Una colcha de relatos, así podría llamarse en forma y fondo el primer discurso del Estado de la Unión (#SOTU) del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quién apeló a una planificación sistemática articulando redes sociales, texto, vídeo, presencia física e incluso interacción con su propio partido en una buena puesta en escena que no colmó las expectativas de sus rivales.
La palabra es la principal unidad del lenguaje que permite – entre otras cosas- comunicar experiencia personal y-o corporativa de marca, esa que se queda en la mente y el corazón de los públicos y debe convertirse en una forma coherente de comunicar en los canales que tengamos a nuestra disposición si buscamos hacernos buenos, únicos y confiables en un tema.
La campaña negativa en política o gobierno son aquellas tácticas empleadas por un sector opositor contra el poder o en contienda, que emplea recursos de información, publicidad o mercadeo para poner en evidencia factores reales que juegan en contra de su rival en la aspiración o la legitimidad que busca para ejercer el gobierno.
En las primeras de cambio de la contienda 2016 por la Casa Blanca, ya se hace evidente que esta campaña e incluso un alto volumen de la despreciable guerra sucia, abundará en medios y redes globales en la puja entre Trump y Clinton por llegar a presidir la nación más poderosa del planeta.
Se trata sin duda de un momento de tensión e incertidumbre histórica para el planeta, pues dos graves amenazas se convierten en evidentes retos para los gobiernos y los países más poderosos del mundo. La migración y el terrorismo: Fenómenos que parecían parte del paisaje pero que hoy se conectan con la realidad económica, social, política e incluso desde la cultura y la religión.
Lo lamentable en este tipo de ciurcunstancias es que los insultos y gritos le quitan espacio a la agenda pública en relación con los temas importantes para una sociedad y en el caso de Estados Unidos a una agenda que se amplía geopolíticamente a todo un planeta, desde la forma cómo las dinámicas de gobierno de esta Nación tienen una lata injerencia en el presente y el futuro del desarrollo que podría llevarnos a los desequilibrios que detonan factores que afectan la calidad de vida de todos.
Sin duda es un fenómeno que llama la atención: Se trata de un político con 70 años, los norteamericanos lo conocen más como un jefe despiadado del prime time de la televisión que por su liderazgo potencial para manejar el Estado más poderoso del mundo. Ha sacudido la opinión del sur con violentas declaraciones contra la población latina; también desconoce los efectos del cambio climático y que no demuestra mucha habilidad técnica sobre la forma cómo se administra lo público. Hablamos de Donald Trump.