiempo
Disfrutamos postergando lo que en el fondo no queremos hacer. Las personas y las organizaciones son procrastinadoras; esa es una lamentable realidad. Y la supuesta falta de tiempo es la excusa perfecta para seguir con esta mala practica. Si el enunciar esta frase se transforma en una reflexión profunda del por qué no hacerlo, ese simple ejercicio ya será un paso al frente.
10. No es el momento para… (o ya es tarde para…)
Decirlo o pensarlo es justificar la falta de decisión para hacer una tarea o enfrentar un proyecto. Ambas son peligrosas; la primera por evitar el reto y la segunda por aceptar el error de no haberlo enfrentado a tiempo. Esperar no puede ser una alternativa empresarial o profesional. El «momento perfecto» siempre será ahora.
Bono extra: Ese no es mi trabajo
Generalmente, cuando alguien usa esta expresión, esta en lo correcto; pero expresarlo es definitivamente antipático y mediocre. Se supone que la consecución de resultados es una responsabilidad colectiva y aunque una tarea posiblemente no sea una responsabilidad directa, el objetivo final si lo es.
Bibliografía
(1) Definición tomada de Wikipedia.
10 Words To Erase From Your Vocabulary. Artículo publicado en forbes.com.