La TV pública tradicional ya no es sinónimo de masificación y mucho menos la que se hace con bajo nivel de calidad, con personas sentadas en sillas, que hablan por turnos “cuando deja el jefe” y con discursos construidos y distantes al ciudadano “de a pie” carentes de interés por lograr un importante alcance y con ello hacer más eficiente los limitados recursos públicos que salen del bolsillo de todos.
¿A qué se refiere un Estado que invita a los ciudadanos a portarse bien? Son tantas las formas que tenemos de entender el mundo y es tan diverso el entorno, que no resulta claro ni conveniente la simple invitación a portarse bien. Sería más sano invitar a cumplir la ley y todavía mejor: explicarle a los ciudadanos qué entendemos por portarnos bien y cómo hacerlo.