El poder de una ilusión

Yo creo que hemos perdido la capacidad del asombro, gracias a hechos y acontecimientos humanos, que por lo reales y contundentes, acaban con nuestra posibilidad de creer o soñar o mejor dicho, tener una ilusión.

Según el Diccionario de la Lengua Española, ilusión es un concepto, imagen o representación sin verdadera realidad, sugeridos por la imaginación o causados por engaño de los sentidos. Y más adelante agrega…ilusión es la esperanza en algo cuyo cumplimiento parece especialmente atractivo.

Creo que las ilusiones le permiten al ser humano tener esperanza. Y que precisamente, cuando todo está perdido, la esperanza nos devuelve las ganas de vivir.

Creer en la pareja, creer en el matrimonio, creer en la gente, creer en se puede cambiar, creer en que podemos construir un mundo mejor, no son simples ilusiones.

Las ilusiones tienen mucho poder en los niños. Cuando les prometemos un paseo, un regalo o una visita a un sitio especial, sabemos que sueñan con ese suceso y lo esperan con la certeza de que va a ocurrir. Sin embargo, los mismos adultos, nos encargamos de romper el encanto, cuando incumplimos la promesa. Entonces esto hace que el niño pierda su capacidad de creer que algo es posible. La psicología lo llama la “desesperanza aprendida”, y consiste, según Renny Yagosesky en un estado de pérdida de la motivación, de la esperanza de alcanzar los sueños, una renuncia a toda posibilidad de que las cosas salgan bien, se resuelvan o mejoren.

En este orden de ideas, frente a un terremoto, un robo, una pérdida significativa etc, es importante aferrarse a la esperanza o la ilusión de que se va a salir de ese estado y que se va a superar adecuadamente, en el futuro más cercano.

¿Qué haríamos sin esperanza?…dejar que el miedo, la angustia y la desesperación, se apoderen de nosotros. Y sabemos que mucha gente ha salido adelante, gracias al poder de una ilusión.