Yo creo que la profesión del psicólogo cumple un papel muy importante y decisivo.
Y más en estos tiempos, cuando el estrés, la deshumanizacíon, el individualismo, la vida superficial y la competencia desleal se asemejan a un “cáncer emocional” que va dañando el proceso de ser persona.
En mi país, la psicología ha servido para ayudar a las personas que han sido desplazadas, víctimas de la violencia, protagonistas de la guerra, objeto de acoso, secuestradas, con secuelas del maltrato familiar y de pareja, reinsertados, segregados, discriminados por ser minoría, adictos, enfermos terminales, en proceso de duelo, en estado depresivo y cargados de ansiedad, y con muchos deseos de suicidarse. Como también en competencias deportivas, en las cárceles, en las empresas, en los colegios; así la lista de temas y enfoques de los aportes de la psicología a la construcción de este país sería interminable.
Mis alumnos, en una amena y controvertida conversación en la cafetería, me preguntaron sobre las recientes declaraciones de la doctora Marta Lucía Ramírez. Pues, curiosamente y por estos días la vicepresidente colombiana, en un arrebato de desconocimiento y mala información por parte de sus asesores, creo yo, porque la considero una mujer inteligente, declara sin pudor que las mujeres no deben estudiar profesiones como la psicología, sino carreras “productivas” y que le aporten al país, refiriéndose tal vez, me pregunto: a ¿aquellas profesiones que permiten ganar dinero?
Porque con la psicología sucede lo mismo que con el magisterio. Son profesiones muy mal remuneradas, si tenemos en cuenta el tipo de responsabilidades y compromisos que conllevan, por el impacto profundo que tienen en el futuro de una persona. Por ejemplo, sabemos que todo lo que se haga con un niño desde la psicología y la educación, marca el progreso de un país.
Lo más interesante, es que, cada nuevo semestre, las inscripciones a las facultades de psicología aumentan de manera significativa. Son más y más los alumnos que eligen estudiar la conducta humana. A mí eso me parece sintomático. Entonces podría considerarse como un indicador, de la búsqueda de respuestas y explicaciones a su propio sufrimiento, y a las preguntas sobre su insatisfacción, y sus dudas en torno al proyecto de vida y a la desesperanza que ataca a muchos. ¿Será esto lo que están buscando los jóvenes, en materia psíquica?
Ahora una cosa es el interés creciente que tiene la psicología como profesión, en estas nuevas generaciones y otra muy distinta la calidad académica que ofrecen las diferentes facultades y el proceso de selección de quienes desean formarse como psicólogos.
Por lo tanto, no puedo desconocer que algunos salen a ejercer su profesión sin la preparación suficiente, porque estudiar psicología no es fácil, para enfrentar una dura competencia frente a aquellos que si están mejor entrenados.
Se requiere gusto por la lectura y capacidades para la compresión lectora, pensamiento crítico, habilidades en el manejo y conocimiento de otros idiomas, espíritu y disciplina investigativa, encuentros con pares de otros países, asistencia a foros internacionales, desarrollo de la creatividad para hacer propuestas novedosas y técnicas para la comunicación oral y escrita. Pero todo esto, junto con un profesorado bien calificado, no son suficientes, para ser un buen psicólogo, sino se tiene el espíritu y la personalidad empática, congruente y con la apertura de corazón que permita la aceptación incondicional del otro, como diría Carl Rogers, uno de los impulsores de la psicología humanista.
Yo creo que, independiente de las declaraciones de la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez, un buen psicólogo es muy útil para la sociedad y podría ser mejor remunerado…pero, sí debemos cuestionarnos sobre el tipo de psicólogo que necesitamos y si lo estamos formando como debe ser, para responder a los desafíos que propone el país, en las próximas décadas.
Muchas veces esta profesión puede ir de la mano con la confianza que tenga el paciente hacia las personas cercanas a el inclusive el mismo psicólogo, lo que Muchas veces se traduce a una poca profundización en el estudio.
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Claro que yo confiaría más en un psicólogo que estudie bastante. Juan