
El 5 de junio se cumple la segunda y definitiva vuelta en las presidenciales del Perú. Fujimori (Izquiera) y Humala (derecha) empiezan a generar polarización. Foto Cortesía PERÚ 21
Entre Ollanta Humala y Keiko Fujimori deberán elegir los peruanos al sucesor del actual presidente Alan García, luego de disputarse la primera vuelta de las presidenciales en el país hermano, cuyos resultados finales reseñó así el diario El Comercio.
Los peruanos llaman chorreo a la dinámica que permite el descenso de recursos hacia las comunidades más pobres del país, como consecuencia de la bonanza en las empresas y sectores productivos del país, en su mayoría radicados en la ciudad de Lima. Desde 2005, cuando García asume el primer cargo ejecutivo de los peruanos, la economía del país hermano evidencia un crecimiento en sus indicadores, principalmente por la forma cómo la minería y los fondos pensionales les permiten – incluso- tener una cifra de crecimiento positivo en 2008, año de la gran debacle financiera en los Estados Unidos. Sin embargo el chorreo no se hizo evidente y una gran brecha entre la miseria y la opulencia se empezó a notar en las grandes ciudades del país como Lima, Arequipa, Trujillo o Piura. El Sur del Perú y las clases menos favorecidas, que cada vez van creciendo; sintonizaron más con el discurso populista de Humala, quien lleva 12 años en campaña, la derecha dividió sus votos entre Toledo y PPK y en segunda vuelta quedó la hija del ex presidente Alberto Fujimori, quien a pesar de las sanciones judiciales contra su padre, tiene una apasionada recordación de muchos en Perú, por lo que representó la imagen fujimorista en medio de la coyuntural guerra que libró el estado en los 90 contra los grupos de guerrilla como el Tupac Amarú.
Grandes medios peruanos y otros círculos de opinión, plantean que elegir entre Keiko y Ollanta es como decidirse a padecer cáncer o SIDA. Es claro que habrá un cambio de rumbo a partir de la salida de García del Palacio de Gobierno peruano y el constinuismo está descartado. Por estos días los candidatos derrotados se reúnen con los dos ganadores de la primera vuelta y los “sobrevivientes” con sus equipos de campaña, tratan de hacer una lectura del panorama, pues la polarización será evidente y la forma cualquier palabra, decisión, actuación, adhesión o desacierto, será clave para que en la puerta del horno se queme el pan. Ollanta le pasó con García en las últimas elecciones y Keiko querrá que aquella historia se repita.
Sobre el tema, recomiendo este análisis de la periodista Carmen Villa.