Parecemos quijotes en dos ruedas en medio de una ciudad que no comprende porqué rodamos y rodamos, sin generarle daño a nadie, antes bien no contaminando, mejorando nuestra salud, liberando las calles y la ciudad y enviando un mensaje de libertad y vida que contagia a muchos, aunque sigan optando por transitar solos en sus carros o motos, sin dimensionar la importancia que tiene para nuestro presente y nuestro futuro, el uso de transporte limpio.
Esta semana, a partir del accidente del más glorioso pedalista antioqueño de todos los tiempos, cuando transitaba en su bicicleta por el occidente de Medellín, me puse a pensar en la importancia que tiene el respeto por el ciclista como urgencia para el estímulo de una cultura de la cicla que se incremente y genere todos los beneficios posibles para la ciudad y para cada uno de nosotros.
¿Hay cultura de respeto por el ciclista en su ciudad?
Se abre la Plaza Pública