Conozca los errores más comunes, esos que no pueden cometer quienes crean o editan un blog con intenciones de negocio.
Construir un blog es una decisión empresarial que se debe tomar con consciencia, puesto que lanzarse a ello implica una fuerte inversión de tiempo y recursos. Sin embargo, son pocos los líderes de negocio que lo ven de esa forma, lo que podría considerarse la primera de las imprudencias que queremos exponer hoy. Son muchos los que tienen una percepción errónea de esta actividad digital, son muchos los que piensan que crear y editar un blog se reduce a escribir de vez en cuando cualquier cosa sobre el negocio, y que con eso será suficiente para lograr buenos resultados. No podrían estar más equivocados.
Enfrentar la construcción de un blog creyendo que es una tarea simple hará que los gestores se desencanten rápidamente de la actividad. Encontrarse de frente con la realidad, sin estar preparado para ella, derivará en que los responsables de la estrategia digital eliminen o desatiendan el blog, sacrificando una herramienta poderosa o desperdiciando los recursos iniciales invertidos. Es por esto que, anticipar el arduo trabajo que significa sostener un blog es un paso fundamental para su establecimiento dentro del accionar digital, y además servirá para acondicionar al equipo y organizar el terreno para que las tareas fluyan de la manera correcta.
Las 7 equivocaciones que no puede cometer cuando crea un blog
Lanzarse al blog sin planificar y preparar a los colaboradores es imprudente y arriesgado, es el principio del fracaso en la blogosfera. Pero allí no termina el asunto. Editar un blog, aún con una buena planificación y preparación, es una actividad que está repleta de tareas, de todo tipo. Escribir, diseñar, editar, interactuar, corregir, medir y programar, son solo una pequeña muestra de lo que lo podría ocupar la jornada de trabajo del gestor de un blog. Y, al enunciarlas, podemos ver lo variadas que son. Una variedad que significa altas y diversas probabilidades de error.
En esta publicación nos concentraremos en las más comunes, importantes y costosas a la hora de gestionar un blog. Revisaremos esa abundante variedad para encontrar en cuáles es más probable equivocarse y presentaremos las siete que no se deben cometer. Hemos elegido estas siete imprudencias porque son las más recurrentes y las que mayor impacto tienen en el resultado final. A continuación, las presentamos:
1. Tomar una mala decisión en la elección de la plataforma
Cada decisión que se toma cuando se construye o gestiona un blog es susceptible de error, y la elección de la plataforma no es la excepción. Arrancamos con esta porque, por lo general, es la primera que se toma. Por ende, al ser la primera, la mayoría de las veces se hace con pocos conocimientos o información.
Para tomar una buena decisión debemos tener dos cosas claras: las opciones de plataforma y los fines del blog. En el primer punto, el de las alternativas, las más populares son: WordPress, Blogger y Tumblr. Pero, los CMS —sigla de Content Management System—, como Joomla!, también son una buena opción. Ahora, para el segundo aspecto, el referente a los fines del blog, debemos preguntarnos cuáles son los objetivos que perseguiremos con el proyecto. Porque no es lo mismo crear una bitácora personal, sin intenciones de negocio, a crear una con un propósito comercial o empresarial. Si la iniciativa es personal y sin fines comerciales, cualquier plataforma le será útil —simplemente escoja la que para usted sea más simple de administrar—. Ahora, para proyectos empresariales, que es el tipo de blog en el que nos centraremos en este artículo, la decisión más astuta es WordPress o Joomla!, no porque las otras no sirvan, sino porque estas dos plataformas permiten crecer y agregar en el futuro otras herramientas a la iniciativa.
2. No tener una URL personalizada para el blog
En la actualidad, personalizar la URL del blog no es una opción, sino una obligación. No está bien visto que un blog de empresa tenga una URL del tipo: minegocio.blogspot.com o minegocio.wordpress.com. No, no se ve bien. Un proyecto de blog merece tener una URL personalizada, que sea fácil de comunicar y que, además, contribuya al crecimiento de la iniciativa. No hay excusas, personalizar la URL es una tarea simple, que no requiere conocimientos técnicos profundos, que manda un mensaje de profesionalismo a la audiencia y que comienza el trabajo de retención y fidelización de los visitantes.
