Lo justo de lo injusto.

pasando el puenteYo creo que sólo puedo perder aquello a lo que me aferro, porque todo es temporal y pasajero.

Mientras dedicaba un buen rato a la lectura me topé con este proverbio australiano, que textualmente dice: «Todos somos visitantes de este momento, de este lugar. Estamos de paso. Estamos aquí para observar, aprender, crecer, amar para luego volver a casa».

En estos últimos días del año, haciendo balance y en la medida de mis reflexiones descubro que soy afortunado pues no está mi riqueza en la posesión sino en la capacidad para aprovechar estos recursos. Y todo ello en proporción al desapego.

Al fin y al cabo, es mejor no poseer nada, para que nada me posea.

recorriendo la vidaSoltar y dejar ir, ha sido mi constante en este año que termina. Sin aferrarme a nada, pues ya sé que las pérdidas se convierten en ganancias cuando las capitalizo con ayuda de la pregunta permanente en torno a la necesidad. Es decir, ¿realmente necesito esto o aquello?

Rico es quien no necesita.

caminandoLuego me acompaña la pregunta en torno a la justicia del Universo. A mi alrededor observo tantos eventos y acontecimientos donde me pregunto: – ¿por qué para algunas personas, el destino les sonríe, mientras que, para otros con cada paso que dan, los obstáculos y las pruebas se acumulan? -.

Con cada señal y signo de aquello que me acontece, me doy cuenta de que mi perspectiva de justicia es diferente a lo que el mismo Universo comprende como tal.

acompañado en el caminoLo justo para el Universo está asociado con lo que preciso, es decir, con aquello que me hace falta para completar las lecciones de vida, curso obligatorio para evolucionar mental y espiritualmente.

Esto quiere decir que en cada situación hay un conjunto de signos que debo interpretar y aplicar en mi vida, porque es justo lo que requiero para mi aprendizaje.

Si aprendo a leer las señales, comprendo que a veces me impelen a cambiar el rumbo o soltar la carga si es necesario, para continuar la marcha.

Por lo tanto, no puedo asegurar el mañana, sino más bien prolongar el presente con la consciencia atenta en el aquí y ahora.

Una vida rica.

buscando la iluminaciónYo creo que he tenido una vida rica.

Estas fechas decembrinas marcan el momento propicio para una evaluación.

Mientras los demás están reunidos para celebrar en familia… me alejo del alegre grupo y observando el horizonte, por un momento me detengo a meditar sobre mis pérdidas y ganancias del año y resulto beneficiado con el balance.

Pues desde mi nacimiento, la existencia me ha colmado con experiencias enriquecedoras para mi crecimiento personal.

Como por ejemplo los padres que me dieron la vida, maravillosos seres humanos que desde su conciencia y sentido común dieron lo mejor de sí mismos para iluminar mi camino.

Aquellas mujeres que en su momento y oportunidad me enseñaron tantas cosas del sagrado arte de vivir.

Los amigos seleccionados que he disfrutado y sufrido en el camino.

Los momentos cercanos a la muerte vividos con intensidad varias veces.

Las dificultades económicas y de salud, así como los periodos de abundancia y riqueza que en ocasiones han acompañado este recorrido.

El colegio donde pasé la mayor parte del tiempo aprendiendo a resolver problemas y la universidad que formó mi criterio profesional.

Las hermanas amorosas y diferentes en su estilo y manera de pensar y de ser, que la vida me obsequió, en compañía de esos otros hermanos que tengo gracias a sus esposos.

Los sobrinos que representan una nueva forma de paternidad y por supuesto mi hija, pedazo de mi corazón que desde antes que naciera ya cuestionaba mi futuro como consejero, guía y protector.

Mi esposa, compañera incondicional quien de la mano de su hijo han sido mis maestros desde la alegría, la positividad, la creatividad y el trabajo juicioso y motivado cuando las cosas se ponen difíciles en el trayecto.

Mis alumnos del colegio y la universidad que le han dado sentido a mi paso por la tierra al permitirme el papel de ser maestro.

En sevilla viviendo la vida jcpmY la presencia ignorada de eso algo más allá, que a veces dudo, pero que, gracias a los incansables debates y peleas espirituales, me devuelve la fe rodeándome de milagrosas manifestaciones.

Mi vida ha sido rica en dolor y sufrimiento, en alegría y decepciones, en tristezas y frustraciones, en esperanzas y promesas, en proyectos y culminaciones.

Incluso el dolor y el terror de atravesar un cáncer para mi aprendizaje y preparación espiritual; porque al fin y al cabo soy eso, un espíritu atrapado en un cuerpo, que en algún momento recobrará su naturaleza etérea para continuar la marcha en otro plano, en otra vibración.

Por el momento celebro mi vida y sus circunstancias y en este fin de año brindo por la riqueza que el Universo me ha regalado y me seguirá regalando, mientras esté dispuesto a recibir.

