Yo creo que me voy a imaginar que estoy en el colegio y debo presentar un escrito sobre mi mamá, para leerlo en público, en la fiesta de las madres.
Se titula: “Mi madre es un ser sagrado”.
Mi mamá es una guerrera, que con su ejemplo me muestra el coraje necesario para enfrentar la vida.
Trabajadora incansable aún hoy, a la edad que tiene, dedica su tiempo y energía a ejercer con amor y paciencia su actividad como voluntaria en la Clínica. Es el ejemplo vivo, de la solidaridad con el enfermo y del acompañamiento espiritual a los mismos.
Me ha enseñado la importancia de hacer las cosas bien, con honestidad y sin mediocridades.
Defensora de oficio, me ha acompañado en más de un conflicto regalado por la vida. Apoyándome y recordándome que: – “sólo Dios sabe muy bien, cómo hace sus cosas”.
La recuerdo levantada muy temprano, haciendo oficio en la casa, y dejando todo listo, para luego salir a la oficina y con profesionalismo y entrega ética, presentar balances y declaraciones de renta, propio de su actividad como contadora. Y en la noche antes de acostarse muy tarde, cansada pero feliz, dispuesta a ayudarnos con las tareas y preparando uniformes y maletas para el otro día.
Protectora de la unión familiar, y gracias al WhatsApp, sin falta se reúne con sus hermanas para compartir en cada reunión con las “Mejías” cuando se invitan a almorzar las tajaditas de plátano maduro que no les puede faltar.
Es una abuela encantadora, querendona de sus nietos, los valora y los apoya, pues se siente muy orgullosa de sus logros, cada vez que ellos publican en Facebook o Instagram.
Mi madre es la representación del amor incondicional para sus yernos y nuera.
Me enseñó el poder del amor. Pues siempre me ha dicho: “ama lo que haces y haz lo que amas”. -Hijo, Trabaja en lo que te gusta. Valora y respeta a las personas que tratas. Cuida de ti y de los demás con amor-.
Por eso en el día de la madre, que no debe ser un día, sino todo el año, tengo el privilegio de disfrutarla todavía y seguir aprendiendo de ella, hasta que el Padre Celestial me regale… su último aliento.