Yo creo que, antes de morir, es importante elaborar una lista de actividades, momentos y tareas por hacer.
A esta actividad, le sacamos el “cuerpo“, por la angustia inherente que despierta la certeza de la muerte, como algo inminente e ineludible y como una obligatoriedad de todo ser vivo.
Lo curioso es que todos estamos condenados a muerte. La diferencia con algunos es que conocen la fecha exacta de la partida.
Creo por el momento que tengo algunas tareas pendientes antes de morir: amar, perdonarme,perdonar y por supuesto, cumplir la misión.
En este caso que vamos a ver…el Doctor Randy Pausch, cumplió hasta el final con su misión:
Yo creo que la confrontación puede hacerse de manera diferente.
Con frecuencia nos preguntamos qué tan importante puede ser la confrontación. A veces la respuesta es obvia. La confrontación es importante en tanto le permite a las partes en conflicto, descubrir qué tan fuertes, poderosos, astutos o competentes son.
Nos gusta compararnos con las habilidades, poderes y destrezas de los otros. Sin embargo la confrontación psicológica puede traer graves consecuencias emocionales, sobre todo para quienes terminan perdedores en estos encuentros.
Confrontar a otra persona supone la habilidad de un relojero. No es fácil criticar sin herir y mucho menos hacerlo con amor.
Yo creo que las palabras matan, así como tienen el poder de dar vida…Mi propuesta es que aprendamos a acariciar con las palabras, no sólo las verbales, sino también, las gestuales y corporales.
Las palabras tienen un enorme poder. Tanto así que, con palabras terapéuticas es posible sanar a una persona, en tanto que con palabras agresivas, insultantes o mal intencionadas podemos lastimar, herir y sugestionar negativamente a los seres con quienes vivimos y/o trabajamos.
De otro lado, se ha comprobado el importante papel que juega la sugestión en nuestras propias vidas al lograr procesos de curación a partir de expresiones positivas expresadas por el propio enfermo, sus familiares o amigos más cercanos.
Las palabras y expresiones de un jefe pueden ser mortales para sus colaboradores si se expresan en momentos emotivos sin que medie la razón o el entendimiento.
Yo creo que nuestra libertad es relativa.. Y creo que hay distintas clases de libertades. Es decir, no todas las libertades son iguales.
Me encontraba fuera del pais, cuando me sorprendió la noticia, como a todos los colombianos, de la increible liberación de Ingrid Betancourt. Y entré en una profunda meditación, en torno a sus declaraciones, sobretodo la relacionada con el milagro.
Como psicólogo se, que un secuestrado espera que se produzca un milagro. Entonces la fe y la esperanza son sus aliados permanentes, junto con las noticias positivas de sus seres queridos.
Al mismo tiempo, Dios se convierte en una fuerza muy poderosa y la oración, la principal herramienta de comunicación.
Allí es donde encuentro las diferencias en torno a la libertad. Si bien es cierto el cuerpo está prisionero, el espíritu puede volar en compañía del pensamiento, visitando el futuro.
Viktor Franklen su texto “El hombre en busca de sentido” dice que: “…En tales momentos no es ya el dolor físico lo que más nos hiere; es la agonía mental causada por la injusticia, por lo irracional de todo aquello”.
Más adelante sostiene Frankl, que el daño físico, era compensado por la capacidad de huir hacia el interior de sí mismo, pues era posible en tales circunstancias, desarrollar una profunda vida esprititual. “…eran capaces de aislarse del terrible entorno retrotrayéndose a una vida de riqueza interior y libertad espiritual“.
Y concluye Viktor Frankl que al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa: la última de las libertades humanas – la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias- para dicidir su propio camino.
Entonces para mi es claro, que a pesar de las dificultades que estemos viviendo, existe la posibilidad de encontrar nuestra libertad relativa en el interior de nuestro espíritu y que el cuerpo se convierte en cárcel para aquel que no ha trascendido los límites de su sensualidad.
