Yo creo que en los procesos de enfermedad y salud hay elementos que van más allá del tratamiento médico. Por un lado, está la voluntad del paciente y del otro, el amor y el afecto de los seres queridos que motivan y acompañan el proceso de sanación.
En el último año he sido testigo de muchos milagros médicos. Como el de una familia maravillosa con un paciente excepcional.
Luego de conocer el diagnostico donde los médicos desde la ciencia no daban esperanzas de recuperación, ellos con la fe intacta se propusieron rescatar a su hermano del letargo cerebral en el que se encontraba sumido.
Decidieron montar guardia en la habitación de la clínica. Organizaron su presencia juiciosamente para no dejarlo solo y de manera milimétrica recibían el turno de cada uno para garantizar la compañía veinticuatro horas, de su ser querido.
De manera constante y amorosa se propusieron hablarle de tal forma que la voz cálida y al mismo tiempo enérgica le transmitiera pequeñas ordenes e instrucciones a su cerebro para que ejecutara movimientos sencillos. Esto gracias a la acertada sugerencia de un hermano suyo que es psicólogo.
Sucedió que luego de varios días eternos y silenciosos, donde el paciente no respondía a ningún estímulo, su esposa percibió un pequeño movimiento en el pie de su amado.
Esto fue suficiente para iniciar un protocolo de ejercicios y terapias de rehabilitación que hoy lo tienen de pie ayudado por soportes y sostenes elásticos que llenaron de esperanza, esta vez a los médicos.
A veces el amor, la tenacidad, y la fe de los familiares pueden ser adecuados para vencer un diagnóstico médico. Y que precisamente la derrota viene cuando me entrego a un veredicto de la ciencia que desconoce los milagros que produce el amor y la fe.
Las vicisitudes se presentan para probar mis capacidades.
Yo creo que luego de los eventos de salud que me han llevado a enfrentar la posibilidad de morir, he aprendido el valor de la actitud confiada en los poderes de la mente y del cerebro, cuando se programan para salir adelante frente a los obstáculos y las dificultades, eso si en compañía del amor, la fe y la esperanza de tus seres queridos.