A partir de un texto publicado hoy en El Colombiano, donde se menciona el término Cuarto de Guerra (War Room), me permito citar algunas definiciones que facilitan el trabajo práctico de este concepto en marketing político y gobierno.

Fue la hoy pre candidata a la Presidencia de EEUU Hillary Clinton en la campaña por la presidencia de 1992, donde su esposo fue candidato, la que creo un centro estratégico de ataque y contraataque en la redacción de un diario de Arkansas con el objetivo de atender las coyunturas complejas de dicha campaña y que llamó Cabinet War Room. Foto: historyrat.wordpress.com
Aunque para muchos el término viene del cuartel general del líder inglés Sir Winston Churchill en la II Guerra Mundial, denominado Cabinet War Room; fue William Safire, un periodista norteamericano que le escribía los discursos a R. Nixon, uno de los primeros en aproximarse al término y definirlo así: “Oficina Central de mando donde se toman las decisiones estratégicas de una campaña” Por su parte José Adolfo Ibinarriaga y Roberto Trad Hasbun, reconocidos expertos en comunicación estratégica, en 2009 lo definían como: “Un cuerpo colegiado de trabajo diario que atiende situaciones relacionadas con ataques o denuncias contra una campaña” Yo agregaría que ambos conceptos son útiles para marketing político y gobierno.
Un Cuarto de Guerra es en la práctica, el circulo de mayor confianza, compromiso y discrecionalidad que tiene un líder para recibir consejería sobre la estrategia y la táctica que debe aplicar en una situación particular. Un War Room no es un comité dedicado a crisis. Para las crisis puede existir un equipo alterno. No es un cuarto de guerra el espacio donde se tejen las estrategias de campaña negra o guerra sucia. Habrá campañas o gobiernos que lo entiendan así, pero este es un concepto profesional, que demanda de las campañas, los políticos y las personas que se atreven a integrarlo: creatividad, audacia e inteligencia.