3. Olvidar la creación de una línea editorial clara y definida
La más costosa de las imprudencias, cuando se construye un blog, es la ausencia de una línea editorial. La línea editorial es un documento sencillo en el que se describen las temáticas y su intensidad de publicación dentro de la plataforma. Además, la línea editorial, es el plan de trabajo que servirá para anticiparse en la creación y distribución de contenidos.
Con una línea editorial clara y definida, la gestión de un blog se hará más sencilla, y la preparación de los contenidos será más pensada. La planificación previa de lo que se publicará también servirá para elevar la calidad de los contenidos. No tener una línea editorial lo llevaría a dar palos de ciego o, peor aún, a volverse víctima de la rutina, lo que conduce a publicar cualquier contenido de baja calidad por simple compromiso con la audiencia. Si no se planifican los contenidos y se construyen con antelación, le será muy difícil sobresalir. Los blogs que se destacan lo hacen porque tienen una buena línea editorial.
4. Descuidar la redacción y ortografía del blog
La buena redacción de los contenidos y su ortografía es una responsabilidad que se debe enfrentar con decisión. Sí, algún error se escapará —hasta a los libros que pasan por procesos rigurosos de revisión se les escapa algún detalle—, pero no se puede bajar la guardia ni conformarse con un desempeño mediocre en estas dos áreas. Hacer un esfuerzo, apoyándose en los recursos que tenga a la mano, para tener un mejoramiento continuo en estos dos campos debería ser un objetivo permanente de los editores del blog. Lea, estudie, pregunte y pida apoyo a terceros para que los contenidos sean óptimos en redacción y ortografía, los lectores lo valorarán y se lo agradecerán.
5. No usar imágenes para enriquecer los contenidos
Reducir un blog a un conjunto de textos, por más entretenidos y sorprendentes que sean, renunciando a las imágenes como herramienta para darle profundidad y color a los contenidos, es un error. Los elementos gráficos —imágenes o videos— llenan y complementan el mensaje que se busca transmitir. Además, aportan contexto y mejoran la experiencia de consumo para los visitantes.
Definitivamente es una buena idea invertir algo del tiempo de gestión a la planificación del tipo de piezas gráficas que se usarán dentro de los artículos. Determinar las características y particularidades que deben tener las imágenes o videos servirá para enriquecer los contenidos.
6. No tener una página explicativa
Crear una página biográfica o de intenciones, del tipo about us, le permite al visitante hacerse una idea rápida y concreta de lo que encontrará en el blog. En esta página se debe dejar claro quién edita y gestiona el blog, con qué fines se creó, cuáles son las temáticas que abordará, cuál es su periodicidad de publicación de nuevos contenidos y qué mecanismo es el apropiado para contactarse con su creador.
Contar con una página que explique todos los detalles y motivaciones del blog permite que los usuarios anticipen las particularidades de la comunidad que intenta conformar el editor, empujándolos a sumarse.
7. Prestar poca atención a la distribución y masificación de los contenidos
La mayoría de los editores y gestores de blogs sobrevaloran las tareas asociadas a la creación de contenidos y subvaloran las de distribución y masificación. Sí, crear contenidos creativos y útiles es de extrema importancia para la supervivencia del blog, pero la distribución, también lo es. No invertir suficiente tiempo en determinar y elegir el mejor momento para publicar un contenido, no tomar recursos para promover publicitariamente los contenidos publicados y no monitorear el comportamiento de la comunidad frente a lo que se publica podría hacer que el esfuerzo sea ineficiente.
El objetivo de un bloguero no es crear magníficos contenidos, sino crear magníficos contenidos que sean consumidos por una audiencia en particular. Sin una buena distribución y masificación no habrá consumo, y, sin esto último, no se conseguirán los resultados planeados.