Estoy empezando a disfrutar los placeres de la libertad del alma.
Yo creo que esta pregunta típica, ¿qué quieres ser, cuando seas grande? se la formulamos a los niños cuando los invitamos a proyectar sufuturo.
Algunos responden con la profesión o actividad que hasta el momento les ha impactado más; respuestas como policía, bombero, piloto o astronauta son comunes. Sin embargo muy pocos responden: ¡quiero ser un buenpapá o una buena mamá como tú!
Algunos incluso piensan en su futuro económico: viajar, conocer otros paises, hablar otros idiomas y serfamosos… pero proyectos de vida como ser buen esposo, buena novia, excelente padre de familia… pasan a un segundo, tal vez, último plano.
En cada momento de nuestro desarrollo como personas, debemos hacernos preguntas básicas en relación con el futuro.
Sabemos que el futuro se construye desde el presente, en el presente; y que, con las actuaciones de hoy, vamos dándole forma al mañana.
Aprovechemos cada oportunidad para preguntarnos… ¿qué clase de papá o mamá soy? O ¿quiero ser?
¿Resistiría la evaluación de mis propios hijos?
¿Qué programas y estilos, estoy repitiendo de mis padres?
¿Estoy a tiempo de cambiar?
Recordemos que estamos perdiendo tiempo…ganando dinero. Tiempo valioso para compartir con los hijos, que apenas están un breve lapso con nosotros.
De tal forma que si le preguntas a tus hijos… que quieren ser cuando grandes… él o ella puedan responder:… quiero ser una mamá o un papá tan excelente como tú.
Yo creo que es posible sanar recuerdos; como también creo que nos hacemos mucho daño con cierto tipo de recuerdos.
Así como creo que la memoria tiene la posibilidad infinita de confrontarnos con la nostalgia, o de llevarnos a lugares conocidos, donde el dolor habita.
Creo que el recuerdo y la memoria posibilitan destinos colmados de fe y esperanza, cuando por fin hemos decidido superar el tiempo de la autocompasión, para sumergirnos completamente en el océano del mañana optimista, que generoso nos regala la oportunidad de un nuevo amanecer.
Quedarse en los recuerdos, es anclarse en el pasado; mientras que sanarlos, significa libertad inmediata para seguir adelante.
Porque olvidar el agravio, es la condición sine qua non para crecer como persona.
El problema está en el ego, que se resiste y que encuentra en la memoria la mejor manera de existir y por supuesto, la mejor disculpa para sufrir.
Me declaro a partir de hoy, selector de mis propios recuerdos, para disfrutar de los “buenos” y de paso, eliminar los “malos” o al menos sanar aquellos que todavía perturban mi alma como asunto inconcluso.
A primera vista, juzgamos a los demás de una manera rápida y sin profundidad. Decimos cosas terribles de los otros, gracias a nuestra desbordada imaginación o ensalzamos a nuestros semejantes, porque nos caen en gracia y cumplen con nuestras expectativas.
Subimos de nivel al bien vestido y bajamos a los estratos más profundos, a quien se sale de los cánones del vestuario esperado.
Soltamos comentarios dañinos y mal intencionados para afectar la honra y reputación del colega o para ganar puntos irreales frente a otros, quienes también juegan el deporte lingüístico de destruir el buen nombre de los demás. Todo esto para ser aplaudidos como héroes, sin derecho a que la víctima pueda defenderse.
Será que los ciudadanos del mundo podremos algún día, descubrir cómo la verdadera sabiduría está en el silencio respetuoso, que sabe guardar distancia.
Ahora puedo reconocer que no soy quién para juzgar. Y mucho menos cuando estoy en igualdad de condiciones, como ser humano falible.
A propósito: ¿Se dejaría guiar por este individuo, en la Plaza de Bolivar de Sante Fé de Bogotá, Colombia?