La realidad es una construcción subjetiva.

Actitud en familiaYo creo que cada persona vive su vida de la misma forma como la percibe.

Es decir, la realidad es una construcción subjetiva.

Por estos días, cuando he frecuentado amigos y familiares por las fiestas decembrinas, no puedo sustraerme a la sensación curiosa que me invade cuando escucho sus temas de conversación. En algunos soplan vientos de derrotas, pero en otros surge la posibilidad de un mañana mejor.

Si dentro de mi pervive el pensamiento catastrófico, todos mis comentarios, frases, expresiones y actitudes frente a la vida estarán colmadas de pesimismo.

La desesperanza aprendida es un proceso mental complejo donde se pierde la motivación, y por lo tanto la esperanza de alcanzar los sueños y las metas.

Es como si la persona renunciara a la posibilidad de que las cosas salgan bien, se resuelvan o mejoren.

A la desesperanza el filósofo Federico Nietzsche, la consideraba “la enfermedad del alma moderna”.

Como psicólogo sé que todo esto se debe a la manera como se ha vivido la vida. Para algunos el desfile maravilloso de sucesos y experiencias hermosas, nutritivas y plenas de significado. Pero para otros, sus vivencias han sido frustrantes, dolorosas, restando toda posibilidad a la esperanza.

Además, que reconozco que hay factores biológicos, emocionales, de aprendizaje, políticos y socioculturales que influyen en la manera como percibo el mundo.

Si se puedeSin embargo, creo que más allá de los factores determinantes que expresé hace algún momento, la frustración e impotencia, donde suelo pensar que no voy a lograr metas y sueños, son procesos mentales que se cultivan si encuentro el terreno propicio.

Ahora es importante aclarar que una cosa es la desesperanza y otras muy diferentes la decepción o la desesperación.

La decepción se produce cuando compruebo como se ha frustrado mi expectativa.

En tanto que la desesperación es anterior a que se produzca el desenlace de mi meta; pues se caracteriza por la pérdida de la paciencia y la paz interior debido al estado ansioso y angustiante que hace del futuro una posibilidad atemorizante.

La desesperanza, por su lado, es la percepción de la imposibilidad de lograr las metas.

Es cuando la persona cultiva pensamientos donde no hay nada que hacer, ni ahora, ni siempre. Se resigna y abandona la meta.

Entonces, a partir de ahora voy a activar varios mecanismos psicológicos para contrarrestar esto como, por ejemplo:

Comprender que se trata de una percepción subjetiva y no necesariamente estoy leyendo el campo de todas las posibilidades donde lo que pienso puede que no suceda.

Darme cuenta de que todo pasa y que cada día es nuevo, y representa la oportunidad para ser creativo confiando en mis propias potencialidades.

lazos familiaresHabitar ambientes que permitan estar rodeado de personas optimistas.

Constantemente resignificar las situaciones en busca de ángulos positivos.

Buscar el mejor momento para actuar en vez de pensar. Porque el Universo no premia a los que piensan sino a los que actúan.

Centrarme en mis recursos, dones y talentos, más que enfocarme en el problema o en sus posibles consecuencias negativas.

Con frecuencia me digo y afirmo: ¡Esto tiene solución!

Yo creo que, salvo casos extremos de catástrofes naturales o eventos críticos inesperados, lo que veo como “problema” es una construcción subjetiva que se gesta cuando evalúo una situación teniendo como base todas las posibilidades para resolverlo.

Estoy comprendiendo que no es algo que está fuera de mi sino algo que edifico. Por lo tanto, si está en mí… tengo el poder para deconstruirlo.

Cuando lo exterior afecta lo interior.

juancarlosposadamejia Torre EiffelYo creo que en la madrugada la expectativa se apoderó de mí, por lo que esperaba de Paris.

Y es porque años atrás, me había hecho la promesa de visitar la “Ville Lumière”o la ciudad de la luz.

Cuentan las historias que ya en el siglo XVII, Paris habría sido la primera ciudad que tuvo alumbrado público, algo que para la época era fuera de lo común.

Sin embargo, de buena fuente se conoció que esta iluminación pública fue una estrategia del prefecto de la policía de la ciudad para reducir los índices de criminalidad y robos que soportaba Paris y creo que aún la siguen azotando, por ello desde esa época lámparas y antorchas de aceite pretenden iluminar la oscuridad del delito.

Ahora, desde otra perspectiva más poética dicen que Paris fue la ciudad de la luz, por la iluminación que ofreció intelectualmente y porque parte de la revolución francesa pretendió ganar igualdad, libertad y fraternidad, valores fundamentales de cualquier sociedad que se respete.

juancarlosposadamejia PanteonParis, ilumina el conocimiento del mundo moderno al convertirse en capital de la filosofía, del pensamiento político y la cultura en el siglo XVIII, cuando surgen pensadores como Montesquieu, Rousseau, Diderot o Voltaire.

