Yo creo que es bastante difícil, reconocer con humildad los errores, por la presencia vanidosa del ego.
Reconozco que me he equivocado muchas veces. Sin embargo, no lo he dicho con humildad o peor, no lo he expresado en frente de quienes he afectado con mis equivocaciones. Sin embargo el Universo no se queda con nada. En cualquier momento nos da la oportunidad de pedir perdón en el momento adecuado, en la forma adecuada, y a las personas adecuadas.
Dar recetas o consejos, no es el papel de un psicólogo; y mucho menos cuando recuerdo que en alguna ocasión escuché decir que “no se deben dar consejos“, por dos razones: en primer lugar porque “los sabios no los necesitan y en segundo, porque los necios no los siguen”.
Y de otro lado porque sería muy prepotente de mi parte, jugar al papel de director espiritual o gran gurú que todo lo sabe o lo conoce. Más bien lo que quiero es, ir publicando mis pensamientos y reflexiones… siguiendo el estilo de Buda, que les decía a quienes pretendían ser sus discípulos: “No me sigan, ni crean nada de lo que digo”… porque esto, es un camino que debo hacer yo solo… en definitiva, para tratar de encontrarme a mi mismo….
Entonces en torno a reconocer mis errores, continuamente me asalta la pregunta: ¿Qué he hecho con los encargos que me entregó la vida?….y me lleno de pensamientos y presagios y en forma paranoide nuevamente me acuso de no haber hecho lo suficiente…para, desde la humildad, pedir perdón.
Reconocer los errores es algo poco comun, pero cuanta tranquilidad ofrece, el hacerlo aclara y agiliza los procesos, relaciones…
Pero cuan escaso es en la sociedad actual. El culpable siempre es el otro.
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Tan fácil condenar, tan fácil juzgar, a veces sin conocer o preguntarse, por qué el otro se comporta como lo hace. Juan
Que linda Nota. Y me ha pasado que cuando reconozco algún error que he cometido con alguien, quedo… como.. “livianita”, es como si le quitaran a uno un peso de encima…
Gracias,
ADELAIDA
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Esos son los beneficios del perdón, que se reflejan en el cuerpo. Pues al fin y al cabo somos seres espirituales, con envolturas corporales. Juan
profe, sus palabras tocan de verdad, enseñan. es usted un gran profesor, un gran profesinal, y sus palabras dejan ver que también es una gran persona. lo admiro mucho, lo respeto y he aprendido cosas valiosísimas para mi vida y mi carrera. muchas gracias
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Luz Aneira, el valor de las personas es intrínseco… lo difícil es que los demás puedan percibir ese valor. Lo importante es ser como somos. En nuestra autenticidad está el valor. Juan