Yo creo que más allá de la práctica de un conjunto de técnicas y estrategias para manejar y controlar el estrés, es importante reconocer los elementos componentes de dicho proceso, para saber a qué nos estamos enfrentando, debido a que muchos de nuestros procesos estresores se deben a la manera como vivimos…es decir a nuestro estilo de vida.
En primer lugar, lo fundamental es identificar los agentes estresores. La pregunta clave es: realmente… ¿qué es lo que me estresa?
Dependiendo de las respuestas que surjan, entonces las técnicas se adaptan de manera personal para lograr el manejo de dichos estímulos estresores, porque es claro que es un proceso individual y particular, pues lo que me estresa, no es lo mismo que estresa a otras personas.
Por ejemplo, el trabajo no es lo que estresa; lo que estresa es la manera como se hace el trabajo, además del estilo de pensamiento y la forma de reaccionar.
El jefe no es lo que estresa… más bien estresa mi percepción del jefe y lo que pienso de lo que me ordena o me encarga y de lo sensible que soy y las expectativas que tengo desde mi ego.
La falta de tiempo no es lo que estresa, es el método que utilizo para administrarlo y la inadecuada estrategia para cumplir con cada tarea.
El tipo de personalidad es importante, porque el proceso estresor ataca con mayor fuerza a las personalidades impulsivas, ansiosas, apuradas, aceleradas o que quieren mantener el control de personas y situaciones, así como de otro lado, a los carentes de autocontrol, método y disciplina de trabajo.
Entonces para comprender mejor el fenómeno del estrés, prestemos atención a estos tres elementos: el estímulo estresor, la manera como evalúo estos estímulos y la respuesta que produce mi mente y mi organismo.
Por lo tanto, la idea básica para manejar y controlar el proceso estresor es: luego de identificar lo que me estresa, puedo aumentar mi resistencia en el tiempo, gracias al logro de cambios en mi manera de pensar y reaccionar. Si cambio mi manera de pensar, cambio mi manera de actuar.
Es frecuente que me pidan, por mi oficio como terapeuta, un manual de instrucciones para manejar y controlar el estrés. Ya vimos que es un proceso individual y que cada persona debe elaborar un listado de técnicas que le funcionen. Sin embargo, ofrezco este, que aunque genérico, puede ser de utilidad:
En primer lugar, identificar agentes estresores: responder a la pregunta a mí ¿qué me estresa?
Segundo preguntarme: ¿cómo es mi estilo de vida y qué precipita mi proceso estresor?
Luego cambiar la manera de pensar, aquí una psicoterapia puede ser de mucha ayuda.
Aprender a respirar… cerebro oxigenado, es un cerebro capacitado para evaluar los estresores de manera diferente y existen muchas técnicas efectivas para el aprendizaje de la correcta respiración.
Utilizar técnicas de relajación…para cada personalidad hay una distinta; por ejemplo, a las personas muy controladoras, les cuesta incluso cerrar los ojos, relajar el cuerpo y abandonarse.
Los masajes terapéuticos de relajación, pueden ser beneficiosos…para algunas personas, pueden ser de provecho, mientras que para otros podrían generar más estrés; por esto se debe evaluar quién es el terapeuta y qué técnica está usando, para adaptarlo a cada persona.
Practicar yoga y el mindfulness no solo son adecuados desde el punto de vista físico, sino que además ayudan a poner la mente en blanco, herramienta fundamental para el control del pensamiento.
La meditación y la oración se han reconocido como importantes recursos para dirigir los pensamientos y los sentimientos desde la fe, la bondad, el amor y la fraternidad, generando reacciones más compasivas y actitudes corporales más relajadas.
Perdonar y olvidar hace parte de las técnicas para descargar culpas y asuntos pendientes que se sabe generan grandes procesos de estrés.
Reírse, al menos durante media hora diariamente, disminuye el impacto del proceso estresor.
Bailar es otra rica fuente de alegría, debido al ejercicio físico, que se hace con ayuda de la música, y los movimientos de energía que descargan y desahogan tensiones emocionales y corporales.
Tomar el sol, hacer ejercicio y practicar sanos entretenimientos, música, arte, escritura, lectura…para despejar la mente, son otras buenas estrategias.
Acudir a terapias grupales, individuales o tener asesores que nos enseñen a pensar y a reaccionar, también son valiosos recursos a la hora de enfrentar los procesos estresores.
En fin, yo creo que puedo desestresarme, porque tengo muchas técnicas para lograrlo y porque he decidido vivir mejor, sin pre-ocuparme por asuntos, que realmente no valen la pena, ni el sufrimiento que hasta ahora, yo mismo, me he causado.
Me encanto su articulo. En varias ocasiones he intentado dejar la “mente en blanco” , lamentablemente los ruidos externos, la música, los sonidos y el desespero de estar inmóvil. me hacen dejar este estado, y el stress continua inundando mi cuerpo.
Un saludo especial
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Muchas gracias por tu comentario. Es cuestión de disciplina y voluntad para persistir…al principio cuesta, lo importante es perseverar. Juan