Ya en el siglo XIX, Paris tiene un alumbrado público utilizando gas, obra del ingeniero y químico francés Philippe Lebon. Esto la hizo tan famosa entre los turistas extranjeros, principalmente los ingleses, que a partir de ese momento la llamaron City of light.

Sin embargo, para mí la situación fue diferente, a pesar de su brillo y pompa París me pareció fría, seria, triste y hasta melancólica.

El paseo por el rio Sena, por los Campos Elíseos, por supuesto la Torre Eiffel y el Arco del Triunfo, aunque imponentes no dejan de tener un sabor nostálgico como lúgubre, más aún cuando se observa la catedral de Notre Dame.

juancarlosposadamejia Moulin RougeAunque el Barrio de Montmartre y en la parte baja el famoso Moulin Rouge pretenden alegrar la tarde, sigo sintiendo un toque depresivo salvado por la presencia de mis compañeros de viaje que buscan sacarle provecho a la caminata parisina.

Si me descuido por un momento toda la nostalgia de sus calles me cala los huesos.

En medio de mis reflexiones, decido bajar mi expectativa y vivir París con la certeza de que la tristeza está afuera y no dentro de mí.

Gracias a la comida y pastelería deliciosa, el atardecer y la noche adquieren un color distinto a pesar del frio que se insinúa.

Con buenos abrigos y al calor de un exquisito vino francés, celebramos la vida y la maravillosa oportunidad de viajar y conocer el mundo.

juancarlosposadamejia Museo LouvreCreo que venir de España y visitar Paris fue lo que me hizo entrar en un mar de contradicciones y contrastes infinitos… Y lo más interesante, que para mí sensibilidad, fue notorio el cambio que por poco se apodera de mi espacio interior.

Yo creo que debo trabajar mucho más en no dejarme permear por lo que acontece afuera, para más bien dejarme fluir desde mi serenidad interior.

El silencio contemplativo.

TOLEDOYo creo que, en Toledo España, me he permitido detener la marcha para meditar un buen rato y recargar fuerzas y energías para continuar el camino.

Esta mañana me dirigí a la estación Puerta de Atocha en Madrid, para salir en tren rumbo a Toledo. Me hace mucha ilusión este lugar pues me han dicho que tiene bastantes atractivos para fotografiar. La cámara fue lo primero que empaqué al salir del hospedaje y durante el trayecto estuve repasando aquellos lugares que deseaba visitar.

Toledo me recibe con un sol esplendoroso, aunque el taxista entrado en años y bastante huraño, por poco me amarga el día.

Camino extasiado por sus calles estrechas y medievales sintiendo la magia de las tres culturas cristiana, judía y musulmana que aportan sus estilos arquitectónicos y enriquecen su historia ya que fue capital de España entre los años 1519 y 1561.

Al finalizar la tarde decido subir al mirador del Valle, lugar estratégico para divisar la ciudad y tomar fotos memorables.

EN TOLEDO JUANCARLOSPOSADAMEJIADesde este mirador contemplo majestuoso el paso del tiempo. El silencio me acompaña para escuchar el sonido del viento y siento la paz de la naturaleza en medio de la inmensidad del Universo.

Doy gracias por todo.

Debido a la meditación puedo percibir diferente lo que en principio parece cotidiano, así cuando veo más allá encuentro riquezas y tesoros invaluables, porque siento en aumento mi autoconsciencia.

Me concentro en el presente, respiro profundo con lentitud, entonces disminuyen mis emociones negativas, en virtud de que aumento mi paciencia y mi tolerancia.

Desde hace un rato siento que la imaginación y la creatividad también crecen.

Debo reconocer que por momentos me asaltan pensamientos y emociones que me pueden quitar la paz, pero les dejo pasar sin juzgarlos.

Nuevamente respiro con plena consciencia y me pierdo en el horizonte de este cielo azul español.

Repaso mentalmente mi cuerpo, focalizo el dolor, la tensión, el frio, el calor y suelto la incomodidad.

Miro a mi alrededor y al infinito y proyecto mentalmente mi amor y gratitud.

MONASTERIO TOLEDOPor un momento mi mente divaga mientras medito. Esto es normal a pesar de la práctica de la meditación. Es más, puedo utilizar estos pensamientos para volver al objeto, a la sensación, o el movimiento en el que estaba concentrándome.

Poco a poco el crepúsculo se insinúa sobre Toledo. Acá por estar en verano apenas son las ocho de la tarde y ya es tiempo de tomar el tren de regreso a Madrid.

Mientras emprendo la marcha, confirmo que no hay una manera correcta ni incorrecta para meditar. Lo que realmente importa es que estoy logrando un silencio contemplativo mientras disfruto mi contacto con la aparente realidad.

Yo creo que la magia está en el silencio.

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